𝓒𝓪𝓹í𝓽𝓾𝓵𝓸 43
𝒞𝒶𝓂𝒾𝓃𝑜𝓈 𝒹𝒾𝓈𝓉𝒶𝓃𝒸𝒾𝒶𝒹𝑜𝓈
___________! CC ¡___________
Por hoy, solo logramos desempolvar. La humedad e inestabilidad del piso tendría que ser retocado más adelante. Nos distribuimos para dormir, Gary en la habitación antigua de mi padre, Gal en la mía y yo en el sofá. Claramente los dos hombres insistieron en que tomara alguna de las dos habitaciones, pero me negué rotundamente.
La casa carecía de luz eléctrica y agua potable. Tuvimos que poner velas para alumbrar y conseguir un garrafón de agua en la tienda de la esquina. Comimos algo simple en el único restaurante que quedaba por la zona.
El pueblo donde pasé la mayor parte de mi vida ahora era un sitio miserable. Estaba casi desierto y solo vivían personas de la tercera edad. Ninguno de mis antiguos vecinos me reconoció y les di una historia muy creíble para que no creyeran que allanamos la casa a la fuerza.
Aunque, a decir verdad, igual rompí una ventana
La escasez de turismo por la zona y compradores de ganado habían hecho abandonar la zona a muchos de los pueblerinos. La escuela había cerrado. Quedaban dos tiendas en toda la zona. Los parques estaban sin mantenimiento al igual que las vías y caminos entre calles. La iglesia solo estaba abierta los domingos y quedaban alrededor de 100 personas viviendo aquí.
Era deprimente. Creo que fue una muy mala decisión irme y abandonar todo lo que conocía, pero me hubiera quedado igual de estancada como los demás. Y nunca hubiera conocido a Gal. Nunca hubiera sabido que tenía más de una opción. Nunca me hubiera podido permitir querer a alguien. Nunca me hubiera planteado tantas metas como ahora. Nunca hubiera tenido sueños que alcanzar…
Creo que después de todo…
Las cosas no resultaron tan mal
Arti es un pero fiel. Se quedó a dormir conmigo, aunque pudo haberlo hecho con Gal. Mañana saldríamos temprano y necesitaba descansar. Después de todo estos últimos días no he podido hacerlo mucho.
En la zona no había mucha cobertura de señal. Por lo que el último mensaje que recibí fue de Mario
|Mario Cock– 05: 56 am
Entiendo la situación, no te preocupes. Espero que te vaya muy bien. Cuídate :)
Me alegraba mucho tener un jefe-amigo tan comprensivo como él. Creo que no sabía que necesitaba volver acá hasta que lo hice. Me quité un peso de encima y podré tener la mente tranquila por un rato al menos.
…
–¿No olvidas nada? – Gal estaba ya en el asiento trasero mientras yo revisaba que la casa quedara bien cerrada.
–Si…no falta nada– me subí al auto y este arrancó
Miré por la ventana. Los pastizales y las cercas blancas. Pasamos por el lago donde solía ir a pescar con mi padre todos los viernes en las mañanas de vacaciones.
–Tome…– le entregué la argolla con las llaves de mi casa a Gal
–¿Por qué tu…– me miró desconcertado
Creo que es momento de que una persona nueva pueda hacer recuerdos ahí. Una persona que aprecio mucho y sabrá si poner ahí una bonita casa o un museo de reliquias.
–Creo que es bueno que usted la tenga…– me limité a contestar
–La cuidaré– prometió
–Lo sé– sonreí
El cachorro daba brincos por los asientos inquieto por el viaje, no me preocupaba ya que sabía que en algún momento se cansaría y dormiría como la última vez
–Por cierto…– Gal se acercó a mí dándome un sobre– feliz cumpleaños– susurró en mi oído
–¿Cómo usted se…–
–Miranda me lo dijo. Talvez tenga toda una fiesta en casa, ve preparándote– volteó su vista a la ventana
–Gracias…–
Abrí el sobre encontrándome con un montón de dinero dentro. Era muy generoso de su parte, pero claramente necesitaba negarme, no me importaba la suma que estaba dentro. Solo quería que él siguiera conmigo lo que dure, no quería verme como una persona oportunista e interesada. Abrí la boca para refutar sobre el regalo, pero él me calló
–No está a discusión. Acéptalo por favor– alzó su mano en forma de desinterés
–Gal…–
–No– volteó a verme– CC, por favor acéptalo. Es lo menos que puedo hacer por ti–
Apreté los labios y suspiré asintiendo. Un día se lo pagaré, pero por ahora no me quedaba de otra que aceptar. Guardé el sobre en mi bolso junto con las demás cosas dentro.
…
El auto se estacionó frente a la casa y no pude evitar reír al ver a Ángel y Miranda con una pancarta de “Felices XV años”, sentados en el primer escalón de la entrada. Bajé del auto casi corriendo para abrazar a mi amiga
–Feliz cumpleaños– me sonrió de vuelta dándome un golpe en la cabeza
–¿Y eso por qué fue? – sobé mi cabeza
–Por no dejar las llaves de la casa donde siempre. Tuvimos que quedarnos afuera ya que no sabíamos cómo entrar– se quejó
–Aparte ya tengo hambre deberíamos ir a comer– Ángel me tomó de los hombros
–Son unos idiotas, acabamos de llegar de viaje– Gal sacaba las dos maletas del auto aun sosteniendo la correa de Arti
–Como sea…deberíamos ir a ese lugar de “todo lo que puedas comer” –Mi amigo se acarició las manos
–¿Por qué dice: “XV años”? – me refería a el cartel
–Ah! ...perdón por eso no encontramos otro…pero ahora lo arreglo– sacó un marcador rojo de su bolsillo y trazó otra X en el cartel, salió muy chueca, pero aprecio el gesto.
–Si cumples 25 años ¿verdad? – Ángel se estaba asegurando de haber hecho bien las cuentas
Asentí y entramos a la casa. Dejamos las maletas y salí con mis amigos. Gal se opuso a ir, ya que al parecer estaba muy cansado, después de todo condujo medio viaje.
…
–¿No te parece lindo? – Rose sostenía su mentón alabando al chico frente a ella