Al día siguiente Lily se encontraba en su apartamento después de haber vuelto de sus clases dando vueltas sin parar con la camiseta de la tienda de música ya puesta y mordiéndose las uñas mientras mira el reloj.
- ¿Se puede saber que te pasa?-. Le dice una voz desde el sofá-. Nunca te había visto tan impaciente para ir a trabajar
- Me gusta mi trabajo
- Te gusta trabajar ahí-. Recalco-. Pero no al limite de estar lista dos horas antes.
Una chica rubia se levanta del sofá y se dirigió hacia ella sujetándola por los hombros para obligarla que la mire. Hace signos de expirar y inspirar haciendo que Lily la repita. Pippa lleva siendo su compañera de piso desde que se mudo a Nueva York. Sus ojos azules se clavan en los de ella haciendo que Lily se tranquilice por unos momentos.
Con una mano en su espalda la guía hacia el sofá donde las dos se dejan caer.
- Y ahora, suelta por esa boquita que es lo que tiene tan nerviosa.
Lily suspira y se gira hacia ella completamente con una almohada entre las manos.
- He conocido a un chico
Los ojos de su amiga se abren de sorpresa pero una gran sonrisa aparece en sus labios. Jamas había visto a Lily con un hombre desde que se mudo con ella y esta era la primera vez que la iba a hablar sobre un chico en cuestión. Se sentía como una madre a la que su hija adolescente le estaba contando sus amoríos. Lanzo un grito de emoción y se apego mas a ella
- Cuéntamelo, ¿trabaja contigo en la tienda? ¿por eso estas tan impaciente de ir? ¿es guapo? ¿es ese chico tan mono con el piercing en el labio que vi cuando fui a verte? Cuéntame
- Mas despacio-. Respondió Lily con una sonrisa
- Lily, honestamente desde que vives aquí no has estado con ningún tio y solo te veo ir del ballet al trabajo y del trabajo al ballet. Necesitas que te echen un polvo!!!-. Exclamo con ilusión
La joven se intento ocultar con la almohada pero Pippa se la arranco de las manos y le dio un golpe con ella.
- Mas vale que me lo cuentes todo si quieres que te espere esta noche con los macarrones listos-. La dijo en tono amenazante mientras la señalaba con el dedo.
- No trabaja conmigo en la tienda, pero a lo mejor va. Si, es guapo y no, no es Izan.
- ¿Y?-. Dijo Pippa haciendo una señal con la mano para que continuara.
Lily se acomodo en el fosa mientras Pippa la miraba con atención deseosa de que se lo cuente todo.
- Es artista, tuvimos un breve encuentro en la parada de bus hablamos brevemente y ayer entro en la tienda en mi turno de noche y no se...me parece bastante interesante.
- ¿Sabes su nombre?
- David, dijo que se pasaría esta tarde en mi horaria para verme
- Eso es genial-. Exclamo de repente Pippa con una gran sonrisa-. Os disteis vuestros nombres y esta interesado en pasarte a ver ¿quieres algo con el?
- No le conozco demasiado...
- Pero lo que has visto ha sido suficiente para captar tu atención- Termina la frase por ella-. Yo que tu le pediría su numero cuando te pase a ver.
Lily se mordió el labio y siguió escuchando los consejos de su amiga que incluso la maquillo porque según ella Lily tenia unas ojeras horribles consecuencia de haberse quedado hasta tarde trabajando y luego tener que despertarse temprano para ir a sus clases. Lily se sentía muy unida a su compañera de piso, tanto que la consideraba una verdadera amia que siempre la apoyaba en todo. Recordó la primera vez que se presentaron y le resulto extraño su nombre. Al parecer a sus padres les parecía un bonito detalle poner el nombre de Philippa a su hija en honor a su abuela. Como podéis adivinar a Pippa no le hacia ninguna gracia que la llamaran Philippa e insistía en que la llamaran Pippa.
Cuando solo faltaban apenas diez minutos para que Lily entrara en su turno de trabajo se coloco el abrigo y los zapatos y justo cuando iba a salir alguien entro. Landon, el novio de Pippa quien la saludo con una gran sonrisa.
- ¿Ya te vas a trabajar Lily?-. Pregunto Landon mientras entraba en la casa
Lily asintió con la cabeza pero antes de que pudiera responder su amiga se adelanto dando una gran palmada.
- Va la conquista de su hombre-. Comento con mucha ilusión
La aludida puso los ojos en blanco y agacho la mirada ante la sonrisa picara que se le había puesto a Landon antes de que ninguno de los dos haga un solo comentario, salio rápidamente de la casa con un "adiós" muy rápido. A través de la puerta se podían escuchar las risitas de Pippa y Landon y algo le decía a Lily que se iban a poner a marujear. Ella negó con la cabeza pero no pudo evitar sonreír mientras bajaba las escalaras para salir a la calle. Eran sus amigos al fin y al cabo y los quería, aunque se comportaran como unas adolescentes en una fiesta de pijama contándose sus secretos.
Cuando llego a la tienda emitió un gran saludo para sus dos compañeros que ya estaban allí. La primero, un mujer con mechas moradas y con cara de amargada puso una cara de asco y siguió a lo suyo. El segundo, el mejor compañero de la historia, según Lily le respondió con otra gran saludo igual de caluroso.
- ¿Que trabajo tenemos hoy, soldado?-. Le pregunto en tono militar mientras se acercaba a el