Dime que te Iras (amor a lo Escoces #2)

Capítulo 15

"Yo no quería despedirme y tú no quería olvidarme"

 

—Tú dices Fabi, yo digo Hola, y es Fabiola, Hola Fabiola. —Hans entró a Evannas Place rapeando esa espantosa rima con un espantoso español en su acento.

Katia detrás de él lucía avergonzada

—Te dije que no cantaras esa estupidez, harás que la chica nos deje de hablar.

—Te venimos a visitar —Hans sonrió ignorando a Katia.

Ethan siendo celoso decía que estaba intentando reemplazarlo con Hans pero nada más lejano a la realidad. Ethan no tenía reemplazo.

—Que dichosa soy con su presencia — reí acercándome a ellos. Era mediados de la tarde y el café no estaba tan lleno. Desde que Aiden ya no se la pasaba por aquí a estas horas la cantidad de mujeres que solían venir había menguado considerablemente.

—¿Cómo sabían que estaría aquí?

—Me dijiste que conocías a Aiden y que trabajabas en una cafetería. Estas insultando mi inteligencia

—¡Conoces a Aiden! —Katia murmuró conteniendo su emoción— ¿Por qué no me dijiste nada? ¡Hans se niega a presentármelo!

—No sabía que ustedes también lo conocían

—Yo no lo conozco —admitió Katia con pesar—. Hans si y ahora tu también. ¿Qué chiquito es el mundo no?

Pff. Si supieran

No estaba segura de que Hans supiese de mi antigua relación con Aiden y tampoco era algo que yo diría.

—No vine aquí a hablar de Aiden. —soltó Hans con un resoplido sentándose en una mesa vacía.

—¿Si te fijas que estamos en un local que le pertenece a él? ¿Y qué te encanta ir a Medialuna que también le pertenece a él y que además tu prima se casará con él? Aiden está en toda tu vida querido amigo —Katia rio para molestarlo y Hans hizo una mueca descontenta

—¿Aiden es dueño de Medialuna? —pregunté en un hilo de voz y sintiendo que el corazón se me subía a la garganta.

—Pensé que ustedes eran íntimos amigos —Hans sonrió con ironía— ¿No lo sabias?

Sacudí mi cabeza impactada por esa noticia.

El nombre. La decoración. El logo. La medialuna con la estrella.

Miré hacia Lisseth que parecía estar ocupada con su celular y volví mi vista hacia Hans y Katia.

—No tenía idea —susurré sintiendo que esa noticia me daba un vuelco en la vida

Estas imaginándote cosas Fabiola. Deja de imaginarte cosas.

No es posible

¿Por qué él no me había dicho nada esa noche en la terraza?

—Para que veas que no lo conoces tan bien como crees —dijo Hans

—¿Por qué te pones modo imbécil cuando hablamos de él? —Katia frunció el ceño— deja la envidia amigo.

—¿Por qué tendría envidia de él?

—Porque él es apuesto, alto, perfecto, musculoso...

—Yo soy apuesto, alto, más que perfecto —Hans flexionó sus brazos y los tensó— ¿Estás viendo mis músculos?

Katia y yo compartimos una mirada y rodamos los ojos

—Lo que tu digas, amigo.

—¿Que quieren de tomar? —pregunté para cambiar de conversación. Hablar de Aiden no me ayudaría a olvidar a Aiden.

—¿Venden cerveza aquí? —preguntó Hans

Asentí

—Lo que tu desees aquí lo encontrarás.

—Vaya pero que buena vendedora eres —Katia rio — yo también quiero una cerveza. ¿Puedes sentarte con nosotros a hablar?

Me encogí de hombros y miré a mí alrededor, Lisseth no parecía necesitarme y no había entrado nadie nuevo tampoco.

—Si claro.

Me alejé para ir a buscar las cervezas en la barra, tomé solo las de ellos dos, no parecía profesional de mi parte beberme una cerveza también aunque estaba segura de que Lisseth no se molestaría.

—¿Quiénes son ellos? —Lisseth preguntó acercándose a mí.

—El chico es Hans, lo conocí en la universidad y resulta ser el primo de Hilka y la chica, Katia es amiga de él.

Los ojos de Lisseth se abrieron sorprendida

—¿Es el primo de Hilka? —Asentí y ella giró su cabeza para echarle un vistazo— tienen los mismos rizos.

—Sí, una vez que te enteras que son familia empiezas a distinguir ciertos rasgos. ¿No hay problema si me siento con ellos un rato?

Lisseth se encogió de hombros y bostezó.

—No. Tranquila. Si necesito algo te llamo.

—Gracias.

Caminé de vuelta a la mesa, Katia parecía estar discutiendo con Hans.

—Te he dicho que no. Y si le respondes te juro que no te vuelvo a hablar.

—Dice que quiere verme. ¿No debería escuchar lo que tiene que decirme? —Hans preguntó mirando su celular

—¡No! Ya te he dicho que no. Que se meta sus palabras por donde no pega la luz del sol.

—¿De qué hablan? —pregunté siendo chismosa y dejando las cervezas en la mesa

—La ex novia loca de Hans apareció otra vez. Siempre es lo mismo. —Katia lo señaló con su dedo índice— pero tú no volverás a caer.

—Pero...

—Pero nada. Punto. Bloquea su número.

Hans me miró como queriendo que tomara su bando

—¿Qué opinas tú, Fabiola Uní?

—Realmente no sé qué fue lo que sucedió entre ustedes pero apoyo a Katia.

—¿Por qué la apoyas?

—Porque nunca se debe volver con un ex. Por alguna razón terminaron —dije convencida de aplicar esas palabras para mí persona

—Pero no es volver —Hans dijo— es solo escuchar...

—¡No! —Katia y yo soltamos al mismo tiempo.

—Mira Fabiola —Katia se giró hacia mí— esa chica es una celopata. Alejó a todas las amigas de Hans, le creaba escenas de celos por todo, y sabes que hizo al final

—¿Que?

—¡Lo engañó! Se paseó por todo Edimburgo con ese tipo sin importarle nada y ahora está buscándolo de vuelta.

Hans hizo una mueca infeliz, me sentí mal por él.

—Creo que quiere explicarse...

—Me la sudan sus explicaciones y a ti también —Katia parecía verdaderamente irritada— ¿Sabes que se le dice a ese tipo de personas?

—¿Que?

—¡Que se jodan! Que si quieren hablar conmigo, vengan primero a comerse mi mierda en bandeja de oro



#914 en Novela romántica

En el texto hay: humor, drama, amor

Editado: 19.04.2022

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