una semana había pasado de aquella terrorífica noche, y en lo único que se había resumido mis días era en tareas, apuntes y tratar de poner atención a las clases de Matemáticas, esa maldita materia que tanto odiaba.
Apenas me cruzaba con Alba en los corredores ya que no teníamos muchas clases en común, solo Literatura y Ciencias, en las cuales no podíamos entablar conversación, porque los profesores se la pasaban, literalmente, toda la hora explicando temas que ni la mitad de la clase podía entender, supongo que eso es algo típico, a excepción de los nerds. Asique en el único momento del día en que podíamos hablar de nuestro dia en Norbridge, era en la hora del almuerzo.
-Hola encanto-Alba deposito un beso en mi frente y se sentó en la pequeña mesa que siempre escogíamos -¿ me extrañaste?
-No imaginas cuanto-dije dedicandole una sonrisa.
mi dia habia sido realmente agotador, pero el estar con Alba de alguna manera me relajaba, mi mejor amiga me daba paz, aunque la palabra en realidad no la definiera para nada. Sin embargo admiraba su espontaneidad, esa forma de ser que la hacía tan única. No se que seria de mi si mi mejor amiga algun dia me faltara ¿a quién más le contaría mis problemas con los finales de mis series favoritas? ¿y quien me levantaría el ánimo como ella bien sabe hacer?
-Gianna?- dijo sacandome de mis repentinos pensamientos
-Si?
-Estas escuchando lo que estoy diciendote?
-Por supuesto que si-dije, ni siquiera me había percatado de que me estaba hablando, pero como supe que me preguntaría sobre que le hablaba le desmenti- en realidad no.
-te sientes bien? pusiste esa cara de horror que pones siempre, otra vez.
-Solo pensaba en cómo sería mi vida sin ti-dije tratando de ponerme tierna, sabia que le gustaba que le dijera cursilerias de mejores amigas, y déjenme decirles que la única que lograba eso era ella.
-Ah sí? y como sería?-dijo mordiendo su porción de tarta.
-simplemente no sería- hable después de pensar la respuesta de aquella pregunta- es algo inexistente en mi cabeza, por que en mi vida la única que ha estado siempre has sido tu.
-Ya, basta Gianna, vas a hacerme llorar y mi maquillaje se va a arruinar-dijo intentando que las lágrimas no salieran y estropearon su perfecto delineado- Te quiero.
-Sabes que me encanta arruinar tu maquillaje-Ambas reímos- Te quiero rubia
Entre platicas y pláticas, nos hundimos en una conversación de treinta minutos que más bien parecieron cinco de cómo había sido nuestro día en la Escuela Norbridge. Después del almuerzo me despedí de Alba y cada una se dirigió a su siguiente clase.
Hoy desgraciadamente, tendría Matemáticas, asique simplemente me dispuse a dejar mis libros de Química en mi casillero , sacar los de Matemáticas y a caminar lentamente por el corredor, en una de esas tenía suerte de llegar tarde y que no me dejaran entrar.
Estaba tan sumida en mis pensamientos, que no me percate cuando un cuerpo chocó con el mío tan bruscamente que caímos ambos al piso, y con nosotros, todos nuestros apuntes
-Oye, ten mas cuidado- trate de reunir las hojas que se habían desparramado en todo el suelo
-Lo siento, estoy algo apurado- dijo levantando el resto de hojas que habían caído de su cuaderno para luego levantarse- permíteme ayudarte- extendió su mano para que la agarrara y poder levantarme.
En cuanto subí la mirada me di cuenta de que se trataba nada más y nada menos que de uno de los amigos del estúpido Ian.
-Gracias... Ander
Ander Rossi, integrante de los chicos populares de la escuela Norbridge, Amante de la música y de la literatura, uno de los primeros alumnos en la lista de destacados con promedio de 9.5 a 10, conocido más bien por batir récord en romper corazones de cualquier chica plástica que se le interponga, o cualquier chica, mejor dicho.
-Estabas escapando de alguien?- dije al ver que miraba para todos lados, como si de algo o alguien se estuviera ocultando, aquella acción suya me causo un poco de risa.
-Bueno yo...
-Delicia, allí estás, estuve buscándote por todos lados, que suerte que te encontre
No hacía falta ni mirar para saber de quién se trataba, aquella voz tan chillona podía reconocerse de acá hasta Mallorca.
como había chicos sumamente populares, también habian chicas, y una de ellas era Renata Santini, actualmente se sabia que andaba revolcándose con Ander, pero a lo que ella nombraba como algo oficial, bien sabíamos que no se trataría de otros de los futuros corazones rotos por Ander Rossi.
-Ay no- susurró frunciendo sus ojos para luego soltar un largo suspiro, pues de la piraña que se estaba escondiendo, por fin lo había hallado.
Renata paso por mi lado como si yo no existiera y deposito un estruendoso beso en los labios de aquel chico con el que recientemente había chocado, al percatarme de que casi se le estaba subiendo encima sin siquiera darse cuenta de mi presencia, fije la mirada en Ander, quien me pedía a gritos ahogados que lo ayudara a salir de los brazos de aquella Chica tan insoportable para mi gusto.
-Aham- carraspee para llamar su atención.
-Disculpa?-dijo de una mala manera la maldita plástica, al parecer interrumpir su beso apasionado le había molestado- ¿quien eres tu?
-Soy Giann...
-No me interesa, sigue tu camino- dijo mirándome de arriba a abajo- trata de seguirlo hasta una buena tienda de ropas, te hará falta.
¿Y si mejor te arranco las cuerdas vocales maldita zorra?
me habría gustado haberlo dicho, pero en lugar de eso, me dispuse a ignorar su comportamiento y a seguir el recorrido hasta la clase de Matemáticas. Lamentablemente llegue temprano, incluso antes que la mayoría, maldita suerte la mia.
Luego de unos minutos la clase había comenzado y me dispuse a poner toda mi atención ya que en serio me iba bastante mal, y no queria ningun rojo en mi boletín de notas.