Dime...¿te espero o te olvido?

Capítulo 13: Un amor que permanece en el hogar.

A pesar de que la presencia de Kyle a veces se tornaba incomoda por sus miradas hacia mí, al final todo salió de maravillas pero para mi dulce esposo aún no terminaba, una noticia quedaba pendiente para comunicar.

—Gracias por venir —Saludé a Kyle cómo si solo hubiéramos sido amigos, pero esta vez sentía que iba a ser el último adiós y no me molestaba ni sentía dolor en absoluto. Como respuesta él me miró, sonrió y simplemente se retiró luego de realizar una pequeña reverencia mientras que Andrew lo acompañaba a la salida.

—Parece un buen hombre —escuché que me decía Santi por detrás.

—Así es hijo, uno jamás podrá olvidarlo. Siempre le agradeceré por haber mandado a tu padre con una carta la primera vez que lo vi.

—Madre —me di la vuelta y lo contemplé y a pesar de que no se parecía mucho a su verdadero padre, tenía unos aspectos muy parecidos a él —. Se que siempre nos quedamos un momento en el estudio todos juntos pero desearía descansar esta noche.

—Ya lo creo —me acerqué a él y lo besé en la mejilla —ve a dormir, mañana sera un nuevo y creo que maravillosos día.

Luego de que me abrazara y deseara buenas noches, lo ví alejarse con su aire tan elegante y único hasta que sentí unas manos que rodeaban mi cintura con amor y mientras permanecíamos en esa posición recordé todos los momentos vividos.

"El amor" que palabra más dulce, aquellos que lo sintieron sabrán cómo es en verdad y los que no trataré de ayudarlos con las palabras adecuadas para describirlo, aunque considero que ninguna podría hacerle justicia como corresponde.

Lo que nos hace sentir, mariposas, ansiedad, ilusión, deseo, ver el mundo como si nunca hubiera otro más maravilloso, podría llegar a describirlo pero no es muy fácil de identificar, en mi caso me costo.

Cuando ví a Andrew la primera vez, jamás me imaginé que podríamos llegar a estar unidos. Él me hizo abrir los ojos de forma diferente a como lo hizo Kyle, él me mostró que a pesar de las cosas malas siempre hay un lugar a donde uno puede recurrir y es a los recuerdos. No importa que haya pasado, siempre recuerda las cosas maravillosas que viviste y nunca las malas porque de ellas nos ahogamos, pero de las hermosas flotamos como un pétalo de rosas, donde sentimos el maravillosos mecer del agua que nos calma y nos relaja logrando que volvamos a sonreír.

Y desde el momento en que estuvimos juntos comprendí que él era el agua, me calmaba sin importar qué y me hacía sonreír una y otra vez.

"El Amor" solo se puede distinguir con una mirada, una sonrisa, unas simples palabras, el sonrojo en nuestras mejillas, el no poder dejar de pensar en esa persona, el desear poder verlo cada día y saber que él sonríe por el simple hecho de estar a tu lado.

En silencio me di la vuelta y lo miré, allí estaba EL AMOR, sus ojos me lo expresaban sin límite y con total devoción y yo se lo devolvía de la forma más pura que el universo hubiera creado para nosotros.

—Tengo una noticia para contarte —le susurré dulcemente.

—Espero que sean buenas —sonrió.

—Las mejores y me parece que también va a hacerte trabajar.

—¿Trabajar? —como adoraba dejarlo pensando y con incertidumbre —¿Qué noticia podría hacerme trabajar más de lo normal?

Di vueltas por el estudio observando con cara pensativa las paredes.

—Nuestro hogar va a necesitar un espacio nuevo y opino que de color rosa.

—Tenemos mucho es... —su voz se fue apagando y simplemente me miró, se acercó y me besó con tal pasión que por un momento pensé que me iba a quedar sin aire. —¿Hace cuánto? —quiso saber de inmediato.

—Hoy lo confirmé —sonreí ampliamente.

***

Cada noche desde que tenia memoria tenia terribles pesadillas que no podía sacar de mi cabeza, no sabía ni siquiera de dónde provenían, solo despertaba con miedo a que le pasara algo a mis padres.

Me hallaba en un lugar oscuro, lo único que podía llegar a ver era a una hermosa mujer recostada en el suelo hecha un ovillo y llorando sin control, parecía que había perdido algo muy importante. De a poco la oscuridad se alejaba para que pudiera ver una lápida frente a ella. Muy lentamente me fui acercando y ví con más cuidado lo que allí decía.

"PARA UN DULCE Y AMADO PADRE, SIMPRE TE AMARE MI ANDREW"

¨No... puede... ser...¨en ese momento me despertaba completamente empapado.

Las pesadillas parecía que nunca acabarían incluso después de que nació mi hermosa hermanita, la cual se parecía muchísimo a mi madre.

Desde el momento en que supe que iba a tener una, mi corazón se agrando de felicidad y pedí que me permitieran ponerle el nombre que yo deseara.

—Si le queda bien, se lo ponemos —me dijo mi padre a la vez que los tres reíamos.

Cuando llegó el momento Amelia abrió sus ojos al mundo y su alrededor, era una hermosa niña pelirroja y totalmente dulce. Todos la amamos desde el primer momento. Ese mismo día mi madre me pidió que nos encontráramos en el estudio ya que deseaba contarme algo muy importante.




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