"Ya no hay brillo en las estrellas"
AIDEN STRACHAN
—Si sigues caminando así abrirás un hueco en el piso —Rupert comentó con tranquilidad mientras yo seguía caminando de un lado al otro intentando controlar todos los impulsos que estaban sobre mí en este instante.
"No me iré, porque esta vez me quedaré"
Con ella, como siempre, nunca sabía a qué atenerme. Cuando le pedía que se quedara se iba, cuando le pido que se vaya, me dice, pues no, me quedo.
Llevarme la contraria, hacer temblar mi mundo, desbalancear la balanza de mi vida, eso era lo que le gustaba, comenzaba a sospecharlo.
— ¿Me dirás para que me hiciste venir hasta acá o tengo que seguir viéndote caminar? —Rupert volvió a preguntar desde el asiento en mi oficina de Evannas Place. — Candice y Blair no sé qué tanto se vayan a quedar con Nancy y no quiero que se quede sola.
Me detuve y lo observé, me miraba de esa manera en la que papá solía mirarme, era una mirada sabia y cargada de madurez que de alguna manera me hace sentir como un niño otra vez.
Pero ya no era un niño, era un adulto que tenía que pensar muy bien lo que haría, que tenía que enfocarse en cómo sus decisiones afectaban a su entorno. Era egoísta pensar solo en mí, en mis necesidades y deseos. Yo ya no era ese tipo de persona.
—¿Qué piensas hacer con Nancy? —pregunté.
Sabia de los sentimientos de mi hermano por Nancy sin embargo Bodric seguía presente en nosotros. Siempre lo estaría. Todo era demasiado reciente y no quería que mi hermano saliese lastimado.
—No entiendo tu pregunta —respondió escuetamente.
—Soy tu hermano, Rupert.
Su expresión se quedó seria, no me asustaba. No cedería en esto.
—No haré absolutamente nada. Bodric era mi amigo, su pérdida me duele y me sigue doliendo. Lo que sea que estás pensando, deséchalo, estoy para Nancy como amigo, como un apoyo, como sé que a Bodric le gustaría que estuviese, que todos estuviésemos, no pretendo nada, ni busco nada.
—Las cosas se te pueden salir de las manos, créeme lo que te digo.
Para que se me salieran las cosas de las manos yo estaba hecho.
—Respeto la memoria de Bodric, no haré nada que irrespete su memoria. Así como entiendo el duelo de Nancy, y por eso tampoco haré nada que pueda lastimarla ni confundirla.
Sacudí mi cabeza pensando que toda esta idea de ella mudándose a la casa de Rupert era terrible.
—Lo digo por ti. Me preocupas
—Yo estoy bien. Y mientras Nancy y el bebé estén sanos, yo también lo estaré.
—Si, pero ...
—Mira Aiden, eres la peor persona para dar consejos de esta índole. Y tú estás desde hace meses, en una posición peor a la mía.
—No eres el papá de ese bebé. —sonaba fuerte y sonaba duro pero era la verdad. El cuerpo de mi hermano se estremeció y supe que había dado en el clavo— Ese bebé ya tiene a su padre...
—Lo sé
—Y si Nancy en el algún momento decide formar una nueva vida con otro hombre que no eres tú, tendrás que...
—¡Lo sé! —Rupert se levantó de su asiento— sé que ese bebé no es mío pero no puedo evitar preocuparme por él como si lo fuese. Y cuidarlo tan bien, como sé que Bodric lo haría. No pretendo ni quiero reemplazar a nadie.
Rupert tenía razón, Bodric hubiese querido que cuidásemos y quisiéramos a ese bebé como si fuese nuestro, el dolor de su perdida era tan reciente, que todo se volvía más difuso y confuso. Era mejor pensar bien las cosas antes de seguir adelante.
—¿Bodric sabia de tus sentimientos?
—No, por supuesto que no.
—¿Por qué?
Se levantó de asiento luciendo molesto.
—Si me llamaste para hablar de Nancy entonces mejor damos por zanjada esta conversación.
En algunos aspectos, Rupert y yo éramos tan diferentes
—Quiero que estés bien.
—Ya la vi casándose con mi mejor amigo, ya la vi al borde de la muerte. Dos veces, pensé que la perdía. Créeme, puedo seguir aguantando.
—¿No te hizo daño, ver como se casaba con alguien más?
No podía entenderlo, en su lugar, yo ni siquiera hubiese podido asistir a la boda
—¿Que quieras que te diga? ¿Qué me mató? Pues sí, me hizo tanto daño que lo único que pude hacer fue sonreír y darles mis mejores deseos
—¿Por qué nunca dijiste nada Rupert? —pregunté necesitando una respuesta.
—Respeto. Estaba seguro de que Nancy lo quería a él, que yo solo era un amigo. Nancy jamás me miró, ni me dio señas de que mis sentimientos fuesen de alguna manera correspondidos. Ella solo tenía ojos para Bodric.
—¿Y por eso te quedaste callado?
—¿Esto es sobre mí o es sobre ti, Aiden?
—Necesito entender, porque si la querías tanto como dices, no diste muestra de esos sentimientos.
Rupert se rascó la barbilla y se volvió a sentar.
—Callar, a veces, es lo mejor que podemos hacer por las personas que amamos.
—Y si Nancy... Si ella te hubiese dado alguna muestra, algo, de que tenía sentimientos por ti.
—Mira Aiden, no me gusta hablar de este tema. Si estas comparando esto con tu boda con Hilka y Fabiola, entonces déjame confirmarte que sí, tienes un problema.
Joder con Rupert y su suspicacia.
"No me iré. Esta vez me quedaré."
—¿Sabías que Fabiola planea quedarse a vivir aquí en Edimburgo? A vivir.
—Sí, por supuesto, tú también lo sabías
—No. No lo sabía. Yo creí que ella vendría, se quedaría unos meses, haría su especialización y luego se volvería a ir. Otra vez. Nadie me dijo que se quedaba. Nadie me lo confirmó. Hasta hace unos momentos, Rupert, ella misma me dijo que se iba a quedar. Que su familia vendría a quedarse.
—¿Y por qué eso te altera?
—¿Como que por qué? ¡Ella no puede quedarse! ¿Ahora? Justo ahora. Después de tres años. Justo cuando me voy a casar, ella decide venir a quedarse sin consultarme una mierda.