Toda la ruidosa ciudad impedía que escuchara a la perfección lo que me decían por teléfono.
—No, no, no, dije que lo quería a las 9 no a más 10— me calle mientras escuchaba la voz del otro lado del teléfono— ¿Y yo que le voy a decir a el señor Johansson? No, no, no ya dije lo quiero a las 9, sino la coorporación JPA, no volverá a trabajar para ustedes.— sentencié, mientras seguía escuchando las réplicas de la otra persona en la línea.
Sigo caminando con rapidez y mi falda de tubo no es de mucha ayuda para poder caminar rápido, ajusto el saco a mí cuerpo abrochando algunos botones, aunque es un poco difícil por todas las cosas que llevo en las manos, los cafés, las carpetas y mi bolso, además de que mi teléfono pegado a mi oído, no es nada fácil ser una secretaria.
Subo al auto y dejó todo en el asiento del acompañante, enciendo y salgo del parqueo, comienzo a manejar por la calle principal después de dar fin a esa incómoda llamada. Dejo mi teléfono caer entre mis piernas y sigo conduciendo, doy vueltas en varias calles, hasta que llevo a la avenida Terrong, los autos comienzan a detenerse y quedó atascada en el tráfico.
— ¡Oh, noo, vamos!, ¡avancen!— bufo y grito molesta, dando un golpe al volante.
El tráfico es abrumador, todos comienzan a dar pitidos y a gritar cosas. Recargo en el respaldo mi cabeza, cerrado los ojos unos momentos, hasta que un movimiento extraño comienza a mover mi auto, abro los ojos, el movimiento otra vez, salgo del auto dispuesta a salir a pelear en caso de que alguien me hubiera chocado. Salgo con las manos echas jarras, y mirando a todos lados pero todos los autos están en ese mismo movimiento y las demás personas también salen de sus autos con el terror reflejado en sus rostros. Un golpe se escucha por alguna parte tan fuerte y estruendoso que los vidrios de los edificios se rompen y caen lastimando a las personas desapercibidas que están abajo, la escena es algo sanguinaria y gritos de dolor se comienzan a escuchar, el terror se apodera de la gente y comienza a abrirse paso por alguna parte, mi boleto de salida está enfrente de mí, dejan un espacio para poder pasar con mi auto, entre la calle y la banqueta, ese pequeño espacio es ideal para mí auto. Subo al coche lo enciendo y el mismo movimiento se sigue sintiendo, algunos autos detrás de mí comienza a pitarme para que avance, pero las manos me tiemblan, aceleró y paso por la pequeña abertura, sigo conduciendo y esquivando algunos coches que chocaron entre sí, un auto sigue detrás de mí e intentan no chocar al igual que yo, y miro con cuidado al frente evitando chocar, enfrente un pequeño auto rojo es impactado por una piedra que salio de la nada, el pequeño auto es completamente compactado con el golpe, mi pie preciona con fuerza el freno y quedó a menos de un metro de chocar con la piedra y el auto impactado, mi corazón está acelerando y mi respiración irregular, miro la escena impactada, una roca de dos metros y medio frente de mí, veo a mí alrededor impactada, el pequeño auto rojo queda echo migas debajo de la gran roca
Pero un golpe me sorprende de la parte de atrás, impulsandome al frente y chocandome con la enorme roca frente de mí, me muevo de forma violenta por el golpe y mí cabeza se golpea con el volante y pierdo la conciencia por unos minutos, pero unos movimientos bruscos comienzan a despertarme, un pitido distrae mi mente, mi vista está borrosa y mí cuerpo se siente adormilado lentamente levanto mi cara del volante y veo enfrente, aunque no veo del todo bien puedo jurar que la roca frente de mí se está moviendo, un poco pero el movimiento y los temblores persisten moviendo el auto, esté comienza a soltar humo, el auto está casi completamente impactado de enfrente, golpeado y con el frente levantado de suerte mis piernas no fueron atrapadas o aplastadas por completo, las muevo revisando que todo esté bien.
Llevo mi mano a mi frente y el cabello que estaba recogido, ahora está desordenado y una línea de sangre recorre desde mi sien, por mi oreja hasta mi cuello.
Intento abrir la puerta chueca por el golpe pero es inútil, está atascada. El pánico corre por cuerpo y comienzo a gritar. La cosa enfrente de mí comienza tomar forma de una persona echa de pura piedra pero con unos ojos como la lava, tan furiosa y fogosa que te llena de terror.
— Ayuda, aquí!!! !!por favor¡!¡— comienzo a gritar y a patalear, exasperada. Miro hacia atrás y las personas de auto de atrás salen fácilmente del suyo y echan a correr dejandome sola y aterrada.
— No, no se vayan, ayudenme— grito otra vez pero hacen caso omiso a mis súplicas. Dando vuelta al final de la calle y nadie hace nada, al parecer soy la única en esa calle solitaria.
Cierro mis ojos, comienzo a rezar — oh por dios!, mamá y papá, ayúdenme a salir de aquí.
La cosa monstruosa comienza a zarandear el auto, mi cuerpo no reacciona y me quedo estática, mi cordura se va de paseo y un modo "pánico y corre" entra en acción, me quitó los tacones y buscando por alguna parte tomo mí teléfono y brinco hacia los asientos de atrás, abrí una de las puertas y salgo corriendo, volteo sobre mi hombro y el extraño hombre de piedra sigue destruyendo mi coche, eso quiere decir que no le interesaba mi vida en lo absoluto. Mi auto estata echo trisas.
Mi pie pisa un vidrio y pierdo el equilibrio por el dolor y caigo de rodillas, encajandome más vidrios en mis palmas, un quejido sale de mis labios y un pesados pasos se escuchan a mis espaldas. Me intento incorporar pero mi pie y rodillas duelen por los vidrio, sangre comienzan a salir de ellos, mis palmas rodillas y mi pie llenos de sangre, me levanto con todas mis fuerzas y corro mientras cojeo un poco de mi pie izquierdo.
El en unos cuantos pasos está pisando mis talones, sigo corriendo, un sonoro chillido de un bebé se escucha del otro lado de la calle en una camioneta familiar, el hombre de piedra desvía su trayectoria de mí y va directo a destrozar la camioneta, las manos me tiemblan y aunque ese es mi "pase de salida" no podría perdonarme la muere de un ser inocente, me tiro al suelo en busqueda de algo para aventarle pero solo encuentro vidrios rotos, adelante un pedazo de acera rota deja varios cachos de cemento sueltos, corrí hacia ellos y los tomo entre mis manos ensangrentadas.