Selenio, Metalion
El templo de los hechiceros había caído en las manos de los oscuros, no habían sido capaces de darles pelea y ahora estos se encontraban invadiendo el interior del templo, matando a todo aquel metaliano que se encontrará en su camino o que intentará esconderse de ellos. Escuchaba los gritos desgarradores de los metalianos que morían a sangre fría por los oscuros, ese era el sonido de la guerra y de los victoriosos. En otro momento ella hubiera sentido pena por ellos, pero en aquel momento todo sentimiento que antes había tenido ahora se había esfumado, ya no sentía anda después de que todo le había sido arrebatado. Sus padres había muerto a manos del duque oscuro según lo que le había contado Sidney cuando la obligo a confesárselo. Ahora lo único que le quedaba era Zuky, Sidney e Izan.
Se encontraba corriendo por los pasillos hacia el último de los pisos del templo para intentar escapar de los oscuros, pero en ese momento ya no le importaba nada a Celine ni siquiera su propia vida, todo por lo que había la pena luchar estaba ahora bajo el suelo, era como una cascara sin vida, sin emociones. Solo sentía como Izan la jalaba de la mano para obligarla a correr escaleras hacia arriba, Zuky estaba en los brazos de Sidney, eso era lo único que no había terminado por acabarla, saber que al menos su lobo seguía con vida. Veía como los labios de Izan se movía, pero no era capaz de escuchar alguna palabra que su boca emitía, solo escuchaba atrás de ellos unos pasos de varias personas.
Escuchaba como su corazón latía con fuerza en aquel momento, Sidney trataba de alentarla a correr más rápido, y aunque lo quisiera sus piernas no le respondían. En cuento llegaron Izan y Sidney al tercer piso comenzaron a bloquear la puerta que conectaba las escaleras con el tercer piso con todo tipo de muebles que había en el pasillo para así retrasar su llegada. Ella solo los miraba perdida, su mente y su cuerpo se habían desconectado en aquel instante, solo le llegaban el recuerdo de ver los cuerpos fallecidos de sus hermanas en el suelo rodeados por un inmenso charco de sangre. Sidney le gritaba que trajera más cosas para bloquear la entrada, pero esta no hacía caso alguno solo se quedaba parada mirando, hasta que escucho una voz familiar a lo lejos que hizo que todo su cuerpo se reactivara.
-Celine ¿Eres tú? -escucho la voz de Scarlett.
Se volteó impactada hacia la dirección donde provenía aquella voz, observó a Scarlett en la mitad del pasillo sosteniendo su espada con una mano mientras que con la otra agarraba su brazo lastimado, le miraba fijamente como sino creyera que fuera ella la que estaba delante suyo. Celine no sentía cuando sus piernas comenzaron a moverse por sí sola y cuando ya recordó estaba corriendo a través del pasillo hacia Scarlett. Esta misma hizo lo mismo que Celine, se abrazaron fuertemente como si temieran perderse, pudo sentir la respiración aliviada de Scarlett al igual que ella podía respirar sin sentir que con cada bocanada de aire se ahogaba.
A su lado estaba Annia quien estaba igual de golpeada que Scarlett, lo que hizo que Izan se preocupara por ella y se acercara a verla. Scarlett acarició sus cabellos como consolación, provocando que Celine se soltará a sollozar en silencio, está la aparto para ver su cara toda roja y le sonrió tratando de tranquilizarla.
-Todo va a estar bien -dijo-. Ya estoy aquí contigo.
-Mamá…papá -sollozó, las lágrimas comenzaron a inundarle los ojos-. Aheli…Tarian.
-Lo es -dijo con voz de hilo, tratando de que no se le rompiera la voz al hablar-. Estaremos bien mientras nos tengamos la una a la otra -saco de su bolsillo el relicario de topacio y se los enseño-. Antes de que muriera Tarian me lo mando a mí, quien la mato fue porque quiso conseguir el relicario así que obviamente fue un oscuro.
Al momento de mostrarles el relicario se les ilumino el rostros a todos porque eso lo podía significar una cosa: esperanza. Scarlett no dudo y se lo colgó a Celine su cuello, dejándola impactada y preocupada.
- ¿Por qué lo haces? -preguntó alarmada-. Tú debes de tener como la segunda en la línea de sucesión.
Se escucharon los fuertes golpes de los oscuros tratando de derribar la barricada que ellos había construido, se escuchaba cada vez más fuertes, eso los alarmó a todos. Scarlett miro con decisión a Celine y le sonrió tratando de tranquilizarla.
-Se que te dije que íbamos a estar juntas, pero soy una gran mentirosa -dijo afligida, acarició con su pulgar su mejilla-. Alguien tiene que detenerlos mientras ustedes escapan.
- ¡No! -exclamo, trató de quitarse el relicario para regresárselo, pero Scarlett se lo impidió-. Tú debes de tomar el relicario es tu deber como la segunda hija del hechicero.
- ¿Y mi deber como hermana mayor dónde queda? -preguntó seria-. Eres mi hermanita menor no podré vivir si te dejo morir por mí.
Editado: 26.04.2020