Diario de una suicida

Capitulo 19

"Es momento de dejarte ir"

Adlihj

 

Me siento ahogada algo muy pesado sobre mí no me deja moverme, me regreso y veo a Leo acostado conmigo abrazándome con aun olor a alcohol, intento salir, pero me resulta imposible ya que es muy pesado.

-Leo- lo muevo un poco y este reacciona, primero me mira confundido y luego reacciona- Es tarde tenemos que ir a la universidad

-Hola- se toma la cabeza- o diablos- se la toma con las dos manos

-Ahora parece que no es tan bonito tomar cierto- me levanto de la cama- podrás tener solo 17 años, pero ya debes aprender a tomar decisiones en la vida y dejar que los demás sepan de tus preferencias y las respeten

-Estas molesta- me mira con desanimo

-Sí, ayer no dije nada porque sinceramente no me habrías escuchado, pero hoy si, no quiero parecer una loca posesiva pero lo que hiciste realmente me decepciona mucho- levanta una ceja

-Estaba triste y por eso accedí- se pasa la mano por la cara- además es la primera vez que tomo

- ¿Triste? - me giro indignada- nada justifica el hecho de beber alcohol, odio a las personas que se justifican que bebieron por su estado de ánimo, las odio- entro al baño y azoto la puerta, me siento indignada, dolida por sus palabras.

Este mes no ha sido precisamente el mejor de mi vida, de hecho ha sido un mes demasiado fuerte para mí, aprendí que los problemas no se solucionan con lamentaciones, si no con acciones no del todo convencida con mi vida tengo que aceptar y enfrentar la mierda que venga a mí, llorar me ayuda es cierto, pero no contribuye en nada a mejorar o luchar, aunque sea algo tarde que comprendí eso aún estoy aquí para intentar tomar un nuevo rumbo y levantarme sola o acompañada, pero hacerlo por mi como alguna vez lo dijo Sol.

Luego de 30 minutos salgo de la ducha me pongo la bata y antes me envuelvo con una toalla, abro la puerta y aun veo a Leo sentado en la cama en la misma posición en la que lo deje hace rato.

-Puedes salir debo cambiarme- levanta su mirada 

-Y tú ¿por qué te cortas? - mi piel se eriza y mi sangre se congela, mis palabras no encuentran coherencia y mi boca no puede dar una respuesta, no sé cuándo me vio, pero ahí, es que también recuerdo que ayer llevaba un vestido sin mangas y que no utilice una chaqueta como siempre, yo sola me deje descubrir.

-Quieres justificarte atreves de mis errores- me siento herida- eso solo lo hacen personas que no valen la pena- con mi mano detengo el recorrido de una lagrima por mi mejilla- sal por favor quiero cambiarme- se pone de pie y sale.

Caigo en la cama sentada dolida y decepcionada, sé que es un joven que apenas y está conociendo el mundo, pero eso no justifica su comportamiento, su manera de querer ponernos en la misma situación; hace que me dé cuenta de lo mal que estamos tomando esta relación. Que recuerde como inicio todo y como podría terminar para ambos. Me cambio

-Debemos hablar- regreso mi mirada a la puerta- Nadia

-No ahora no- mi voz suena débil y entrecortada

-Ahora es cuando- abre la puerta entra y se sienta en la cama frente a mí- no quería justificarme...- levanto mi mano y lo paro

-Somos dos personas inmaduras no puedo pedir que alguno no diga cosas fuera de lugar-me acomodo en mi asiento- si bien los dos solo hemos pasado un mes y medio juntos conociéndonos; en un inicio por obligación y luego porque ambos queremos, no hemos podido conocernos completamente y realmente, no hemos podido madurar porque estamos encerrados en una relación que es temprana y en parte forzada.

- ¿Qué quieres decir? - me mira confuso

-Yo no me quiero casar, yo no quiero tener hijos o incluso convertirme en la esposa de un empresario, jamás soñé o planee algo así para mí, no es lo que quiero.

-No entiendo- aunque sé que él lo entiende perfectamente, también sé que le duele mucho la situación y no razona bien las cosas.

-Tu y yo tal vez nos queremos, pero creo que no nos encontramos ni en el tiempo ni circunstancias correctas y es momento de que esto llegue a su fin por ti y por mí, porque ambos sabemos que esta relación ahora mismo no es lo que necesitamos- su mirada es triste y sus ojos se llenan de lágrimas, acciones que rompen mi corazón.

-Es momento de dejarte ir- sus lágrimas caen al igual que las mías, sé que era algo necesario, a pesar de que nos queramos lo único que hacíamos juntos era lastimarnos y vivir una realidad que ninguno quería. Una realidad que nos forzábamos a querer.

Sin saber hace unos meses que esto pasaría viví engañada conmigo misma acerca de la vida y deje que se transformara en un tormento, deje que la pequeña felicidad que alguien me pudiera dar cubriera mis anhelos y esperanzas solo por mi egoísta forma de ver mi mundo, por creer que no podía ser feliz.

Tristemente hoy le tengo que decir adiós a ese rayo de luz y aunque dolida aferrarme a la idea de nunca más recuperarlo. Mi vida gira en torno a él y es inevitable no mirar el mundo igual que como lo hacía con él.



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En el texto hay: miedo, angustia, muerte

Editado: 12.10.2023

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