Dioses en guerra: el elegido

El secreto de Timo

El mayor error de la humanidad no fue confiar en sus dioses, sino creer que lo que les dijeron de ellos era la verdad. No había pruebas de que en realidad todo hubiera pasado como lo creían, además de que existían muchas preguntas que no siquiera se habían planteado.

    ¿De dónde habían salido esos dioses? ¿Siempre existieron? ¿Por qué cada persona tenía un legado de ellos?

    La mayoría de todas las respuestas Timo las tenía. Pero así como podría despejar dudas, también podía esconder infinidad de secretos más. Era verdad que él no tenía un legado de Thyxo, pero tampoco de Lhidan, ni de ningún otro; era más parecido a Loryen que ningún otro, era incluso… Mejor. Quizá su verdadera naturaleza era importante, pero Suéh tenía otras dudas y no se le ocurrió aquella pregunta clave, algo que quizá evitaría la guerra. Aunque de haberse enterado en ese momento y lugar del mayor secreto que Timo guardaba no tendríamos una historia que contar.

✧️✧️

Mientras Suéh caía por esa oscuridad indescifrable creyó que iba a morir. Nunca había pensando en lo que se sentiría, o lo que habría después; por eso no sintió miedo, solo estaba confundida ¿cómo había pasado?

    Sin embargo, no era ese el momento, aún le faltaba mucho por delante. Para su mala suerte la próxima vez que corriera peligro su vida ya habría aprendido a temer a la muerte.

    Cuando sintió por fin algo sólido debajo de su cuerpo no hubo golpe, se sintió como si siempre hubiera estado ahí y solo despertara sobresaltada de una pesadilla. Miró a su alrededor con la respiración agitada: para ella había sido como caer por horas, pero solo habían pasado segundos desde que desapareció del lado de Loryen.

    —¿Cómo te sientes? —preguntó una voz conocida para ella. Se puso de pie enseguida y buscó a Timo con la mirada— Supongo que bien.

—¿Cómo llegué aquí?

—Yo te traje —caminó unos pasos en dirección a ella y Suéh no pudo evitar dar la misma cantidad de pasos lejos de él—. Si quisiera hacerte daño no tendría que tocarte.

En cierto modo sabía que era verdad, así que la chica volvió a mirar a su alrededor. Había bastantes árboles, se parecían a los que había por su casa en el norte; además de catorce caballos y las dos mulas que se supone estaban perdidas, sus cosas estaban también intactas.

—¿Por qué estoy aquí? —preguntó pensando que se encontraban al norte.

—Les ayudé a recorrer lo más difícil del camino, ¿no deberías preguntar dónde están los otros?

Cayó en cuenta de que Timo habló en plural y ella aún no sabía qué pasó en las tierras áridas. A decir verdad solo le preocupaba su seguridad, pero era su deber cuidar de Loryen y trabajar con ese equipo, así que cuestionó al joven por ellos. Como respuesta sacó de una bolsa que estaba a sus pies una esfera llena de arena y se la mostró.

—¿Qué…? —empezó a preguntar cuando notó lo que había adentro, no solo había arena ahí, había personas. Trece para ser exactos, todos ellos parecían concentrados, eran tan pequeños y no se daban cuenta de que dos enormes figuras los observaban mientras “caminaban” por un pasillo— ¿Cómo?

—Magia. Ya sabes, es sencillo, ellos creen que están viviendo una aventura ahí abajo mientras que nosotros los miramos desde el mundo real…

Suéh observó cómo en realidad ellos no avanzaban demasiado, era la escena la que cambiaba constantemente; sabía que todo iba en función de lo que decían o incluso pensaban, lo había descubierto estando dentro y ahora lo confirmaba.

—¿Desde cuándo nos traes en el bolsillo?

—No mucho, en realidad. Pero no te preocupes, yo no los estuve espiando —Suéh despegó sus ojos de los compañeros, entendiendo la indirecta—. Todo lo que haya pasado por sus mentes, los deseos que se les hayan cumplido estando ahí dentro, quedará solo para ustedes.

Entonces una corriente helada atravesó a Suéh de la cabeza a los pies, ¿eso quería decir que la noche anterior cuando Timo le habló al zacate no había pasado en realidad, lo había imaginado y también sus palabras? ¿Significaba que ella deseaba que él fuera de confianza?

—Entonces no me contarás lo que pasó en el castillo.

Timo se puso pálido y la miró fijamente. ¿Sería eso la confirmación de que sí lo había imaginado?

—¿Por qué querrías saberlo?

—Porque no entiendo nada de lo que ocurrió… Reynard—dijo aquel nombre haciendo alusión a cómo lo nombraron los hombres de ahí.

—Tú eres quien no quería pensar en ello, así que está en ti averiguarlo—a Suéh le molestó que insinuara que ella no quería recordar, considerando que los últimos días era lo único en lo que pensaba, no le parecía lógico—. Lo siento, no puedo contarte eso.

—Dime por qué si Loryen te corrió de la misión sigues aquí —cambió el tema, pasando a otro asunto que le causaba conflicto.

El rostro del joven adquirió una seriedad alarmante, Suéh estaba acostumbrada a su expresión divertida y burlona.

—Porque es mi deber… No, no con la Alianza —aclaró esto último al ver la pregunta en la cara de la chica—. Hay algo más grande detrás de todo. Ya te dije que cuando llegue el momento sabrás qué hacer…



#18165 en Fantasía
#3862 en Magia

En el texto hay: elegido, una aventura, amor contra la muerte

Editado: 22.03.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.