Dictadura de Metal #1 Princesa de Bronce

Capitulo 22: Marcas Invisibles*

Texas, Metalion

Al día siguiente después de clases como había acordado con Olena la acompañaría a su entrenamiento con Henry. Se sorprendió bastante al darse cuenta que no necesitarían un auto para llegar a su cabaña, pues había utilizado un portal para llegar hasta ahí. Había caído al suelo en cuanto llegaron a la cabaña, le sucedió lo mismo cuando había viajado por primera vez en un portal, pero después de varios veces hacerlo se había acostumbrado a la sensación de estar cayendo.

- ¿Cómo hiciste eso? -preguntó sorprendida, mientras se paraba del suelo y sacudía su ropa manchada de tierra.

-Viajamos a través de un portal -respondió Regina-. Estuve toda una mañana aprendiendo a viajar a través de mi relicario…

-Y ahora traes a desconocidos a tu entrenamiento -acorto Henry.

Henry salió de las sombras asustando a Regina y Olena que no esperaban que saliera de la nada. No esperaba Olena que aquel chico fuera sumamente atractivo y que su mejor amiga se la pasará con el toda las tardes y no intentará nada con él.

-Olena no es una desconocida es mi mejor amiga -le defendió-. Y que yo recuerde tu no dijiste nada acerca de traer a personas añadiendo que esta es mi cabaña yo tengo el derecho de traer a quien yo quiera.

-Te recuerdo algo pequeña rubia ¿Por qué crees que su mundo no convive con el nuestro? -dijo serio, haciendo alusión a Olena-. Porque su mundo tiende a destruir a lo que no entiende y lo que no entiende le da miedo y lo que le da miedo lo hace desaparecer. Es mejor para nuestros mundos que nunca se conozcan para tener paz en el universo. ¿Por qué crees que el humano no puede viajar más allá de su sistema solar? Y por eso envían sus máquinas y encuentran sólo oscuridad -Regina se quedó callada-. Porque su raza es la más destructiva y estúpida de toda la galaxia.

-Oye -dijo ofendida-. Se que el humano tiende a destruir, pero también somos capaces de aprender de nuestros errores y tratar de no repetirlos

Henry la miro incrédula no creía nada de las palabras que decía Olena para defender a la Tierra.

- ¿Aprenden de sus errores? -preguntó sarcástico-. ¿Entonces porque tuvieron dos guerras mundiales que casi desbastaron su planeta sabiendo lo que les había causado la primera? Y todavía así están a punto de iniciar una tercera.

-Bueno no somos perfectos nadie lo es -recalcó Olena-. Y ustedes tampoco lo son, por lo que se tuvieron una guerra entre todos ustedes y eso les causo la esclavitud a su planeta.

-Admito que el ser humano es extraordinario en algunas cosas como la ciencia o medicina y como su curiosidad los lleva hacer los más grandes descubrimientos en el mundo -reconoció Henry-. Pero la mayor parte del tiempo son unos estúpidos. Ustedes mismos están trayendo su propia destrucción al no cuidar su propio ambiente, tratan la mayor parte de destruirse los unos a los otros y no ven la amenaza que tienen delante de sus ojos, pero lo único que les importa es el dinero.

Olena se acercó peligrosamente a Henry hasta quedar cara a cara con él.

-Bueno no somos tan diferentes.

Antes de que tuviera Henry la oportunidad de responderla a Olena, Regina se metió entre ellos poniendo su mano en el pecho de Henry para alejarlo de su amiga e intentar calmarlo.

-Podrías dejar de ser por unos minutos tan antipático -le rogó.

-Lo hubieras pensado a traer a tu amiguita -reprochó Henry-. Quien defiende a un mundo que no es el suyo.

- ¿De qué hablas? -preguntó Olena seria, acercándose hacía Henry para escucharlo mejor.

- Lo que escuchaste -contestó con frialdad-. No eres de Gaia por lo tanto no eres una gaiana o humana -soltó un bufido-. Como se hagan llamar ellos.

- ¿Por qué lo dices? -preguntó Regina confusa-. ¿Cómo puedes asegurarlo?

Señaló los ojos de Olena.

-Por del color de sus ojos.

-Henry aquí en la Tierra hay gente que tiene los ojos de color gris -repuso Regina-. No significa que ella sea de Metalion.

-Tú eres nueva aún no sabes distinguir entre tu gente y alguien normal lo cual te aseguro que no es tu amiga -dijo serio-. Ella tiene un brillo en sus ojos grises que la hacen diferente -se quedó pensativo por unos minutos-. Apuesto que eres de Paladio o Zinc.

-Entonces sólo porque tengo los ojos de color gris soy una… ¿metaliana? -dijo irritada.

Henry se volteó mirando a Regina con fastidio.

-Exactamente porque trajiste está criatura irritante aquí.



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En el texto hay: diosas, reinas y princesas, guerra

Editado: 26.04.2020

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