Dinastia Uni-Tomo 2

37-El Sitio p.1

-No tengo dudas-decía Kouro, mientras se alisaba la chaqueta-esto se ha convertido en una batalla de ingenios, un duelo de voluntades entre Sheng y yo.

-Su ejército se detuvo frente a la muralla principal-dijo Hakai, bien colocado en su puesto de general-los arqueros y un cuarto de nuestras tropas están allí, no ha habido más movimientos.

-Claro que no, conociéndola querrá que nuestro primer encuentro sea diplomático asique vamos, no hay que hacerla esperar.

-Maestro-Koguchi intervino entonces-no creo sensato que vaya al frente y menos sin mí.

-Ya hablamos de esto, las niñas se están volviendo precoces y estoy harto de oírlas corretear por todas partes, debes vigilarlas.

 

Silencio incomodo, al menos de parte de Hakai solo era eso, a estas alturas no tenía idea de cómo tomarse la existencia de aquellas bebitas, dos de las cuales eran casi idénticas a sus fallecidas sobrinas, Koguchi tenía conflictos, sus hermanitas con suerte gateaban, nunca dejaban el cuarto pero Kouro juraba haberlas oído por toda la casa, estaba seriamente preocupado por su estado mental.

 

-Maestro, piénselo un poco-insistió-¿Y si sufre una recaída?, ayer aun estaba débil.

-Ayer pero hoy te aseguro que me encuentro de maravilla-finalmente pareció conforme con su aspecto-ojala pudiesen sentirlo, toda esa magia y la trajo directo a mi.

-¿Se refiere al ejercito de Sheng?, ¿Cómo eso podría…?

-Me quitas el tiempo, Koguchi, vamos, Hakai, veamos si la vieja Sheng conserva cicatrices de nuestro último encuentro.

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Las tropas enemigas arrasaron con fabricas y campos sin la menor resistencia, previo a su llegada Kouro había redirigido todos los recursos de modo que le fuera posible mantener un sitio prolongado; ahora, frente a la muralla que defendía a la ciudadela Uni, la tención se acumulaba con las fuerzas de Sheng posicionándose fuera como si no vieran a los soldados atrincherados arriba del  muro, a los arqueros apuntándoles con sus flechas en espera de una señal que disparase las hostilidades.

 

Lady Sheng se paseaba frente a la muralla ataviada con una armadura que solo acrecentaba su poderosa femineidad, iba cargando un pesado martillo y daba vueltas sin más escolta que su hijo, de tanto en tanto el joven miraba hacia arriba y gruñía amenazadoramente a los arqueros.

 

-¿Acaso no piensa venir?, ¿Crees que siga enfermo?

-Vendrá, es como un viejo dragón, aun herido el orgullo lo hará salir de su cubil, solo tenemos que esperar-hubo movimiento en la muralla-quédate junto a mí.

-¡Atención!-era Hakai quien había subido-¡Están invadiendo territorio Uni!, ¡Retírense ahora o aténganse a las consecuencias!

-¡No daremos un paso fuera de aquí, Hakai!-dijo Sheng-¿Dónde está Kouro?, ya es tiempo de que rinda cuentas.

-El terrateniente Koukamy preferiría discutir en privado.

-Primero, relájate, me niego a participar de este teatro, segundo, ¿ahora quiere privacidad?, que ni lo sueñe, es mi turno de apalearlo en público.

 

La comitiva Oni prorrumpió en carcajadas, apoyando a su bien amada líder, pero fueron interrumpidos por un lento aplauso, Kouro había estado unos metros detrás de Hakai todo ese tiempo, convenientemente fuera de vista hasta poder hacer una buena entrada.

 

-Es un hecho, Sheng-dijo digno-pierdes belleza y modales conforme aumenta tu edad.

-Oye, por lo menos yo SI soy una dama-nuevas risas, más fuertes esta vez.

-Adorable-no se dio por aludido-veo a tu hijo, ¿Dónde está tu hija?, quisiera ver qué aspecto tiene luego de ser mejorada por mi aprendiz.

-No tienes derecho a pedirme nada, Kouro, en especial nada referente a mis hijos.

-Ah sí, lo de rendir cuentas, ¿Qué te debo según tu?

-Nos debes a todos-con un gesto abarco a su fuerza expectante-durante tu reinado de terror no solo destruiste vidas y familias sino que explotaste, acaparaste y consumiste la magia de toda la región, tu avaricia y ansia del poder le cuestan al mundo más de lo que puedes imaginar.

-Oh, Sheng…mi existencia le cuesta al mundo más de lo que nunca podrías imaginar…-un comentario extraño-vayamos al grano, calculando el tamaño de tu ejercito yo diría que estamos parejos pero tengo la ventaja de las armas y el terreno, te doy pues la opción de abandonar esta idea absurda y marcharte sin bajas, ¿Qué te parece?



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En el texto hay: demonios, japon, magia

Editado: 11.08.2018

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