05-Equilibrio del Poder

Tadashi caminaba por los pasillos siguiendo una luz, era apenas más grande que una luciérnaga y tenía un fulgor azul, no recordaba porque la seguía pero intuía su importancia, le vio entrar en una habitación, dentro había una cuna rodeada de decenas de aquellas luces, un espectáculo mágico, se inclino sobre ella para ver a su hijo y solo encontró una cobija ensangrentada.

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Despertó sobresaltado y tuvo que controlar su respiración para no despertar a Hikari, su hijo Hakai, de cinco años ya, dormía plácidamente entre sus brazos, lucia igual a un ser humano gracias a un hechizo de su abuela Shizen, ambos habían decidido que le sería mejor así, cuando fuera adulto él decidiría si seguir de esa manera o vivir como un Uni, la respuesta Tadashi ya la conocía.

Se levanto y salió a caminar, el aire nocturno le despejaría, era el octavo sueño en cinco años que se podía relacionar a su segundo hijo y las señales siempre eran las mismas: Magia, un bebe que no estaba, sangre o una sombra enmascarada, peligro y amenaza en conclusión, llego a la vera del bosque cuando algo se movió.

-¿Quién está ahí?-un zorro salto de la espesura-Ah, Adroz, ¿Qué te trae por acá?

-Estaba cenando con Sheng-al transformarse noto que estaba algo colorado-y se nos hizo tarde, ¿Qué hay de ti?

-No puedo dormir.

-El viejo dragón te sigue molestando, ¿Qué hay esta vez?

Adroz era el único con quien podría hablar de tales temas, aunque su hábito de burlarse de todo hacía imposible tomárselo en serio, de verdad agradecía su amistad, así como la amistad de la refinada Lady Sheng, todo el mundo decía que aquellos dos aprovechaban el periodo de paz para empezar una relación, su aspecto achispado le indico que algo de verdad en aquellos rumores tenía que haber.

-Mira, si tu hijo está en peligro yo se que lo protegerás, por ese lado no hay problemas.

-Pero hay problemas en algún lado.

-Uno en particular y es que antes de preocuparte por el futuro de ese niño deberías asegurarte de que existiera.

-Oye…

-¿Me equivoco o no has tenido intimidad con tu mujer desde que Hakai nació?

-¡Oye, eso…!-bajo la cabeza-eso no es culpa mía…

Era vergonzoso pero Adroz decía la verdad, Hikari y él no habían pasado una sola noche solos desde hacía cinco años, Hakai era extremadamente apegado a su madre y no les dejaba.

Claro que no poder dormir sin su mamá era el menor de sus problemas, después de esperarlo dos años finalmente dio muestras de su fuerza, desbaratando su cuna solo para salir a jugar, desde ese momento se tuvo que vigilarlo, alejarlo de los artículos quebradizos y de otros niños de su edad, afortunadamente era un niño bueno, en brazos de su madre no había criatura más delicada, con el tiempo llego a demostrar que era capaz de regularse con la gente, con los animales, incluso era cuidadoso con las plantas, pero hasta ahí llegaba, si le ponías en las manos un objeto no tardaba en destrozarle, en parte por eso Hikari se acostumbro a llevarlo a todos lados, lo que no hizo más que reforzar su dependencia con ella, ciertamente las cosas tenían que cambiar.

-Bueno, simplemente hablare con Hikari, Hakai ya está muy grande para seguir durmiendo con nosotros.

-Te enfocas en el menor de dos problemas, hermano, ¿Qué me dices de su poder?, esa es la razón para no dejarle solo.

-¿Qué quieres que haga al respecto?

-Bueno, nosotros los Yoko tenemos esta filosofía: Nada como el trabajo duro para bajarle el lomo a las bestias-se rio ante su expresión-mándalo a la granja, que se gane el pan.

-¿Estas chiflado?, es casi un bebe.

-Con la fuerza de cien hombres, necesitas dirigir esa fuerza y cuanto antes mejor.

-No sé, dudo que Hikari esté de acuerdo con esa idea.

-Abre los ojos, Tadashi, están malcriando a ese niño, uno de ustedes debe hacer algo para cambiar la situación y no esperes que sea ella-daba gracia verlo tan severo-eso los Kitsume lo sabemos, los hombres educan a los niños y las mujeres a las niñas.