Fue entonces cuando Tae se introdujo en ella con un simple empujón que disparó en Aixa una violenta sensación erótica. Tanta intensidad sobrecogió a Aixa. Taehyung le levantó los muslos para hundirse en su interior con mayor profundidad. Y siguió haciéndolo una y otra y otra y otra vez... Un placer adictivo asaltó a Aixa. Se le escapó gemido tras gemido de excitación. Su cuerpo entero pedía a gritos que lo liberaran del tormento al que el frenético ritmo de Taehyung le estaba sometiendo. Crecía y crecía la tensión hasta que estalló como una presa reventada por el agua. Con un grito quebrado, Aixa tembló y se vio desbordada por una serie de convulsiones provocadas por un terremoto de éxtasis que sobrepasaba todas sus previsiones. Dulces oleadas de placer bañaban su cuerpo cubriéndolo de alivio y descanso.
Mientras se relajaba, Aixa se entretuvo estudiando cada uno de los ángulos del moreno y atractivo rostro de su marido. Estrechó a Taehyung en sus brazos, sonriendo mientras los labios de éste depositaban un beso en su frente. La sensación de felicidad era nueva en ella. Los malos pensamientos todavía la amenazaban, acechando desde el fondo de su mente, pero luchó para controlarlos, decidida a disfrutar todo lo que pudiese de su actual felicidad. Porque ahora Tae era suyo: su marido, su amante, sólo suyo.
¿Qué importaba si al final resultaba ser una ilusión temporal?
¿Se iba a convertir en una de esas mujeres amargadas que siempre temían que pasara lo peor?
- Ha sido... increíble, pethi mou - murmuró Taehyung a trompicones, desconcertado ante la certeza de que nunca había disfrutado tanto antes con el sexo.
Por mucho que intentaba explicarse el por qué, no conseguía hallar la respuesta. Aixa era tan apasionada como él. Y además, era su esposa. Quizá eso era lo que daba una nueva dimensión al sexo. Taehyung frunció el ceño, pues no estaba acostumbrado a hacerse ese tipo de preguntas. Aixa sonrió mientras él la abrazaba con torpeza. La atracción que sentía por él era increíble, pensó mientras hundía los dedos en el negro cabello de su esposo.
- Tienes tanta pasión en tu interior - dijo Tae, disfrutando de la íntima manera con que ella le acariciaba- Y a la vez eres tan serena. Vamos a tener una luna de miel fantástica, señora Kim.
- ¿Una luna de miel? - preguntó Aixa sintiendo cómo, de repente, su cuerpo se ponía tenso- Nunca dijiste que...
- Era una sorpresa. ¿Por qué crees que he estado tan ocupado las últimas semanas? - Taehyung siguió jugueteando con los cabellos de su esposa- Quería encontrar el lugar perfecto para pasar unos días juntos.
A Aixa le sorprendió el repentino resentimiento que empezó a sentir al escuchar las palabras «luna de miel». No había olvidado el cruel comentario que Cassia hizo el día de su boda. Le dolió como si le hubieran dado un bofetón. Apartó de su pelo la mano de Taehyung.
- No puedo dejar el refugio - dijo finalmente.
- Por supuesto que puedes. Por eso insistí en que contratásemos un empleado.
- Puedes decir lo que quieras - dijo Aixa como respuesta al arrogante comentario de Tae- pero no voy a dejar solos a mis animales para irme a una estúpida luna de miel.
- Claro que los dejarás solos - contraatacó Taehyung- Si hubiéramos tenido la misma oportunidad hace ocho años, quizá habríamos aclarado todos los malentendidos. Vamos a hacer las cosas bien ahora.
- Lo siento, pero no puedes tomar ese tipo de decisiones por mí. A veces, ser una persona responsable implica tomar decisiones altruistas.
Taehyung se quejó al oír una afirmación tan idealista.
- Sabes que tengo razón -dijo Aixa-. ¿Por qué si no te casaste conmigo hace ocho años? ¿Por qué si no me casé contigo?
- ¿No va siendo hora de que discutamos sobre esa fantasía tuya de que tuviste tan poca elección como yo? - le preguntó Taehyung con una frialdad letal.
Aixa se sentó sobre la cama, cubriéndose los pechos con la sábana.
- ¿Qué intentas decir?
- Te casaste conmigo porque yo te gustaba... - dijo Tae- Deja de fingir que hiciste un gran sacrificio al casarte conmigo.
- ¡Eres tan engreído! - Aixa levantó las pestañas de forma desafiante- No es justo que digas eso y lo sabes. No tenía elección. Mi abuelo se negó a ayudar a mi madre si no me casaba contigo. - Taehyung frunció el ceño.
- ¿Que Theo iba a ayudar a tu madre? - Preguntó Tae- ¿Cómo? ¿De qué estás hablando?
- Siempre te has comportado como si tu sacrificio hubiera sido mayor que el mío. Me casé contigo sólo porque mi madre era alcohólica y había contraído unas deudas tremendas. Iba a morir por culpa de la bebida y su única salvación era entrar en un programa de rehabilitación.
Agarrándose de la cabecera con gesto calculado, Taehyung saltó de la cama y escrutó el rostro de Aixa con calculada intensidad.
- Empieza por el principio... - dijo entonces- Acabas de decir que Theo se negaba a ayudar a Trixie.
- Como debes saber, Theo es una persona que no da nada a cambio de nada. Dijo que no le importaba en absoluto si mi madre moría o no. Desgraciadamente necesitábamos el dinero de mi abuelo para pagar sus deudas y pudiera ir a rehabilitación. ¡El precio que mi abuelo pidió a cambio fue que me casara contigo!
- No lo sabía... Te juro que no lo sabía - El rostro de Taehyung se contrajo en un gesto de lástima- ¿Por qué no me dijiste nunca que te estaba presionando de esa manera? - Ahora fue Aixa la que se sorprendió.
- ¿En serio no lo sabías?
- ¿Y cómo iba a saberlo si nadie se molestó en decírmelo? - dijo Taehyung enfurecido.
- Tampoco lo preguntaste... Simplemente asumí que lo sabías... Lo que quiero decir es que, por ejemplo, yo sabía que tu familia tenía problemas económicos, pero tú tampoco hablaste de eso conmigo y, bueno... quizá yo tenía tan pocas ganas como tú de hablar de mis problemas - protestó Aixa.