Capitulo 20

"La realidad me golpeaba la cara, tan fuerte que me dejo sin razón"

Adlihj

Sentada al filo de la cama con la maleta a mi lado, espero a que Leo se despida de su hermano a quien no tengo ganas de volver a verle la cara. Tengo un gran nudo en la garganta, me iba a ir para siempre, bueno eso no lo sé, lo que está claro es que debo ser fuerte para enfrentar lo que se me viene, esta es una de las decisiones más difíciles que he tomado y en tan poco tiempo, aun así también es una buena decisión, ya me canse de sufrir y no hacer nada para ser fuerte, ya me canse de dejar que el mundo me controle, que mis acciones sean controladas y aunque me vienen peores momentos sé que en algún momento me agradeceré por haber aprendido a ser fuerte.

-Ya se fueron- la mirada triste de Leo se clava en mi pecho- puedes bajar- cierra la puerta y yo sin perder tiempo voy detrás de el.

-Espera- como un día me dije eres la persona que debo proteger, eso me digo a mi misma como consuelo- lo siento, pero creo que nos encontramos en el momento menos indicado- apretó su mano en mi corazón- pero gracias a ti pude ver la esperanza florecer en mi corazón- lagrimas melancólicas caen por mis mejillas- yo me enamore de ti y no me arrepiento- intento forzar una sonrisa, pero no lo logró.

-Tu eres el primer amor de mi vida- me abraza- solo quiero que cuando nos volvamos a encontrar sea el momento correcto- su perfume es tan dulce, pero este momento tan amargo para ambos, que vuelvo a llorar sin consuelo.

-Adiós mi amor- me separo de él y sin regresar mi mirada bajo las escaleras rápidamente, no quiero arrepentirme de mi despedida y de mis decisiones; aunque tenga el corazón en mil pedazos debo entender que esto era inevitable.

Me subo en el auto que pedí y me dirijo hacia la casa de mi padre, era momento de enfrentar la verdad, yo ya no quería depender de él y tampoco que él me manejara deseaba irme lejos y olvidar quien fui.

 Desde niña mendigue todo, jamás luche por algo, me creía muy fuerte, pero era demasiado débil, mis padres no fueron padres y ahora entiendo porque, aunque no tengo la culpa tampoco puedo cuestionarlos; eso es algo que ellos no pudieron resolver, suficiente con mis problemas, no quiero lidiar con los problemas que ellos tuvieron en el pasado, ahora sé que se llevan mejor que antes y ya incluso mi madre perdono lo que a quien llamo padre, le hizo, lo sé porque cuando me llevaron a terapia escuche como ambos reían y hablaban de lo malo que era tenerme como hija. Es triste que esas sonrisas solo fueron un invento mío para tranquilizar mi amargura.

Parada frente a mi padre, con las miradas de ambos centradas en una sola cosa muestra indiferencia.

-Ya sé que paso antes de que yo naciera- el no muestra expresión- ya sé que tu odiabas a mi tía porque se casó con el hermano de mi madre y también por adoptar a dos niños y no a mí- conclusiones que yo misma he sacado y a las que él no se niega en contradecir, solo las escucha- pero hoy no vine para reclamar ese tipo de cosas, porque soy consciente de que dará lo mismo.

-Ve al grano Nadia- me mira molesto, es un hombre que me odia con todo su ser, aún así creí que podía ser mi consuelo y quería ser la hija perfecta para él y hasta hace unas semanas pensé que al no tenerme cerca tanto tiempo ya no me golpearía, pero me equivoque aparte de golpearme me vendió y yo deje que todo eso sucediera.

-No me voy a casar con Leo- inmediatamente me da un golpe con su puño caigo al piso algo aturdida y confundida, regreso mi mirada a mi padre- Lauden hoy tu dejas de ser mi padre, jamás quiero volver a ver a un desconocido- me levanto y el me mira con cierta frialdad y rencor

-A parte de ser un estorbo ahora quieres irte- se ríe- te vas a casar Nadia y es mi última...

- ¡No! - elevo mi voz- ya no hare lo que quieras estoy harta de ti, déjame en paz, por tu culpa y la de mi madre he tenido una vida miserable ya no dejare que me controles a tu antojo- salgo de la sala corriendo y el me llama y corre tras de mí

Sin mucha dificultad me subo al auto y arranco mientras el golpea el vidrio, no sé a dónde voy, pero quiero irme muy lejos y que nadie me encuentre, mi cara empieza a doler y se hincha, antes de llegar a casa retire todo el dinero que mi padre tenía a mi nombre, una gran cantidad que si se invertir me ayudara a vivir por un año sin preocupación.

Ya sola me siento abrumada y sin salida, a pesar de ya ser libre no sé qué quiero y como puedo conseguirlo ahora mismo no sé porque estoy volviendo a la ciudad no entiendo que hago.

Detengo el auto en el filo de la autopista, el sol brilla fuertemente y salgo del vehículo el ruido es más fuerte afuera y el abrazador calor me provoca malestar, esto no fue suficiente para que dejara de pensar en todo lo que había pasado en los últimos años, desde que pensé que mi padre podría quererme he vivido mucho más sufrimiento, cuando tome la decisión de hacerle caso y estudiar una carrera que no me gusta todo se volcó, aun así pensé ingenuamente que el sería una ayuda para mí cuando me paso lo que paso con Soul y fui con la  sola e ingenua idea de que había cambiado para encontrarme con la misma persona después de dos años de no verle la cara, decepción no eso no sentí, lo que sentí es que la realidad me golpeaba la cara, tan fuerte que me dejo sin razón y le seguí haciendo caso, pero ahora eso yo ya no lo quería para mí, el golpe que me dio estará conmigo por días lo sé pero ese golpe fue el último que dejare que alguien me dé porque ahora yo debo aprender a defenderme y defender lo que quiero, no huir como lo hecho toda la vida, no, ahora que por fin puedo tomar decisiones fuertes y mías.

-Yo puedo- me levante del suelo, ni siquiera recuerdo que me arrodille, debía ir a un lugar donde pueda quedarme y en la primera persona que pensé fue en Natty, ella y yo nos llevamos bien recuerdo que dijo que somos amigas, la noche está muy cerca y es peligroso si no tengo donde quedarme.