Mi gran soledad es única e incomparable, ¿Estoy tan jodida y por eso estoy tan sola?
Cada día en esa casa donde vivo que debería llamar "hogar" pero no es así, como decía cada día es un terrible infierno de insultos, indiferencia y traición.
—¡Oye! Abre esa puerta ahora mismo—dijo la que se supone que es mi "madre".
—¿Necesitas algo? Beatriz—mi tono no era nada amable era de fastidio completo.
—Los trabajadores sociales vendrán pronto así que arregla todo y oculta todo, se perfecta, no quiero que mi familia entre en desgracia por ti—gruño fuerte y se largo.
—Mierda, mierda—decía para mi misma en un tono de desesperación.
Me aseguré de tener mis guantes puestos, arreglé lo más rápido mi habitación y oculte algunas ojeras e imperfecciones con maquillaje, este era mi salvación para parecer a los demás para ser "perfecta".
Los trabajadores sociales visitaban las casas constantemente para asegurarse que todo vaya en su perfecto orden, estos se ocupan de supervisar todo, hasta nuestra basura.
Se que llegan hasta ese punto para asegurar su preciada sociedad de ahora pero me gustaría poder cambiar muchas cosas en nuestra actualidad.
Creo que no era un buen momento para nacer.
Tome mis cosas como mi brillo labial y me mire al espejo y me veía "perfecta" como todos lo esperaban menos yo.
Me aseguré de tener mi ropa perfectamente sin ninguna arruga, mancha o que no sea combinable después de todo debo tener aires de perfección.
La gente con la que vivo no es rica, ni pobre están en una situación económica normal.
Tengo una "hermana", un "hermano" y una hermano bebé a este si lo considero como un hermano de verdad pero a veces creo que el también me verá como un monstruo cuando crezca y eso hace que mi frío corazón tenga un pequeña grieta en el.
Luciana, mi "hermana" y Lucas mi "hermano", nunca he recibido ni una muestra de cariño por parte de ellos.
Siempre han sido indiferentes, creyéndose mejor y tan egocéntricos.
He pasado mi vida sola pero nunca me he sentido sola, ¿porque ahora si?.
Ellos suelen ignorarme, pero cuando viene un trabajador social ellos me tratan como si fueran lo hermanos que cualquiera deseara menos yo, eso me demuestra tan falsos son.
Lucas es 2 años mayor que yo, Luciana 1, y el pequeño bebe solo tiene 1 año.
Soy la tercera y tengo 17 años.
Estos 17 años son la peor parte de mi vida pero pronto me iré de esta casa y viviré como yo quiera y pueda, mi cumpleaños número 18 es en unas cuentas semanas así podré largarme de aquí.
Antes solía caminar por las calles sin rumbo, no importaba si me perdía porque en verdad nadie me esperaba, nadie me buscaría, nadie se iba a preocupar por mi eso me daba igual.
Cada cosa que hacía era lo que he hecho en los últimos 17 años.
Pensando en eso baje las escaleras donde se encontraba la familia con la que vivía, todos vestidos muy bien y felices y yo debía actuar igual.
El trabajador social ya estaba aquí pero este no era como los que acostumbraban a venir este era más ¿joven?
Que raro siempre solían venir personas de unos 40 años por la confianza del estado que les tiene pero este se ve como de 18, talvez están cambiando eso porque ya los viejos se les están muriendo.
—Hola, soy Julio y soy el trabajador social, vengo a...ustedes ya saben a que vengo—miro nervioso a mi familia.
Pero ¿Nervioso? ¿Porque?
—Ella es mi hija Lucina y ella es mi otra hija Sofía—presumió "mi madre" pero le digo Batriz porque es su nombre.
—El es mi hijo Lucas y este es mi bebé de 1 año—prosiguió hablando Beatriz.
—Y ¿el padre de sus hijos?—preguntó el asistente social.
—El fallecio hace años—miro cabizbaja Beatriz cuando todo eso era una hipócrita actuación porque ella odia a Mateo "mi padre", el fue quien más daño me hizo, todos los día me recordaba que era diferente a él, a ellos. Me maltrataba aún siendo una niña, y me dejaba días enteros sin comer, no podía jugar, nunca tuve una muñeca, nunca me dio cariño solo indiferencia e insultos.
Mateo era un hombre según todos "justo" pero conmigo no lo fue, el fue injusto conmigo de diversas formas.
Y ahora no me importa que halla fallecido porque para mi eso fue en alivio que mi mente y cuerpo.
El murió cuando tenía 14 años, y me golpeaba sin cesar, el antes de morir siguió recordándome que soy diferente y no encajo.
Pero lo único que le agradezco es por hacerme más fuerte, porque gracias a él he aprendido que no hay que confiar en absolutamente nadie, en que las cosas suelen ser más a las malas que a las buenas y que en mi actualidad esto no es un hermoso cuento de hadas.
—Como ya saben debo entrevistarlos pos separado así que empezaré con Beatriz y así hasta llegar a Sofía—interrumpió mis pensamientos Julio o el trabajador social.
—Niños cuiden de su pequeño hermano vuelvo pronto mis amores—nos miro Beatriz, claro su actuación es cada vez mejor.
Maldita.
—Que esperas cuida del niño, ese trabajador social es muy guapo—mencionó Luisana y me miro.
—¿Me importa?—pregunte lo más frío posible.
—Vamos "hermanita" no seas amargada—río y dijo Lucas.
No le tome importancia a su comentario y iba a seguir mi camino cuando el idiota se pone en frente de mi impidimedome el paso.
—Lucas, me estorbas—lo empuje para seguir caminando saliendo de aquel lugar tan hipócrita.
Seguí mi camino hasta la sala donde estaba el pequeño Leo viendo sus caricaturas favoritas y riendo con sus pequeños cachetes rojizos.
—Fia—repetía el pequeño, era su forma de llamarme ya que no podía decir Sofía.
—Fia esta aquí—toque la cabecita del pequeño y acaricie un poco de su cabellos color chocolate.
—¿Damos un paseo pequeño?—el pequeño no podia decir nada porque era un bebé pero sabía que talvez el quería decir que si.
Lo alcé y tomé en mis brazos y lo cargué, camine con el un poco por las veredas cerca de su casa y me daba pequeñas vueltas con el en los brazos, eso hacía que en la emoción el pequeño gritara y después reírse sin parar yo también reía con el, era el único que causaba el efecto de ternura en mi, y el unico que podía hacer que ría.
Sus pequeños pelos color chocolate se movían y sus cachetes eran de un color carmesí por las carcajadas.
Ese era un pequeño momento que guardaría en mi corazón, el, el aún así algún dia no me acepté yo siempre lo tendré en una pequeña parte de mi corazón, el es mi única fuente de felicidad en estos críticos momentos.
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Editado: 05.12.2020