꧁dipsomanía꧂

Capítulo 25

𝓒𝓪𝓹í𝓽𝓾𝓵𝓸 25

ℛ𝑜𝒹𝑒𝒶𝒹𝒶 𝒹𝑒 𝑒𝓃𝓉𝑒𝓈 𝒾𝓃𝒹𝒾𝒻𝑒𝓇𝑒𝓃𝓉𝑒𝓈

____________! CC ¡____________

 

–Esto es para ti– Amber me entregó la caja que permaneció debajo de mi cama por todo ese tiempo.

–¿Qué es eso? – preguntó Gal después de ver la caja en mis manos

–Recuerdos solamente– dije

 

Ignoré la caja y la puse debajo del asiento del copiloto. Regresé a ver a Amber, usaba ese día el vestido amarillo con rayas blancas, se le veía bien. Ambas estábamos sentadas en los asientos traseros del auto del señor Gal.

–¿Cómo sigue todo? – pregunté 

–¿Hablas de la reubicación? – asentí– bueno, no mucho en realidad. Vienen a vernos de vez en cuando para verificar que estemos optimas para el trabajo y así–

–No te veo emocionada– dije al ver una mueca en su rostro

–Lo estoy es solo que…–

–¿Qué? –

–Los estúpidos trajes temáticos que escogió Dust para este año son una tortura– volteó los ojos en señal de disgusto

–¿Por qué? ¿No te gusta vestirte de ayudante de santa? – sonreí 

–En primer lugar, santa en el burdel es un viejo cochino ebrio en la barra. Y, en segundo lugar, las malditas pantimedias están muy ajustadas y lastiman mis muslos– señaló en medio de sus piernas para que pudiera ver una línea roja que se había formado.

–Una compresa caliente y estarás como nueva– dije con entusiasmo

–Que graciosa– se bajó el vestido– Pero cambiando de tema, ¿Este señor viejo te trata bien? –dijo Amber refiriéndose a Gal.

–Tan solo tengo 28 mocosa…– su voz roca de molestia se hizo presente.

–Y yo tengo 19, así que si esta viejo…– Amber se cruzó de brazos por la poca simpatía que sentía hacia él.

Gal volteó a verme con los ojos bien abiertos y solo pude asentir para confirmarlo. 

–Como sea. ¿Cuándo vayamos a la otra cuidad nos visitaras verdad? – puso sus manos en mis hombros acercando su rostro

–Pues claro que sí. Viviéremos una vida maravillosa mientras bebemos cerveza en nuestra piscina privada– comenté 

–Solo tú, 66, Flach, Mónica, Rebaca y yo ¿te parece? – 

–Me encanta el plan– 

Se detuvo por unos segundos para abrazarme. Hace diez años nunca creí que me vida fuera a tomar este giro, pero ahora que tenía la oportunidad de mejorar y que me pagara una vida digna todo sería maravilloso. 

–Tengo que irme– comenté 

–¿Tan pronto? – replicó molesta ella 

–Amber, hemos pasado conversando una hora…y tienes que ir a trabajar ahora o te tocará el turno nocturno que sé que odias–

Hizo un puchero y bajó el auto conmigo, la vi alejarse hasta la entrada del burdel mientras que en su mano derecha sostenía la lista que día antes había preparado para ella. Subí al asiento del copiloto.

–Esa chica es un poco altanera– comentó Gal mientras arrancaba el auto para volver a casa

–Talvez, pero usted tampoco se esfuerza en llevarse bien con ella– 

–Me llamó viejo– exclamó algo molesto

–Y usted la llamó mocosa– respondí 

–Así que…–hizo una pausa para pensar en lo que diría–¿Piensas irte con ella? –

–Sí. Nunca las dejaría…– 

–Creo que deberías pensar en ti esta vez…– lo miré con los ojos entrecerrados y no dijo más.

 

 

Llegamos a la casa y lo primero que me recibió al abrir la puerta fue la molesta mirada de Hazel que había estado esperándome desde hace mucho tiempo.

–ES TARDE– exclamó en voz fuerte mientras tenía sus manos a los lados de la cadera

–Lo sé, lo siento– me excusé 

–Y ME PROMETISTE QUE TE AYUDARÍA A ARREGLARTE PARA EL EVENTO– el volumen de su voz no bajaba a pesar de que ya estaba en medio de la sala– CECIL, SE NOS HACE TARDE. VAMOS– tomó mi mano y me dirigió al cuarto de huéspedes en el que estaba quedándose.

–Necesitamos peinarte y maquillarte– continuó mientras movía algunas maletas para encontrar su estuche de maquillaje. Puso todo sobre una mesa y me sentó en frente.

–Gracias por ayudarme– dije

Su rostro se relajó y se apresuró a poner base sobre mi piel y a dar toques finos para difuminarla. Tomaba brochas de diferentes medidas para poner sombra dorada sobre mis ojos.

En verdad Hazel era muy amable, a pesar de que tenía hijos y estaba ocupada se ofreció a ayudarme. Yo no tenía idea de cómo maquillarme para ese tipo de eventos y formalidades. Hazel me pasó un espejo para ver mi rostro. Tenía ligeros toques dorados en los párpados una base muy suave y los labios de un color rojo oscuro.

–Te ves muy bonita– comentó ella– creo que hice un buen trabajo ¿no? – se cruzó de brazos 

–Es perfecto…–regresé a mirarla– gracias–

Unos pasos detrás de la puerta nos indicaron que alguien venía, se abrió la puerta dejando ver la silueta de Edison llevando un armador con un vestido negro en él. Lo colgó en la agarradera del armario.

–Ya es un poco tarde, si no se apresuran Cecil va a llegar tarde…– se volteó a mi y sonriendo lanzó un cumplido fugaz antes de marchase– por cierto, te ves bien–

 

Me puse el vestido negro, era entallado, descubierto de la espalda y con un escote recto que ligeramente dejaba ver mis clavículas, las mangas llegaban un poco más debajo de mis codos. Era muy precioso y elegante.

–Qué bueno que Edison sabe cómo planchar estos vestidos– Hazel acomodaba mi vestido por la parte de atrás– A parte que aún falta hacerte el peinado–

–Creo que suelto no quedará mal…–comenté

–¿Qué te parece un moño? Es elegante y dejará ver tu linda espalda descotada– tomó el cepillo para peinar mi cabello– Necesitas deslumbrar y que se joda mi hermano todos deben regresar a ver lo linda que eres…– lanzó una débil risita

–Bueno supongo que sí…–

Estaba acostumbrada a que la gente me mire. Pero no el que miren mi persona, mi interior y todo lo que podía llegar a reflejar; estaba acostumbrada a que miren mi cuerpo y que ni siquiera se percaten de mi rostro.



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En el texto hay: millonario, vida dura, burdel

Editado: 19.05.2024

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