C A L Í O P E
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Vierto el contenido de color rojo en la comida de mi hermano mezclado un poco para que no se dé cuenta que algo no está bien. Me siento en mi sitio otra vez viendo a Styx y Oliver venir desde la cocina con vasos y una jarra con agua. Intentando retener la risa muerdo mi mejilla interna esperando a que ambos se sentaran y sirvieron el agua en los vasos para finalmente comenzar a degustar la comida.
Espere saboreando la comida que Styx había preparado y observando a mi hermano note cuando al probar su cuarto bocado comenzaba a hacer caras raras. Investigando por internet como me enseño mi hermano busque que para alivianar el picor del picante lo mejor era tomar leche. Y como mi venganza quería que fuera cruel por lo que tire toda la leche que había dentro de la heladera por lo que mi hermanito no tendría con que alivianar su picor en la lengua y garganta.
– ¿Qué te pasa hermanito? – pregunte viendo de manera angelical a mi hermano que se levantó de un salto de la silla, esta se cayó hacia atrás asiendo un ruido tremendo. Styx miro a su hijo con sorpresa y este comenzó a tomar de su vaso hasta que ya no tuvo más agua. Tomando la jarra de agua comenzó a beber desde ella sin molestarse en servirse en el vaso, no pude contenerme cuando comencé a reír y mi hermano me miro con los ojos rojos de la furia.
– Calí me las pagaras – mi hermano corrió a la cocina en busca de lo que yo sabía que sería leche, pero no hay más de eso por lo que vuelve con lágrimas escapando de sus ojos. Tomando el agua de nuestros vasos tuve un poco de piedad por lo que hice aparecer un vaso a medio llenar con leche fresca. Oliver miro el vaso que estaba sosteniendo entre mis manos e intento abalanzarse sobre mí para quitarme el vaso.
– espera – lo aparto de mi levantándome de mi lugar viendo el vaso de leche y luego a mi hermano – pídeme perdón por broma de la pintura – moviendo el vaso con el líquido blanco delante de sus ojos espero su respuesta. Mi hermano con lágrimas escapando de sus ojos rojos apretó sus manos a los costados para hablar jadeante.
– perdón Calí por la broma – acerco su mano para que le del vaso, pero sentía que le faltaba algo más a su disculpa. Haciendo un ademan con mi mano libre para que continué Oliver resoplo y volvió a hablar – no me meteré en tus asuntos hermanita – sonriendo le entrego el vaso de leche y hago aparecer otras dos cajas de la bebida vacuna.
La diosa del odio que había permanecido como una espectadora del espectáculo que montábamos con su hijo tocio para que la veamos. Con las manos en sus caderas nos hizo volver a sentarnos y cambio el plato de Oli por uno sin la mezcla de varias salsas picantes y en polvo.
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Sentándome frente al espejo peino mi cabello mojado mientras espero a que mi madre me contacte por medio del espejo. En mi frente aparece mi marca de nacimiento, una media luna que puede llegar a brillar si utilizo mis poderes. Bebiendo pociones especiales logro ocular mi marca de otros seres de descendencia divina y principalmente de los mortales.
– eres tan igual a mí – mi reflejo hablo dejando de peinar mi cabello cosa que yo si estaba haciendo. Poco a poco lo que antes era mi reflejo dejo de serlo y mi madre se veía frente a mí.
– claro que soy igual a ti mamá comenzando por la inteligencia y terminando con lo malvada – tirándole un beso mi madre lo hace un gesto de atraparlo y guardarlo en su corazón. Sonrió ante ese gesto y ella mueve su cabello dejando a la vista la marca de su frente la misma que yo herede.
– ¿Cómo vas con tu plan hija? – dejando de lado las bromas me pongo seria delante de mi madre para hablarle acerca de Colín. Fui enviada para ayudar a mi hermano, pero mientras él no ejecute el plan puedo seducir a Colín Adams.
– las cosas van tomando su curso mamá creo que le gusto a Colín, pero las amiguitas de la descendiente de los mares intentan… alejarnos cosa que no lograran – dejando el peine sobe el tocador miro a mi madre sonreír, a pesar de no saber mucho del mundo mortal había leído lo suficiente y con las cosas que mis padres me enseñaron intento manejarme en este mundo.
– déjame adivinar la princesa del inframundo sospecha que no eres una buena chica – asiento sin dejar de ver a mi madre, pero puedo escuchar claramente ruidos fuera de mi habitación. Por lo general la casa de Styx siempre está en silencio ella se la pasa fuera de este lugar y viene durante la tarde a preparar comida y dormir. – Calíope me estas prestando atención – la elevada voz de mi madre hizo que dejara de ver la puerta por donde provenían cada vez más ruidos extraños.
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Editado: 10.10.2020