—Me llamo Galehidrelle Jane, gusto en conocerlos —mostré una pequeña sonrisa hacia mis compañeros.
—¿Galatos qué? —comentó un niño mostrando una sonrisa malvada.
Seguido de sus palabras, todos los de la clase se burlaron de mi nombre. Fingí estar bien y me encamine hacia mi asiento.
Mi primer día de clases había sido un desastre, ¿Por qué me sucedía eso a mí? Solo era una niña aún, y me sentía una adolescente humillada por toda la secundaria, y eso era peor ¿no?
Llegué a casa y mi mami me esperaba en la puerta principal, me sonrió de oreja a oreja y un gran abrazo inundó mi cuerpo.
Mi mami era mi mejor amiga, si, lo era. Aún no había tenido una amiga de mi misma edad. Le conté sobre mi primer día, le dije que fue un inicio de clases apestoso y feo, ella me informó que sucesos desagradables le suceden a cualquiera y que no le prestará atención a lo que la gente dijera.
También me aclaró, que las personas que no están bendecidas por Dios, le suceden cosas peores y no es que Dios lo quisiera así, sino que ellos no se dejaban bendecir por las palabras de Dios Padre; pero mami ya me había bendecido.
¿Pero que peores cosas que las que me pasan a mí? ¿Ah? ¿Dios no quiso bendecirme?