Dibújame

Capítulo 1: Estancados

A un recuerdo perfectamente la fecha 12 de octubre del 2018 la estación de otoño se encontraba ya a punto de cambiar, los árboles ya habían perdido la mayoría de sus hojas, el invierno se sentía cada vez más cerca y ese día era mi presentación de baile por la que tanto había trabajado, eran cerca de las 7 de la noche cuando pude observarte. Tu rostro. 

Lo iba a presentar en el teatro Dreams conocido por sus hermosas obras de arte y presentaciones de danza contemporánea. Mi profesora de ballet quería que nosotras fuéramos las primeras chicas de ballet en presentarse, mi escuela no es precisamente la mejor en este arte. Se destacaba más en escultores, pintores, entre otras cosas más, la danza era apenas una carrera joven en este lugar. 

Recuerdo que íbamos a presentar un clásico el cascanueces, me sentía extasiada era mi primera presentación teniendo el papel estelar, los focos de luz golpeaban mi rostro de una manera hermosa podía escuchar los aplausos de las personas resonar en mi cabeza, la presión aumentaba de manera desmesurada y eso me encantaba. La ejecución perfecta de mis pies iba a un excelente ritmo con la música que sonaba de fondo como pista de baile; la sensación de sentir que vuelas pudiera ser la descripción perfecta para este momento.

Sentía mi cuerpo perfectamente coordinado, me hacía sentir escalofríos era la mejor sensación del mundo me sentía eufórica era similar a la sensación de tomar marihuana o tener sexo y llegar al orgasmo, una sensación placentera, tan malditamente adictiva.

Pero claro todo tiene un límite y cuando se alcanza ese límite deja de ser placentero pasa a ser una condena de exigencias que de ser satisfacción propia y se vuelve tan agobiante que siento que en cualquier momento moriré. Aumentando la presión de ser la mejor en la clase.

Ya no puedo retroceder.

Al menos así lo siento actualmente, la presentación que me llevará al campeonato estatal vuelve a ser aquí en este lugar donde comenzó todo. Donde conocí a mi mundo y donde me abandonó aquella tarde.

...

El 12 de octubre del 2018 es una fecha que me dejó marcado, vi la mejor presentación de danza en el mundo, era tan perfecta que quería plasmarlo en un cuadro y que quedará impreso en papel para que el mundo jamás la olvide: la pintura de una hermosa bailarina de ballet, intente representar su belleza, delicadeza y elegante forma de bailar junto con todas esas luces que la hacían brillar de una manera tan encantadora que enamoraría a cualquiera, simplemente me encantaba toda la presentación que creí que sería una hermosa forma de demostrar el amor de una persona por el arte.

Era una hermosa esencia tan cálida y reconfortante que te provocará un choque de emociones al mínimo pensamiento. Eso quería mostrar el 20 de octubre del 2018 el día en el que el club de mi escuela presentaría las obras del club de pintura, quería que la chica que me inspiró para crear esto lo observará y me dijera qué opinaba de ella. Era lo único que quería.

Justo estaba a punto de terminar esa bella pintura cuando el accidente de Mia ocurrió. En esos momentos no me importaba salvar mi vista y es que ver a tu hermana menor llorar a cantaros porque te escucho gritar por el dolor no es algo bonito, lo único que me interesaba era saber que Mia no estaba en peligro, mis ojos ardían sentía como si el fuego los estuviera calcinando en cuanto Mía dejó de llorar me disponía marcar al 911 pero mi vista era borrosa no distinguía nada por lo que me alteré un poco.

Recuerdo gritarle a Mía que escribiera 911 en el teléfono, para cuando ella se encontraba llamando mi mamá entró a la casa. 

No logro recordar su rostro en esos momentos, pero por el grito desgarrador que soltó supongo que la vista que tenía enfrente no era muy agradable.

Los cláxones de los autos y conductores gritándole a mi madre que tuviera cuidado al conducir son algo que me sé de memoria tan perfectamente en esos minutos de agonía que se sentían como estar en el jodido infierno.

Los enfermeros que se acercaron a ayudarme le gritaron a mi mamá sobre su incompetencia como madre y su falta de responsabilidad, de allí en adelante no recuerdo más, por lo que me contó mi padre cuando llegó después de que lo llamaran al trabajo creyendo que mi madre había cometido tal acto.

Mis padres se separaron un año después de tener a Mia.

Mi padre le cedió a mi madre nuestras dos custodias, claro con la única condición de visitarnos tres días a la semana y dar la mitad de su sueldo siempre y cuando siguiéramos estudiando, volviendo al tema mi padre estaba asustado por lo que le habían dicho no podía ver su rostro, pero imaginaba sus expresiones por el tono horrorizado de sus palabras.

-Si tu madre hizo esto…no debes cubrirla-comento mi padre mientras apretaba con fuerza mi mano a manera de darme confort.

Yo quería ponerme a llorar en ese mismo instante, pero no podía abrir mis ojos por lo que comencé a hiperventilar, recuerdo gritarle a mi padre con la voz entrecortada que no sentía mis lágrimas.

-Hijo…-hizo una pausa-perdiste la vista a causa del amoniaco-se le cortó la voz al final de la oración.

En cuanto escuché eso en lo único que pude pensar fue en que mi vida se había arruinado por completo. Después de que a mi padre se le pasaran las lágrimas y le explique lo que realmente sucedió, intenté forzar una sonrisa para calmarlo. 

Cuando me dieron de alta, mi padre pidió mi custodia dijo que sería más fácil cuidarme si no había otra persona que requiriera atención las 24 horas del día, por obvias razones la jueza a cargo de este caso acepto gustosa, a partir de ese día mi madre solo puede visitarme 3 días a la semana.

-1 años después-

-1 ... 2 ... 3-contaba la maestra de baile mientras realizaba pequeños saltos en las puntas de sus dedos de los pies.




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