Diario de una separación

Uno

Lo más triste de esto es que luche por qué me aceptaras cómo soy, con mí locura, mis inseguridades y mis miedos. Cambié cada detalle que no te gustaba para encajar en tu amor ideal, permití muchas cosas que mis principios y mí corazón pedían a gritos que no lo haga… Me mantuve al margen de lo que me pedías y para qué… para no ser lo suficientemente buena como para crecer juntos, para ser tildada de ancla. Ahora miro atrás y me da coraje todo… lloro de dolor por tu abandono, de impotencia por las faltas y de tristeza por saber que realmente nunca forme parte de ti. 

Que hago ahora con todos los recuerdos y las promesas que nos hicimos, con los planes de envejecer juntos, de ver a nuestros hijos crecer y apoyarnos mutuamente. Te observo a ti, y no entiendo cómo puedes estar tan feliz sin mí, cómo puedes pasar a mí lado y no mirarme, cómo puedes no buscarme o llamarme… al final tenía razón, nunca forme parte de ti.

Busco enfocarme en las cosas buenas que vienen ahora, nueva casa, nuevo trabajo y los niños. Los días son fáciles ya que entre los chicos y el trabajo no te pienso tanto, el problema es cuando estoy por dormir y los recuerdos golpean mi mente, lo bueno, lo malo y lo inolvidable. Creí que seríamos eternos, que estábamos destinados, dijiste que habías pedido al cielo por mí y al final me estás quitando de tu vida sin ningún dolor. Prometiste que me cuidarías, que no me lastimarías y fuiste quién rompió de tal forma mí alma y mí corazón, que ya no puedo reconstruirlo.

Que hago ahora que estoy consciente de que nunca forme parte de ti.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.