꧁dipsomanía꧂

Capítulo 5

𝓒𝓪𝓹í𝓽𝓾𝓵𝓸 5

𝒟𝒾𝑒𝓏 𝑒𝓈 𝑒𝓁 𝓃ú𝓂𝑒𝓇𝑜 𝒹𝑒 𝓁𝒶 𝓈𝓊𝑒𝓇𝓉𝑒

___________ ¡Gal! __________

 

Como vómito verbal

Así se sintió la palabra que salió de mi boca, un simple “ella”. 

Espera…

No me detuve a pensarlo

¿Por qué ella captó mi atención?

¿Porque su mirada es más fría que la mía?

 

Creo que no importa mucho pensar en eso, porque ella está ahí, frente mío, con una mirada de asombro y sus labios relajados. Se podía notar que, aunque no la conocía, parecía tan lejana a mí, como si las olas del mar dejaran de moverse.

Tenía ojos finos, negros como las tazas de café de las mañanas; y su tono de piel ligeramente morena daba a sus mejillas un sonrojo bonito. Su largo cabello castaño oscuro con ondas en las puntas era precioso.

 

Una voz hizo que desviara la vista para ver al tipo apretando los puños en señal de victoria y la sonrisa que desde el momento que me encontró no dejaba de mostrar.

 

–Atrapó un pez gordo mi amigo…–Se acercó a mi para poner su brazo izquierdo sobre mis hombros– Ella era mi líder, pero supongo que no me hará falta. 66! Felicidades por tu ascenso…–

 

Una chica de cabellos rubios muy cortos dio un paso al frente y asintió con la cabeza.

 

–Vamos CC… dile gracias al señor por haberse fijado en ti…– 

 

¿CC?

¿Ese era su nombre? 

La chica solo hizo una pequeña reverencia para volverse y al parecer dirigirse a la parte trasera del local.

–No CC, creí que no eras sentimental…si despedirte de tu pocilga es tan importante pues ve, pero mínimo regreses te subes al auto de este caballero…–

 

La chica se quedó parada unos segundos y volteó bruscamente hacia la chica llamada 66, le dio un gran abrazo, rodeando sus brazos por el cuello de esta y susurrando algo que no alcancé a oír.

Después de que Rick me entregara los papeles para firmar el cheque, nos encaminamos hacia el centro de la sala de eventos a lo que pude notar que dos hombres estaban parados a lado de las chicas y CC estaba en el medio de la sala.

–Un placer hacer negocios con usted mi amigo…– me extendió la mano a lo que la tome para dar un pequeño apretón y regresarla a su postura original –Bien chicos, hora de que CC se vaya…–

 

Los dos hombres tomaron a la chica de cabellos castaños por los hombros y la hicieron caer de rodillas frente mío, para después hacer que bajara el pecho al suelo y poner sus manos detrás de su espalda.

–CC!... – escuche el grito de una de las chicas, pero fue callada por la rubia delante suyo.

Me daba asco, ver como tratan a seres humanos tan despreciablemente, como si fueran ganado para que se venda y se compre. Yo era parte de eso, pero no de la misma manera que los demás…Si fuera por mí, golpearía a este tipo. Pero no es mi territorio y lo menos que quiero es meterme en problemas con esta gente.

No era mejor persona por el hecho de que no veía a la chica como un objeto, de igual manera la “compre”. Era igual de escoria que los demás tipos que anteriormente pasaron por esas puertas negras.

CC

¿Por qué no te resistes?

Me voltee a ver al chico alado mío 

–¿No crees que es algo duro? –

–No, para nada a las perras rabiosas se les debe atar fuerte…– el chico regreso a verme y al notar el disgusto de mi expresión se dio cuenta que quería que la soltaran– de acuerdo…paren… al parecer el caballero quiere a la chica sin empaque…–

Me enferma…

Caminé hasta mi auto mientras Gary me abría la puerta y entré. La chica no regresó a ver a sus compañeras y se sentó a lado mío. Entonces el auto arrancó…

Ella miraba por la ventana con los vidrios polarizados.

 

Me saqué la leva gris y la puse en sus piernas, ella me regresó a ver con molestia y confusión.

–Bueno...supongo que debes de tener frio– 

No dijo nada 

–La temperatura en esta época del año es muy baja…– Vi como tomó la leva y se cubrió el pecho y los muslos con esta mientras redirigía su vista al camino.

¿Qué se supone que debería hacer ahora?

Ella notablemente me odia

Y entiendo el porqué 

Me debo de ver como un pervertido asqueroso

Pero la verdadera pregunta es si lo soy 

Se supone que iba a ir al burdel para pasar una noche, no todas las noches. Que pedazo de imbécil se me metió, aunque no es del todo malo, las chicas allá parecían aterradas del sujeto de gafas de sol.

Aunque aun así no hice algo bueno

El plan no era comprar una persona, sino un servicio

Mierda…

El auto se detuvo en la entrada de la casa, bajé y rodeé el auto para poder abrir la puerta para que CC bajara, pero ella ya lo había hecho sola. Se puso a caminar hacia la puerta de la casa mientras el auto avanzaba para poder ir al garaje. Me quede un momento inmóvil para después acelerar el paso y alcanzar a la chica que seguía sosteniendo fuertemente la leva de mi traje.

 

Abrí las puertas marrones de roble, pasé y le hice un gesto a la chica para que pasara igualmente.

 

–Bueno, aquí vivo…– ella miró a los cuadros y los sillones que se encontraban en la sala, al igual que notó los muchos ventanales que había y las escaleras de mármol que daban al segundo piso. Dio unos pasos y pisó la alfombra de color dorado que estaba en la sala, bajó la mirada para notar que estaba perfectamente limpia y por eso alzó su pie para ponerlo atrás.

Sus tacones estaban sucios 

–No te preocupes, sígueme…– ella asintió, su mirada había cambiado ahora era de sorpresa, como si nunca hubiera visto un lugar así.



#8573 en Novela romántica
#1164 en Joven Adulto

En el texto hay: millonario, vida dura, burdel

Editado: 19.05.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.