Dibújame

Capítulo 3: Despersonalizado

-Ya veo, entonces te gustaría que te acompañe hasta tu hogar -le cuestiono Amelie con una sonrisa sincera a sabiendas de que el chico no la veía.

-Si no es molestia-respondió Óscar de manera apenada- ¡diablos! ¿Qué voy a hacer ahora? Ya sé la casa de mi madre-pensó.

-Perfecto, ¿Dónde vives…-se quedó pensando la chica por unos minutos- a todo esto, disculpa mi pregunta, pero ¿cómo te llamas? -preguntó con vergüenza al no notar ese pequeño detalle.

-Me llamo Óscar, mucho gusto-sonrió de manera amable el chico. 

En ese momento los sonidos de la intensa lluvia cesaron junto con todo ruido del exterior, Amelie quedó asombrada ante la hermosa sonrisa que poseía el chico, y quedó aún más porque justo en ese momento la lluvia paró, regalándole una hermosa imagen, los rayos que se colaban entre las nubes y apuntaban de manera cariñosa hacia el rostro chico pudo admirar finalmente su rostro por completo, logró ver como la parte en donde deberían ir sus ojos estaba totalmente cosido, no existía rastro alguno de las cuencas oculares, las cicatrices en su rostro le preocuparon.

Abrió sus ojos de la impresión, pese a que el rostro del chico se veía demacrado brillaba como el bendito sol, era hermoso, más aún con el atardecer de fondo que lo iluminaba como un ángel, por alguna extraña razón sintió un dolor ajeno al suyo, un dolor que no pertenecía a su mundo en el cual creía estar estancada. Después de tanto tiempo, volvió a sentir algo más que no la atormentará.

-Yo soy Amelie, el gusto es mío-regresó la sonrisa.

Óscar escucho la dulce voz de la chica que por alguna razón le provocó un revoltijo en su estómago y por primera vez en mucho tiempo pudo sentir la sensación de que había recuperado la vista, creía poder ver a la chica que tenía enfrente y eso lo hizo tan feliz, las ganas de abrazar algo que creía poder volver a ver, le hacían sentir ganas de gritar de la felicidad.

La anciana observó hacia el cielo justo después de que la lluvia se terminará, sonreía cariñosamente mientras una lágrima resbalaba por su mejilla, tantos recuerdos la abrumaba, fijo su vista en los dos jóvenes que empezaban a caminar. La chica era hermosa ante los ojos de cualquier persona, sus ojos eran de color café, su cabello de un hermoso color cobrizo, el tono de su piel era morena y su sonrisa era un tanto apagada. Mientras tanto, el chico tenía una hermosa sonrisa, sus “ojos” estaban cubiertos por el flequillo de su cabello castaño oscuro, por lo que no pudo observarlos, el chico era un poco más alto que la chica.

La hechicera terminó de analizarlos para después sonreír-la hora mágica-murmuró para posteriormente desaparecer junto con los restos de la lluvia.

Por otro lado, Amelie y Óscar caminaban de la mano, ya que la chica le había dicho- “No me gustaría saber que te perdiste y enterarme de que te sacaron los órganos” -a lo que el chico no pudo evitar soltar una suave carcajada y apretar la mano de la chica para después darle su dirección.

- ¡No puedo creerlo! ¡¿Cómo que no has visto Harry Potter?! -exclamó sorprendido el chico de cabellera castaña, mientras movía los brazos de manera exagerada- ¡Es un clásico! -argumentó mientras negaba con la cabeza.

- ¡Oh por dios!, ¿no me digas que viste toda la saga? -Óscar desvió la mirada de la chica- ¿Qué tan bueno está? -le interrogó divertida al ver el comportamiento infantil del chico.

- ¿Qué si está bien? ¡Es fantástico! -soltó el chico con verdadera felicidad-de donde crees que salió la frase de ¿asustado Potter? -intentó imitar la voz de Draco Malfoy con la voz dos tonos más aguda-y entonces Harry le responde, Ni un poco-imitando la voz de Harry más aguda que la anterior.

Amelie soltó una carcajada divertida ante la pésima interpretación del chico-vale, ya entendí la veré-sonrió con diversión.

- ¡Claro que lo harás! -afirmo el chico con decisión- te invito a mi casa a ver un maratón de Harry Potter-ofreció, mientras inflaba el pecho con orgullo-aunque…dudo que las acabemos en un día-susurro esto último para sí mismo.

-Me parece bien, tendremos un maratón de Harry Potter este fin de semana por ahí de las 3-propuso con una sonrisa la joven.

-Me parece bien-acepto el chico.

Un silencio cómodo para ambos se instaló hasta que una pregunta comenzaba a rondar por la cabeza de la chica, tenía una enorme curiosidad de saber cómo perdió la vista, creía tener una idea…pero la curiosidad la mataba… ¿desde hace cuántos años el chico no podía ver?

Amelie estaba a punto de preguntarle si no fuera por la interrupción de la voz de una niña.

- ¡¿Hermano?! -grito una niña, que corrió enseguida a los brazos de su hermano para abrazarlo.

Óscar extendió los brazos hasta sentir lo que creía era su hermana pequeña, quien se encontraba abrazándolo, Amelie le pareció de cierta forma tierna la manera en la que ambos hermanos se llevaban, sin embargo, en ningún momento soltó el brazo de Óscar por si no lograba medir el peso de la pequeña y se tambaleaba. La madre del chico se acercó hacia ellos con una mirada curiosa hacia la chica de cierta forma le hacía feliz ver a su hijo convivir con otra persona que no fuera un miembro de la familia.

-Hola soy Angelica, la madre de Óscar-sonrió la señora hacia la chica, quien la vio y le regresó la mirada.

-Mucho gusto, yo soy Amelie…una amiga-sonrió de vuelta a la señora.

Posterior a eso, la señora se acercó al chico y lo abrazó también, el chico se sorprendió ya que no estaba del todo seguro de quién se trataba hasta que pudo percibir el dulce aroma de la colonia de su madre.

-Hola mamá, ¿podría pasar la noche contigo? -pregunto con temor el chico, siendo abrazado con un poco más de fuerza por su madre.

-No tienes porque preguntarme cariño, siempre serás bienvenido-sonrió la señora- ¿tu padre sabe de esto? -le pregunto en un susurro, obteniendo una negación de cabeza por parte del chico-bueno tendremos que llamarle y decirle-soltó con preocupación pues comenzaba a intuir que había hecho su hijo.




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