09-Muchos Cambios p.2

Hikari tomo una bandeja de la cocina, la lleno con pan, sopa y té, la decoro con un florero con una sola flor y la llevo al cuarto de su hijo, tuvo que jugársela un poco para tocar la puerta sin soltarla.

-Kouro, ¿puedo pasar?

-…Si, madre-fue la respuesta apagada desde el interior.

Empujo la puerta y entro, deposito la bandeja sobre una mesa antes de dirigirse a su hijo, Kouro estaba de pie junto a la ventana enrejada, tenía el brazo izquierdo en un cabestrillo y su expresión más que de dolor era de una desolación total.

-Te traje algo de comer.

-No tengo apetito…

-Necesitas alimentarte o nunca te vas a recuperar-fue a revisarle-¿Cómo está eso?, si te duele mucho no lo calles.

-No, ya no duele tanto…la verdad es que no siento casi el brazo, esta entumido, no sé si va a servir de algo otra vez…

-¿Puedo traerte algo más?, ¿Te cambio el vendaje?

-¿Podrías…?

-¿Si?, lo que sea.

-…Estas rejas, ¿puedes hacer que las quiten?, no soporto sentirme encerrado.

-Sí, claro, se lo diré a tu padre, por favor, trata de comer.

Se sentó y tomo un bocado solo para contentarla y que le dejara solo otra vez, ella salió y encontró en el pasillo a Hakai, con aspecto de quien lleva media hora dando vueltas por un sitio sin atreverse a avanzar, hacia un par de semanas desde su cumpleaños y el terrible accidente en que lastimara a su hermano, no lograba perdonarse.

-¿Cómo esta?

-Hakai, no tienes que estarle rondando así, ve y habla con él.

-No, eso ya lo intente-bajo la mirada-me teme, lo veo en sus ojos…mamá, aun no puede creer que el hiciera daño.

-No, cariño, tienes que dejar de culparte-lo abrazo-no era tu intención y no es que Kouro te tenga miedo pero ya lo conoces, necesita espacio y tiempo, ya vas a ver como todo se arreglara.

-Me siento terrible…

-Mira, ven conmigo, Kouro quiere que le quitemos las rejas a su ventana, si convencemos a papá puedes quitarlas tu mismo.

En el momento en que Hikari salió, Kouro se levanto y apoyo la oreja en la puerta, lo escucho todo y después regreso junto a la ventana; Ahora resultaba que Hakai creía que le tenía miedo, algo de eso había pero sin duda era lo bastante inteligente para saber que su hermano no le había herido adrede, asique no estaba asustado, ni enfadado, lo que le invadía en aquellos momentos era una sensación de pérdida y decepción brutal, miraba hacia afuera y se preguntaba si no estaría teniendo un mal sueño, le esperanzaba creer que en cualquier momento su abuela le despertaría y todo seguiría como antes, pero no, lo que experimentaba era su nueva realidad.

-Abuela…-apoyo la cabeza contra los barrotes-te extraño, ¿Por qué tenias que dejarme?, ¿Qué fue lo que hice mal?

No lo entendía y eso le frustraba, estaba frustrado y eso le enloquecía, en ese estado su percepción se acrecentaba y llegaba a ver fuerzas que ni Shizen había sabido explicar, su mano se aferro a la reja, deseando tener la fuerza de Hakai para arrancarla de su sitio y escapar…pero si huía, ¿A dónde iría?, si su abuela no le quería más…

-¡No, mentira!-luchaba por no llorar-¡Ella me ama, ella no me abandono!, no pudo ser así, teníamos tantos planes.

Entonces se acordó, ¡Sus planes!, le había prometido convertirse en un mercader, le había dicho que viajarían juntos por lo ancho y largo de la tierra, una esperanza había allí porque si no tenía a donde ir al menos podría ir a todas partes, solo tenía doce años, si se esforzaba para cuando fuera mayor como su hermano podría partir, nadie le detendría, algo que decía su padre era que trabajando el tiempo se iba volando y si así estaban las cosas tendría que trabajar como un endemoniado para aguantarse en aquella casa cerrada siete años, pero primero lo primero.

-Debo arreglar este brazo.

Por primera vez en días salió de su cuarto para buscar tinta y papel, cuando Hakai llego a quitarle las rejas a la ventana se lo encontró regresando por el pasillo y se asusto.