Días

Día 31 - Sábado

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¡Estoy atrasado! ¡Lo sé! Lo siento... Llego en diez, no te vayas 🙏🏻

Enviado a las 3:36 pm.

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«Llevo esperando media hora...».

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Espero que tengas una buena explicación. Me sorprende de ti, señor puntual. Tienes suerte de que tu cita sea con alguien que tiene paciencia ;)

Enviado a las 3:38 pm.

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La tengo Bella, solo espérame un poco más. Voy a manejar ahora

Enviado a las 3:40 pm.
 


 

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Suspiro y sonrío negando con la cabeza, guardo mi teléfono en mi pequeño bolso que se cruza en diagonal y ajusto en un tic mi boina.

Llevaba media hora esperando en el punto de encuentro que era en un centro, estaba por el área del cine. No porque fuéramos a ir allí, si no porque me gusta chismosear quienes son las parejas o grupos que llegan, hacen fila para comprar entradas o bien en los puestos de comida.

Tamborileo con las uñas en la mesa y sostengo mi mandíbula con la palma. Hago pequeños golpecitos también con el tacón bajo de mis zapatos negros.

Mi mamá me ayudó a evaluar mi vestuario de hoy. Ambas quedamos en que estaría bien con una falda rosa pastel que conectaba arriba como un overol, aunque la tela era suave. Debajo tenía un top negro de mangas tres cuartos. El largo de la falda llegaba hasta mis rodillas. El toque era la boina que hacía juego con el overol falda.

Según mi mamá, estaba linda y preciosa.

Mi maquillaje fue suave, no lo quise hacer tan llamativo porque los colores del día eran cálidos.

Nuestro plan de cita no es la gran cosa la verdad, no decidimos nada y tampoco tengo nada planeado. Solo quisimos salir y ya está.

Pasar tiempo juntos. Y en lo personal, me gustaba eso, no me importaba mucho el sitio donde estaríamos, solo quería estar con él.

Estuve esperando con entusiasmo este día, a pesar de que solo podía pensar en mis exámenes finales. Pero hasta ayer, todo se acabó. Ahora serían unas pocas clases y luego vacaciones.

Mi situación familiar seguía siendo la misma, aunque me preocupaba y angustiaba del cómo estaría Laura, estuve convenciendo a mi conciencia de que eso ella se lo buscó, no quiso escuchar de las advertencias que le dimos nuestros padres y yo.

A veces tenía la necesidad de ir de nuevo a donde estaba viviendo y exigir las respuestas a las dudas que me carcomían, pero respeté su silencio. Claro, mi paciencia tenía un límite y no me iba a quedar quieta por tanto tiempo, pero por ahora que la bomba estalló, solo daría un paso atrás para que el humo se dispersara.

Lo único que podía hacer mientras esperaba por Laura, era continuar con mi vida. Porque el tiempo pasa y te deja si no avanzas.

Eso era lo que estaba haciendo ahora.

—Hola mamita, ¿qué haces tan solita? ¿No quieres compañía? —Desde hace rato siento que alguien me estaba mirando a lo lejos, y lo confirmé cuando me di cuenta que esa persona se estaba acercando. Yo me hice la loca, pero me terminó hablando.

Hago una sonrisa apretada y alzo la cabeza para ver al tipo que se acercó. Es lindo, su cabello castaño es liso y tiene una contextura media, pero se nota que se está ejercitando para tener más.

Sonríe mostrando su envidiable dentadura.

¿Estoy en un comercial de Colgate y no me dijeron?

—No amigo, no estoy sola, mira. —Señalo con mi mano al asiento vacío que tengo al frente. —Te presento a Rodolfo Casanova, nos estás molestando en nuestra cita. —Sonrío inocentemente.

Parece que conté el chiste más gracioso, porque se rompe a reír en carcajadas. Arrugo la nariz con desagrado. ¿Qué no entiendes una indirecta?

Se autoinvita a sentarse como si le hubiera  dado las alas y se cruza de brazos sobre la mesa.

—Eres linda y graciosa.

Frunzo el ceño y ruedo los ojos, me levanto de la silla y me alejo sin contestar. No vale la pena.

Doy unos pasos cuando siento que me agarran del antebrazo y me voltean.

—¡Hey! Linda, ¿por qué te vas? —Es el tipo que no capta la indirecta. Zarandeo el brazo para que me suelte, lo logro y doy un paso hacia atrás.

—Chamo, en serio eres denso para captar una indirecta. —Me cruzo de brazos y arqueo una ceja. —Ya que es así, te lo digo directamente, no estoy interesada, gracias. Espero a alguien más. —Estoy por darme la vuelta, pero me detiene nuevamente.

Tiene el ceño fruncido levemente cuando observo su cara. —Oh, vamos linda, estoy seguro que la pasarás bien conmigo si me das una oportunidad.

Estoy por abrir la boca para decirle que no la da con solo insistir, pero siento un diferente contacto, un brazo rodeándome por la cintura y un suave olor a colonia masculina llega a mi nariz.

Al levantar la cabeza, sonrío con tranquilidad por identificar quién fue el intruso ésta vez. Solo que este si me gustaba.



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En el texto hay: amorjuvenil, universidad, mensajes

Editado: 31.08.2021

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