M A R
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Viajar con Colín y Kevin no es algo que les recomiende a muchas personas, bueno salvo a Melione que sería a la única a la cual le interesaría tener charlas tan profundas con estos dos chicos. No llevábamos ni quince minutos de viaje y ya me quería bajar, lo peor de todo fue cuando parábamos en los semáforos. En esos momentos me hundía en mi asiento con la esperanza de que nadie me vea en los asientos traseros. Tengo dos razones por las cuales el viaje fue una completa tortura para mí, la primera es que Colín no dejaba de insultar a los conductores de otros autos y en algunos momentos lo poseía el espíritu de Toretto y aceleraba de ochenta a ciento veinte. La segunda razón es Kevin, no paraba de decir cosas sobre chicas con las que había salido y con las que quería salir. En resumen, hubiera preferido ir al liceo en la bicicleta de Dasha antes que tener que aguantar esta tortura.
El resto de la mañana paso sin nada interesante salvo por que Colín no apareció a la primera clase que compartimos cosa que no me sorprendió lo había visto saltearse clases algunas veces. Y teniendo en cuanta que no me quiso hablar en el auto cuando estuvimos solos antes de buscar a Kevin entendí que él también estaba enfadado por lo de Pegaso.
– Pegaso es el hijo bastardo de tu abuelo Poseidón, tu tía Demi está furiosa con tu madre porque no le dijo que el monstruo de su medio hermano está en el jardín de Artemisa – resume Bunnie lo que le estaba contando a las chicas a la hora del almuerzo.
– esta mañana discutieron en casa de la tía Demi por eso me trajo Colín fue un viaje muy incómodo – aclaro moviendo la comida con mi tenedor para luego mirarlas a todas que se repartían miradas que escondían un secreto que solo ellas podían saber. – ¿Qué esconden? – pregunto colocando mi mano en mis caderas esperando que alguna me responda, pero todas se limitan a ver sus platos.
– no escondemos nada Mar estas alucinando... – Red deja de hablar y su expresión alegre cambia a una más seria mirando por encima de mi cabeza. Las demás miran lo mismo que la pelirroja por lo que me giro en mi lugar viendo en la puerta de la cafetería a Calíope hablando con Colín.
Como si el chico de ojos verdes sintiera nuestra penetrante mirada deja de hablar con la platinada para ver hacia nuestra mesa. Nuestras miradas se cruzan y puedo sentir el rechazo en sus ojos a fin de cuentas mantuve el secreto de Pegaso el cual es tío también de Colín. Está en todo su derecho de poder conocerlo al igual que Dasha o la tía Demi, pero en el momento que el caballo alado apareció no fue para una reunión familiar precisamente. Cuando la mirada de Colín abandono la mía pude sentir claramente la de alguien más puesta sobre mí. Calíope me estaba saludando con la palma de su mano con una sonrisa radiante que la hacía verse más linda de lo que ya es. Por educación le devuelvo el gesto cosa que note que enfureció a mis amigas.
– lo vuelvo a repetir esa chica no me agrada – el tono enojado de Lila nos sorprendió, pero a Red le resulto gracioso al igual que a Melione que comenzaron a reírse. La castaña ignorando la risa de ambas chicas concentro su mirada en los vegetales que estaba comiendo y llegue a sentir pena por las papas que estaban siendo apuñaladas por Lila.
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Al finalizar el horario de estudio me sorprendió ver a Colín fuera de mi salón apoyado contra el marco de la puerta mirando al techo como si las telarañas del pasillo fueran algo interesante de ver. Ignorando al chico salgo caminando por el pasillo lleno de adolescentes que buscan irse de una vez para seguir con sus vidas. Freno en mi casillero para dejar algunas cosas y llevarme otras para poder estudiar en casa. Cuando cierro mi taquilla no puedo evitar soltar un gritito y dejar caer al suelo mi celular, apoyado en la taquilla de alado como un ninja estaba Colín viéndome con sus enigmáticos ojos verdes.
– por las furias Colín casi me matas del susto – hablo con un tono de voz para nada tranquilo, mi corazón parecía que se saldría de mi pecho y la mirada burlona de Colín solo hacía que me enfureciera.
– si bueno por si no lo notaste mi trabajo aquí no es ser agradable contigo. Vamos debo llevarte a mi casa tu mamá no quiere que estés sola por las calles – sin siquiera preguntarle nada Colín comienza a caminar esperando que lo siguiera sin siquiera ver si lo hacía. Respirando hondo para calmarme y no matarlo con mis propias manos me tranquilizo. Agachándome para tomar mi celular veo como el castaño frena a unos cuantos metros al no verme cerca suyo, poniéndome rápidamente de pie emprendo el camino para seguirlo.
La espalda de Colín es bastante ancha ahora que la noto bien y la chaqueta de cuero que lleva puesta le hace parecer más rudo. Con la serpiente que tiene aplicada como parche en la espalda me hace recordar a una serie que estaba viendo por Netflix y a la cual como siempre había llegado algo tarde para ver. Salgo de mi trance cuando Colín mueve su mochila tapando la serpiente parcialmente y continúo viendo el camino por donde estamos yendo en el estacionamiento. El auto negro del chico estaba lo más alejado posible de la entrada justo debajo de un gran árbol el cual le proporcionaba sombra al vehículo.
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Editado: 10.10.2020