Texas, Estados Unidos
-Deberíamos ir -propuso Olena-. Hace mucho que no sales y me estoy preocupando por tu vida social.
-Te estoy empezando a extrañar Gina -apoyo Andrés-. Parece como si estuvieras en otro mundo.
Miro suplicante a su amiga, lo que menos quería era ir a una fiesta que estaría dando Zack, el mejor amigo de Patrick el ex novio y pretendiente de Olena, en la mansión a la que él llamaba casa y más cuando Henry le había dicho que ahora que sabían su ubicación intentarían matarla por todos los medios e ir a una casa llena de jóvenes borrachos o drogados hasta el copete sería un blanco fácil y ella preferiría estar con vida.
-Tú sabes porque no puedo ir y tú también deberías pensar en no ir.
-No puedes vivir con miedo si no nunca vas a disfrutar de la vida y sobre todo de los chicos extremadamente sexys
-Amen nena -concordó Andrés.
Regina rodo los ojos en blanco sintiéndose irritada por sus dos amigos. Los dos la miraron con ojos suplicantes, conocía muy bien a sus amigos como para saber que no se rendirían hasta que consiguieran su cometido. Aparte necesitaba un descanso seguro que a Henry no le importaría que se tomara una noche para ella, sería como su despedida de las fiestas y se centraría solamente en su destino.
-Bien -accedió, escuchó los gritos chillones de sus amigos mientras se miraban orgullosos por haberla convencido-. Pero solo será esta noche.
-Como si el mundo se fuera acabar solo por una fiesta Gina -replico Andrés, rodando los ojos-. Tienes dieciocho chica debes de disfrutar la vida porque después se volverá tu vida gris y aburrida. Añadiendo que cuando termines tu carrera en literatura no tendrás tiempo para nosotros.
Siguieron hablando Olena y Andrés de cosas triviales en el almuerzo mientras Regina no podía sacar de su cabeza aquellas palabras “cuando acabes tu carrera en literatura” No se había puesto a pensar lo que pasaría una vez que tendría que regresar a Metalion con Henry, le diría adiós a toda su vida antigua, tal vez nunca volvería a ver aquel moreno gay quien era su mejor amigo, no vería crecer a Lance y se perdería su primer beso o cuando se graduara de la preparatoria. Tal vez esta noche sería la última noche en la que disfrutaría su vida humana, no volvería conocer el alcohol o terminar de ver la temporada de stranger things. Joder, tenía que saber si Hopper fue capturado por los rusos o en verdad murió.
-Hay que juntarnos en mi casa -propuso Regina, sacando de onda a Olena y Andrés, quien la miraron raro por la decisión tan repentina-. Hace mucho que no hacemos nada entre nosotros tres, ¿Qué paso con la tarde de películas? ¿O juntarnos a ver la temporada de la casa de papel?
-Ya no tienes que decir nada más Regina -interrumpió Andrés-. Me convenciste con ver la casa de papel.
Olena puso su mirada irritada.
-Por Dios Andrés -exclamo fastidiada-. Ya has visto la casa de papel más de tres veces hasta ya estoy empezando a aprenderme los diálogos.
Sin haberse dado cuenta ahora eran el centro de atención en la cafetería más cuando Olena apuntaba el cuello de Andrés con un tenedor mientras le gritaba que se retractará de lo que dijo acerca de la muerte de Francisco, pero Andrés se negaba hacerlo por el insulto a Nairobi sin importar que Olena encajará más el tenedor. Tal vez solo fuera un tenedor, pero en las manos de Olena hasta un lápiz podría ser mortal. Sintió como una lagrima rebelde caía sobre su mejilla, cuando se fuera extrañaría aquellas tontas peleas entre ellos que, aunque fueran insignificantes ella lo extrañaría. Sin que se lo esperaran los abrazo a los dos fuertemente haciendo que su pelea se acabara.
-Me estas abrazando muy fuerte Gina -se quejó Olena.
-Abrazo familiar -chilló Andrés.
Abrazo aún más fuerte a las dos escuchando los gritos quejosos de Olena. Al final de todo ellos tres eran su familia, siempre se sentían para los momentos más difíciles y sabían que se cuidarían las espaldas entre ellos. Se separaron después de estar abrazados un buen tiempo, bueno más bien fue por la petición de Olena, quien no aguantaba estar un minuto más así.
-Perra sin corazón -reprochó Andrés-. No sabes valorarnos a nosotros, pero cuando no estemos nos extrañaras.
-Si como sea -dijo sin importancia-. Nos vemos saliendo de la escuela…
-Yo iré por la cerveza y botanas -propuso-. Ustedes arreglen todo.
Sin decir más se fue del comedor, Olena y Regina se miraron entre ellas, se había con demasiada prisa Andrés que de costumbre seguramente estaba planeando algo, pero no le dieron mucha importancia así que siguieron con sus clases.
Editado: 26.04.2020