Días de Invierno

JULIETA

Casi vomito en el suelo al recordar la forma en que sus ojos oscuros brillaban, era como ver una noche estrellada.

¡Oh Anna!

_ ¿Qué hizo? _ pregunté, no muy segura de querer saber.

Sentía que el hospital me había llamado para recoger un cadáver.

_Saltó sobre un auto, por suerte el chofer no iba a una velocidad alta…_ ¡Oh mi Anna! _... su madre no está,… ella necesita mucha ayuda…

La enfermera seguía hablando y no terminaba de escucharla del todo.

_... su prometida, murió en un accidente hace seis meses, desde entonces Anna ha ingresado tres veces al hospital… no tiene a nadie más…

¡Oh mi hermosa Anna!

Su cabello estaba incluso más oscuro de lo que recordaba y mucho más largo, los tatuajes eran como carteles de neón sobre su piel pálida, ella jamás había estado tan blanca. Su rostro era una obra intacta, pero su pecho lucía rígido bajo el vendaje.

_ ¿Anna estará bien? _ pregunté.

Alcancé a escuchar un sí, pero no se escuchaba tan segura como me hubiera gustado.

De pronto sentí que la enfermera ya no estaba a mi lado y pude ver una chaqueta amarilla sobre el respaldo de un sofá pequeño, la misma chaqueta amarilla que había tenido cuando la vi aquella última vez, jamás pude concluir si le quedaba bien o mal.

_ ¡¿Ella estará bien?!_ intenté decirme, pero lo terminé escuchando como cualquier otra pregunta.

¡Mi Anna!

La miré, estábamos solas en el cuarto de hospital. Era de noche y yo era su única y permanente visita. Me acerqué a su cama. Traté de recordar la forma en que me había despedido de Alfred, no recuerdo haberlo besado. No recordaba haberle dicho que me dejará sola estos días y que se encargara de todo. Estaba segura de que tampoco podía recordar el camino de la habitación de Anna a la salida del hospital, pero estaba completamente segura de que no saldría de allí sin ella, porque sólo podía recordarla a ella, a sus abrazos torpes y al extraño ángulo que hace su pie derecho al caminar.

No sé por cuánto tiempo estuve allí de pie, mirando su rostro y sus labios. Estaba tal cual como la recordaba, incluso parecía más joven, si no fuera por las vendas en su pecho diría que estaba durmiendo.

Con cada segundo que pasaba era mucho más consciente de su respiración y el anillo en mi dedo me pesaba cada vez más, pero no, no le mentiría. Ella me había ayudado tanto y por tanto tiempo que ahora era mi turno de hacerlo.

Ante todo, ella es mi mejor amiga, y la amo. Era el amor que nunca busqué, pero terminé encontrando y perdiendo.

Noté cuando sus pestañas se movieron y vi sus ojos abiertos. No me sonrió. No me habló, ni siquiera parecía sorprendida de que yo estuviera allí.

Sus ojos ya no eran noches estrelladas, eran como dos fosos negros.

Me tuve que recordar que no estaba allí para buscar un cadáver.

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hola querido lector, para mí esta historia es de las más especiales que tengo, no todo lo que cuenta es real, pero de cierta forma el sentimiento que produce es real. Me enamore y tuve días de verano y luego todo fue un completo invierno, la historia no termino nada bien para mí, pero eso no significa que tenga que terminar igual para Anna y Julieta. Continúa la lectura ingresando al botón morado de la sinopsis



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En el texto hay: amor, lesbianas, amor lgbt

Editado: 25.04.2020

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