Diez razones para estar contigo.

Capitulo 7.

24 de Diciembre.

Se podría decir que las cosas entre Chase y yo estaban un poco incomodas. Últimamente no hablábamos tanto, yo ya no le pedía ayuda con mi tarea de química y el ya no me contaba sobre si se había tirado a alguien. Mejor así. Extrañaba un poco hablar con él, se había convertido parte de mi rutina diaria hablar o enojarme con él, sentía que me faltaba algo en mi día a día.

Todos habíamos quedados de pasar navidad, y año nuevo juntos, y por todos me refería a Cecy, Jack, Chase y yo. No sabía si habían invitado a alguien más, y esperaba que lo esperaba, pues sabía que Jack iba a estar la mayor parte de la noche con Cecy, eso me dejaría a mí con Chase. No quería paras la noche incomoda.

Vi las galletas navideñas que supuestamente estaba decorando pero me faltaban demasiadas para acabar. Deje mis pensamientos estúpidos de lado y metí el chocolate blanco al microondas para que se derritiera, mientras eso se derretía saque las chispas de colores navideños que había comprado mamá y las puse de lado. Una vez el chocolate derretido comencé a sumergir las galletas con formas navideñas en él y luego le espolvoreaba un poco de las chispas. Cuando por fin acabe las deje enfriar y luego las metí en bolsitas de celofán.

Por fin.

Bostece y me deje caer en el sillón. Últimamente tenía mucho sueño y me pasaba la mayor parte del día dormida, suponía que era el estrés y el cansancio de que casi pasaba a mi último año de universidad, solo un par de meses y estaría a un año de tener que empezar a trabajar en el hospital de mi padre. Bostece de nuevo y cerré mis ojos para dormir una tranquila y muy pacifica siesta antes de que llegaran todos mis familiares.

***

 

 

**

 

 

*

Bostece por milésima vez en la noche, mordí mi galleta y creo que casi gimo por lo deliciosa que sabía, el chocolate solía empalagarme, pero esta galleta era la mera gloria y no pude evitar comer casi una docena de ellas. Esta navidad iba a engordar demasiado, pero las galletas habían quedado tan deliciosas que nadie me podía culpar por comer demasiadas. Agarre otra galleta y cando iba a darle la segunda mordida pude oler el delicioso olor del pollo frito, deje la galleta de lado y fui al comedor donde ya estaban todos sentados esperando el muy esperado pollo frito de mi madre.

-Quiero hacer un brindis por esta navidad.-dijo mi mamá alzando una copa de vino y yo tome la mía alzándola como los demás.-Que aunque falta el abuelo Charly, todos podemos decir que tenemos salud, lo importante es estar juntos como cada año. Salud.

-Salud.-Choque la copa con mi prima Tanya y luego con mi tía.-A comer.

Agarre una pieza de pollo y tome puré de papá con el delicioso gravy. Si bien no había mordido el pollo, me levante de la mesa y corrí hacia el baño a vomitar, literalmente, todas las galletas que me había comida durante toda la tarde y noche. Escuche la voz de mamá hablándome al tiempo que sostenía mi cabello para que no se manchara, no entendía lo que decía, sentí mis oídos tapados y no tenía cabeza para pensar en algo más.

Cuando por fin deje de vomitar me quede un rato sentada en el piso del baño, baje la palanca del baño.

-Ya estoy bien.-Mamá soltó mi cabello y me levante el piso para ir al lavabo a limpiar mis dientes.

-¿Qué paso amor?-Me sobo mi espalda y negué pasando mi cepillo de dientes en toda mi boca.-Te dije que no comieras muchas galletas, ¿quieres una pastilla? ¿Te duele el estómago?

-Estoy bien mamá.-Escupí la pasta y enjuague mi boca con agua, voltee a mirarla, la veía preocupada.-Estoy bien mamá.

-¿Aun iras con tus amigos?-Asentí.- ¿Segura? ¿No te sientes cansada?

-Estoy bien mami.

Las doce llegaron más rápido de lo que creí. Después de mi vomitada no volví a comer nada, estaba tentada aun por comer galletas, pero me detuve y no comí ninguna. De seguro en casa de Jack hay galletas. Se me hizo agua en la boca de solo pensar en galletas. Cuando les dije a todos mis familiares feliz navidad le mande un mensaje a Jack diciéndole que ya podía pasar por mí. En menos de diez minutos recibí un mensaje de él diciendo que ya estaba afuera de mi casa. Me despedí de todos y salí de casa encontrándome con un auto que no era el de Jack, igual me acerque y luego pude ver que era Chase. Trague saliva y entre al coche.

-Hola.

-Hola.-Comenzó a conducir y abroche mi cinturón de seguridad.- ¿Por qué Jack no vino por mí?

-Estaba ocupado.

-Ah.

No hablamos en todo el camino. La casa de Jack y de Chase está lejos de la mía, así que trate de mantenerme lo más relajada posible. No lo logre porque comencé a marearme. Las luces resplandecientes de los carros me empezaron a frustrar, me sentía sofocada y el silencio incomodo no me ayudo de nada ya que mi estómago comenzó a revolverse. Eso no era una buena señal. Baje la ventanilla del coche tratando de calmar mi estómago. No funciono.




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