C O L Í N
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Mi madre es un ser que la mayoría de las personas diría que tiene un muy mal genio. Yo la veo como una buena madre protectora y que siempre percibe cuando algo no está yendo como debería. Como ahora. Sus ojos hechizantes de color verde me observan desde el umbral de la puerta. Dasha entra en la habitación corriendo feliz para enseñarme a Taya que había dejado de ser una estatua.
– papi me la trajo – hablo con emoción la pequeña enseñándome su mascota de ocho patas. Apenas le sonrió pasando mi mano por su cabeza desordenado sus cabellos logrando que ella se ría y salga corriendo en busca de papá.
– ¿qué pasa hijo? – entrando en la habitación mi madre se sentó a mi lado tomando mi mano de forma maternal. No quise verla a los ojos no quería hablar de nada de lo que me estaba pasando. Mi madre siempre me dijo que no me metiera con los dioses y ahora había aceptado ser el guardaespaldas de la hija de dos titanes.
– nada mamá solo que recibí unas cosas extrañas, pero ya lo solucioné – en cierta forma si le estaba diciendo la verdad algo maquillada pero la vedad al fin. Ella dudo un par de segundos para luego asentir y dejándome para marcharse.
– Colín siempre podrás confiar en nosotros y si necesitas hablar de otros temas puedes molestar a tu padre – diciendo esas palabras mi madre desapareció por el pasillo. Me deje caer de espaldas a la cama viendo el techo de mi habitación en busca de algo interesante para distraerme.
– ¿estas aburrido? – rápido me siento en la cama viendo a la dueña de aquella voz dulce pero firme a la vez. Sentada sobre mi escritorio estaba Cali con un vestido blanco corto que tenía estampado con negro la palabra "Revenge", y por encima saliendo desde su cintura una falda de tul negra que le llegaba hasta las rodillas.
– si – respondo viendo de reojo a la platinada que se baja del escritorio de un salto. Es una cabeza más baja que yo, pero lo compensa usando un par de zapatos blancos con plataforma. – ¿porque te interesa? – pregunto cruzado de brazos al verla paseando por mi habitación husmeando entre mis cosas.
– porque yo también estoy aburrida y no conozco la cuidad, pero mi hermano no tiene ganas de salir – se gira para verme con uno de los libros que le había robado a Kevin de su casa titulado Quien de nosotros¹. – ¿quieres ser mi guía? – dejando el libro donde estaba Calíope se me acerca sentándose alado mío para verme con ojos de cachorro triste.
– no te entiendo cuando nos conocimos fuiste intimidante y ruda pero ahora eres adorable y gentil ¿a qué estás jugando? – si algo había aprendido por parte de mi abuela Medusa es a no confiar en los dioses y mucho menos en una que parece salida de un catálogo de princesas rebeldes.
– no estoy jugando Colín es solo que tu no me conoces del todo, soy buena si eres bueno conmigo, pero soy una maldita perra si eres malo conmigo. Así es el asunto tú me gustas y quiero conocerte para ver qué pasa – estira su palma para dejarla enfrente de mi esperando una respuesta.
– eres directa, además de sincera y eso me agrada – tome su pequeña mano con una sonrisa y me levante arrastrando a Cali por mi casa. Mi madre abrió mucho los ojos cuando noto que pasaba corriendo a su lado. Sin mirar hacia atrás salgo directo al garaje donde saco mi moto y dos cascos, Cali observa lo que le estoy dando con mucho detenimiento.
– ¿por qué debo ponerme esa cosa? – señala el casco con algo de desconfianza, entrecerrando los ojos para inclinar su cabeza un poco.
– es un casco es por seguridad ¿acaso jamás subiste a una motocicleta? – señalo a mi moto estacionada enfrente de nosotros. Calíope no dijo nada, pero viendo cómo se puso de nerviosa no hacía falta preguntar que ella no conocía mucho el mundo mortal.
– mis padres jamás me dejaron salir del tártaro y lo poco que conozco del mundo de los humanos es por lo que Oliver me contaba o por los libros que me traía a escondidas – se colocó el casco con algo de torpeza, subiéndome en la moto espere a que la platinada me siguiera y en cuanto sentí sus manos sobre mi costado hice que me rodeara la cintura para asegurarme de no se caiga en el camino.
– agárrate fuerte el viaje será algo agitado – encendiendo el motor de mi vehículo acelero saliendo de la casa escuchando el grito de Cali. No paso mucho tiempo cuando la platinada aflojó solo un poco el agarre en mi cintura y comenzó a disfrutar del viaje.
Fui directo a mi lugar favorito de la cuidad una plaza algo escondida donde se practica skate, hacen graffitis y donde también pasan peleas con apuestas. Un sitio algo sucio, un ambiente que no es agradable pero si quieres conocer de verdad la ciudad esta es la forma.
– ¿qué es este lugar? – pregunto Calíope quitándose el casco para ver mejor los alrededores. Por ser tan temprano solo habían skaters practicando y parejas tomándose fotos usando como fondo las paredes con graffitis.
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Editado: 10.10.2020