Dioses: Los elegidos

CAPÍTULO 27. Batallas que no se pelean solas.

Estaban adentro otra vez. Estaba demasiado silencioso afuera, estaban callados comiendo sopa. Estaban cansados y el abuelo quien les habría prohibido comer sopa les había permitido por hoy comer otra vez. Adeline no podía concentrarse demasiado en la conversación y si lo hacía la última palabra que mencionaba era la que se le quedaba.

—¿En dónde estará Seth? — Pregunta Anthony, sacando un mapa.

—Nuestra guarida estaba en el sector industrial.

—¿El sector industrial? — Ninguno conocía ese término, por lo que Malek lo señala en el mapa —. Hermano, nadie le conoce así. El sector de los muertos.

—Yo no crecí aquí — Adeline pierde el hilo de la conversación, pues su dolor había incrementado.

La chica ni siquiera termina de escuchar por que corre al baño, tenía demasiado dolor en su costado, este se había puesto de color negro. Ella toma papel de baño intentando limpiarse, pero con nada se salía.

¿Qué demonios era esto? Pensó Adeline mientras saca su cambio de ropa, para sumergirse con todo y vestido, a lo mejor se había pegado la sangre se le había combinado con el color de la tela.

El dolor de su cabeza incrementa a tal punto que no podía pensar con claridad, y aunque no sabe nadar se le hace magnífica idea, sumergirse en el agua, hasta que le cubra su cabeza.

En esta ella mira flashback de cosas sin sentido, de su casa en particular con alguien asustando a todos. De cómo su madre estaba huyendo mientras escondía a su hermano en un armario. Esta inconscientemente se aferra a la tina queriendo salir, pero no puede, se estaba ahogando. 

Dylan estaba buscando el momento adecuado para hacer las paces con Adeline quien no salía del baño. El comienza a escuchar el chapoteo y piensa lo peor. Si ella era capaz de arrojarse, también sería capaz de ahogarse en una bañera.

—Adeline responde — La chica quien seguía en el agua quiso pedir ayuda, pero en el intento solamente se ahogaba. El ver como el dios jalo a su madre del cabello, arrojándola contra la pared, hizo que esta quisiera despertar. ¿Por qué estaba tan concentrada con Seth?

El grito de Dylan hizo que los demás se preocuparan por su mejor amiga. Este ni siquiera lo piensa, en un solo acto rompe la puerta para poder entrar. Adeline seguía bajo el agua. Dylan al sacarla de esto se resbala por el agua teniendo como resultado del esfuerzo una gran herida en la mano.

Pero le importa poco, pone su mano en su costado para levantarla, una fuerza la mantenía atada al fondo de la tina. Owen se acerca para ayudarlos, pero la energía de la chica es repelida.

Sentía un gran dolor. Aun así, logra sacar a su amiga del agua. Esta tose repetidas veces, intentando incorporarse. Dylan la pone de lado notando su marca negra en el costado.

—¿Qué demonios? — Su mano había tocado ese lateral de ella. Este se aparta para detener la sangre, sentía un ardor en la cabeza indescriptible.

Malek le pone una toalla encima, pero ella no quería eso. No quería ser consolada más tiempo.

—Seth tiene a mi familia. Está en mi casa — Esta no podía ponerse de pie, pero para ella ya no le importaba nada —. Tengo que ir.

—Es una trampa — El decírselo no significaba nada para Adeline. Ella mira a Dylan suplicándole con la mirada —. Adeline es quien no debe de ir.

Dylan lo hacía para evitar que hiciera lo mismo que él. Pero la chica lo tomó como un agravio hacia su persona. 

—Dylan ¿Qué esperas que hagas? — Esta se termina de incorporar tenía humo en su cuerpo —. No quiero quedarme de brazos cruzados mientras mi familia está en peligro. 

—Nadie va a dejar a nadie. Dejen el drama — Los regaña Samuel, también estaba desesperado, a pesar de tener ese aire sereno, estaba asustado —. Necesitamos a Adeline. No podemos estar separados. Iremos todos.

Adeline siente demasiado caliente su costado.

—Empezamos esto juntos y lo terminaremos juntos.

Eso era algo que había dado un significado a Adeline. Siempre había peleado sus batallas sola, y ahora no más. Ya nunca más estaría sola. El abuelo los atrae para que se sientan en la mesa, y puedan pensar de una manera más concreta. Debían de tener un plan y era difícil manejar a nueve adolescentes con las emociones a flote.

—Abuelo. Venga con nosotros — El pedir eso para el abuelo era un gesto de que ellos los respetaban como alguien que podía apoyarlos, pero era un señor de 70 y pico años, estaba cansado, agotado, lo que este quería hacer era dormir una larga siesta, pero no podía hacerlo.

—No puedo… — Este se sirve una taza de té para explicarle a sus niños todo, sentía un poco de lastima —. Cuando mis ancestros crearon esta tienda, no solo creó una tienda. Es un templo para las reliquias de dioses. Aquí hay desde objetos aztecas, hasta tailandeses. No creo que Seth tenga conocimiento de esto, pero si lo tiene. Estamos acabando.

—Abuelo. Dígame a ver si entendí — Todos estaban atontados con esta información —. Dice “reliquias de dioses” es decir ¿Hay más dioses?

El abuelo solo les sonríe con la comisura de sus labios. 

—Todo a su tiempo pequeño James — Los hombros de todos se sintieron aún más pesados. Eso significaba que tendrían que volver a hacer esto. El cerebro de Adeline estaba maquinando de tal manera, que solo la mano del abuelo en su espalda hizo que esta se despejará.




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