Diario de una suicida

Capitulo 29 || Extra

 

-Comparar el dolor que de cierta forma se encontraba en su corazón con el dolor de los demás jamás fue su mejor forma de llevarlo, se culpaba a si misma sobre si hizo bien en tomar una decisión así cuando muchas otras luchaban por sobrevivir en este mundo, muchas otras tienen problemas mucho peores, eso era resonante en su cabeza, pero nada tenía que ver su dolor con el de los demás

Escuchar esas palabras lograron a muchos removerles algo dentro de si- cada uno decide cómo llevar su dolor es cierto, pero solo cada uno de nosotros sabemos cómo duele.

- ¿Aunque sea el mismo dolor? - tenía su mano levantada y en su rostro el interés era evidente

-Aunque fuera el mismo dolor de pansa, tal vez para mi sea una estupidez, pero que tal si para ti ese dolor, sea el peor de la vida, el perder a alguien, el recibir un golpe físico o un agravio verbal, cada uno sabe cómo lo recibe y como lo lleva, todos tenemos perspectivas distintas y únicas.

 Sus palabras eran rápidas y bien dichas, su voz era tan suave como algodón.

-Es todo por hoy se pueden retirar- todos se pusieron de pie y salieron uno tras de otro

-Cristel- su gran amiga Tifany entro asustada y jadeante

- ¿Pasa algo? - se sentó en su silla y no le llamo la atención que su compañera estuviera alterada ya que era normal que se presentara así-dime- se dio cuenta que Tifany no reacciono

-La chica- vacilo un poco- esa niña como es que se llama...- indago un rato en sus pensamientos para encontrar el nombre de la hija de Lauden Prins como la llamaba la prensa- Nara, Madi- fue entonces que la Doctora alzo su ceja con más interés que antes.

-Nadia...- dijo en un hilo de duda

-La misma, esa niña se mató- las palabras eran expresadas como una noticia importante, pero sin expresar afecto, para Cristel fue un golpe duró, hace unos años sus padres le encomendaron una tarea muy importante y fue “ayuda a las almas perdidas”, pero no lo logro con Nadia a quien quería como una hija.

-Dios- se cubrió la boca y sollozo en silencio- retírate- la lagrima que se cayó sobre el suelo estaba tan cargada de culpa, miro sus manos y las apretó en su corazón- lo siento- una tras otra las lágrimas bañaron sus pálidas mejillas.

Sabía que Nadia hace poco le abrió su corazón de verdad, apenas y empezó a entender la vida, nunca la forzó a luchar tenía la fiel esperanza que en algun momento ella misma se daría cuenta de su derecho, de lo que merecía, pero ahora se sentía culpable por no lograr que ella no cometiera tal acto.



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En el texto hay: miedo, angustia, muerte

Editado: 12.10.2023

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