Diez Historias de terror

Mente asesina (Parte I)

 

Un viernes 22 de Mayo a las 13:30 P.M  en plena primavera en el norte del mundo, Alejandra Williams una adolescente de quince años de edad va de viaje junto a su madre y su hermana mayor Javiera se dirigen a la casa de su tía llamada Liliam y de su tío Albert y  también van a pasar a ver  a su amada y dulce  abuela que no veia desde mucho tiempo; la tía Liliam estaba gravemente enferma a raíz de una apendicitis, pero su situación se agravó a causa de una negligencia médica en el hospital del pueblo que agravó  su situación. Alejandra admite que hace tiempo que no visita a sus parientes, ni tampoco a sus primos, estaba ansiosa y nerviosa a la vez ; su madre y su hermana estaban escuchando música en su radio local ellas coreaban las canciones de la radio  en realidad lo que  hacían eran gritar y esto le causaba risa a Alejandra y volvía a mirar el paisaje que era susceptible cuando la carretera cambiaba a cada ciudad pasaba desde un ambiente caluroso del estado de California  a otro estado en donde la temperatura es más baja; Alejandra pensaba en el frío de la ciudad de antaño, recordaba su primera infancia que pasaba las vacaciones de verano, en donde jugaba con sus primos, amigos del barrio y el amor de su infancia, era el chico más lindo de la ciudad se llamaba Cameron Watson, recordaba que todas andaban babosas por él; actualmente ignoraba que le paso, los pensamientos eran de principalmente recuerdos, de la pequeña ciudad de Nueva Inglaterra; en donde los primeros ingleses llegaron a la ciudad y comenzaron la invasión extranjera  a un lugar predominante indígena. En ese momento la madre de Alejandra le decía: 
-          Hija no vamos a llegar..... - dijo la madre 
-         Claro madre..... - dijo Alejandra sin prestar atención 
-          Me estas escuchando - pregunto  la madre 
-          Si te estoy escuchando - dijo Alejandra 
Eran las 19:30 P.M, se estaba oscureciendo en medio del desierto y la madre tuvo la necesidad que alojar en un hotelito, casi saliendo de la frontera encontró en medio del desierto; por su aspecto era digno para dormir y se dirige al mesón de este en donde un joven hombre no tenía más allá de veintitrés años y la madre le dice :
-          Buenas noches - dijo la madre 
-           Buenas señora ¿ Qué necesita?- dijo el joven 
-            Una habitación - dijo la madre 
-            ¿Para cuántas personas? -  pregunto el joven 
-          Para tres personas - dijo la madre 
-          Okay  espere unos minutos - dijo el joven saliendo del mesón y la madre tuvo que esperar unos minutos y de repente sale el joven y le dice 
-         Ya señora su reservación esta lista.... es la habitación 309 - dijo el joven pasandole las llaves 
-        Gracias joven - dijo  la madre y se va a la habitación 309 junto a Alejandra y Javiera
Al llegar la habitación era buena, habían tres camas para cada una de ellas, la madre estaciono el auto de forma segura en frente de la habitación y las chicas estaban escogiendo las camas, fueron al baño para desprenderse de las ropas del día y colocarse el pijamas , para que  ellas entrarán en los  misterios del  mundo onírico en donde fue un descanso muy placido para su madre y las chicas. A la mañana siguiente tuvieron que  seguir ese  largo camino hacia ese anhelado pasado  de la tierna infancia en donde el tiempo es relativo y en los juegos eran la única verdad, Alejandra con sus audífonos puestos en sus orejas que impedía que entrara  los ruidos externos, propios de la carretera ; para que se concentrara dentro de su mundo imaginativo, en ese que nunca ha sido invadido por  ningún ser humano ha podido entrar , y que jamas sera conocida. En definitiva el viaje sigue en su curso de forma normal sin impedimentos climáticos, ni psicologicos; Alejandra estaba en sus pensamientos con sus canciones favoritas , junto con su compañero de viaje un libro llamado "Un mundo feliz", Alejandra estaba tan concentrada en su mundo que no se percató de que su madre le preguntaba algo:
-        Alejandra ¿Cómo estás?- pregunto la madre sin recibir respuesta y le grita - Ale ¿Cómo estás? 
-        Ahhh ¿Qué? - contestó torpemente sacándose el auricular derecho 
-        ¿Cómo estás? - preguntó de nuevo 
-         Bien Ma - respondió Alejandra 
-       Genial - inquirió la madre 
-       ¿Cuánto falta madre? - preguntó Javiera 
-        Muy poco, como tres horas más; no se preocupen - expresó la madre 
-       Genial - expresó con alegría Javiera - ya se están durmiendo las nalgas
En el camino que parece ser cada vez más largo, la carretera, es más plana y seca, Alejandra se quedó dormida con los audífonos en su orejas; sin percatarse que ya llegaron a la ciudad de la tierna infancia;  justo en ese momento despertó la adolescente en la entrada de Groveville, pero la chica se dio cuenta que ya no era la que recordaba Alejandra esa bella ciudad en cambio contempló una oscura y opaca cuidad, en donde los habitantes parecían llevar un peso karmatico y el paso del tiempo era más, que la alegría imponente de aquellos años de mayor resplandor, la adolescente pensó que la música más tristes no hacían comparación a lo que veía sus ojos, ni la lírica más triste y decadente expresaba lo que contemplaba sus ojos, era la gran decadencia de una cuidad que perdió la esencia de los años de oro de la ciudad esas bellas praderas con su pasto que rodeaban gran parte de la ciudad  ha sido reemplazada por cemento y esos árboles, coníferas y arbustos fue barrida de la geografía de la ciudad; transformándose en cemento y edificios vacios sin valor, Alejandra sintió la extraña decepción y ese peculiar anhelo en ruinas con su pensamiento en blanco y sin claridad, el vago recuerdo que tenía de la ciudad se derrumbó por cada calle que veía, con sus faroles de luz daban la  sensación de seguir de  día a la noche. 
Siguieron con el coche por el centro de Groveville, con sus habitantes todavía seguían caminando por el parque; Alejandra miraba curiosa cada aspecto de la ciudad, vio un cine moderno también en algunas cuadras un centro comercial.
Con una extraña pena por los viejos recuerdos que envolvía en esta ciudad, miraba todo lo que movía en esa cementada ciudad; hasta que Alejandra sintió un violento frenazo que por lo además su madre no conducia muy bien, pero  con esto significaba que habían llegado a la casa de sus tíos; su madre y su hermana Javiera bajaron inmediatamente, Alejandra las siguió al paso y contempló que la casa de sus tíos se mantenía igual físicamente  y también su ambiente familiar, ellas llegaron a la puerta y golpearon, en ese momento abrieron la puerta y era el tío Albert y dijo:
-       Hola hermana - saludó amablemente 
-        Hola hermano - lo abrazó -¿Cómo éstas? 
-         Ahí no más - habló con cierta resignación Albert 
-       ¿Y Liliam?  ¿Cómo ésta? - preguntó su hermana 
-       Desde la negligencia médica…. Un poco mejor, pero no puede hacer fuerza por dos meses - inquirió Albert
-       Ohhh que mal - exclamó sorprendida
-       Y además tenemos una deuda…. Y estoy sin trabajo - pronunció frustrado 
-       Por eso vine para ayudarte, nos vamos a quedar unos días - exclamó alegremente



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En el texto hay: misterio, terror psicológico, terror

Editado: 22.05.2019

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