Disappear | Libro #1 (saga Disappear)

Capítulo dos

Capítulo 02

“La verdadera yo”

 

Primer día de clases, ¡agh! Odio los lunes, y si es posible, todos los días de la semana. Odio la escuela, está demás decir que no estoy ni un poco emocionada por volver, creo que ya ese punto ha quedado claro.

La verdad es que estar encerrada en un salón haciendo tareas o ser victima de bullying en los pasillos y criticada en la cafetería, no es algo interesante en mi vida.

Fuera de la escuela se encontraba la compañía de danza "Streetix", no la pasaba tan mal en ese lugar, a pesar de los gritos de Sabine y su favoritismo con Hannah comparándome una y otra vez, podía llegar y olvidar todo siguiendo el ritmo de la música, pero llegaba a casa y todo se arruinaba, sin papá presente todo era completamente diferente a lo que solía ser. Todo giraba alrededor de mi hermana mayor, Jessica Dawson tiene ojos solo para Hannah y su carrera.

Cuando las cosas se ponían mal en casa, solía recurrir a mi lugar especial, la terraza, allí solía pasar el tiempo por las noches mirando las estrellas junto a mi padre cuando vivía en Pittsburgh. Esa era mi forma de desahogarme últimamente, mirar las estrellas me hacía sentir más cerca de él.

Bajé rápidamente las escaleras al darme cuenta de que nuevamente iba tarde en mi primer día de clases. Encontré a Hannah terminando su desayuno cuando entré a la cocina. Mamá me dio una mirada de desaprobación observándome molesta porque otra vez iba tarde.

― ¡Hasta que por fin bajas, Beatrice! Hannah está lista desde hace una hora y tú otra vez tarde, si no desayunas rápido llegarás tarde a la escuela.

Así era mi día a día, en lugar de recibir un "Buenos días" o un "Hola, cariño" de parte de mi madre, simplemente recibía un regaño que incluía a Hannah de complemento.

―Sí, mamá. Ya lo sé, de todas formas no tendrás que llevarme, Liam pasará por mi.― respondí metiéndo una cucharada de cereal a mi boca.

En ese momento el timbre sonó, Jeremy, el novio de Hannah se encontraba frente a la puerta. El solía recogerla todas las mañanas para ir juntos a la Universidad, por lo cual a veces para no sentirme un estorbo frente a ellos dos, de vez en cuando mi vecino Liam o incluso mi madre debía llevarme cuando no estaba lista a tiempo, aunque a veces prefería irme sola sin importar caminar diez cuadras para llegar a la escuela.

― ¡Mamá, Jeremy ha llegado! ¡Te veré más tarde! ― gritó Hannah desde la sala para luego entrar a la cocina y depositar un beso en mi frente. Hannah siempre ha sido la madre que nunca tuve ―Adiós, Bea. ¿Estás segura de que no vendrás con nosotros? No tenemos problema con llevarte, la escuela está de paso a la Universidad. Si quieres te esperamos.

―Tranquila, estoy bien así. Liam vendrá por mí. ― le sonreí.
―Está bien, te veo luego. Disfruta de tu primer día.― le sonrió y ella se despide de mamá.

―No tienes ni idea de cuán emocionada estoy. ― murmuré sin intenciones de ser escuchada. Ella me dio una sonrisa observandome.

―Me alegra que así sea. Adiós mamá.

Creo que mi familia no conoce realmente el sarcasmo.

―Adiós, cariño. Que te vaya bien. ― respondió.

Hannah se fue sin mirar atrás, cerró la puerta y la casa quedó en completo silencio, mamá revisaba su celular en la sala mientras yo terminaba mi desayuno en la cocina. Escuché la puerta abrirse y supe inmediatamente que Liam ya se encontraba en casa.

― ¡Beatrice, Liam está aquí! ― avisó mi madre entrando a la cocina. Rapidamente metí las últimas dos cucharadas en mi boca para terminar con mi desayuno. Dejé el plato en el fregadero para luego salir de la cocina y encontrarme a Liam esperando por mí en el sofá.

―Buenos días, veo que es costumbre para ti quedarte dormida. ― dice observando mi cabello claramente despeinado en un intento de verse presentable y mi nulo esfuerzo por conseguir un mejor atuendo para el primer día, siempre optaba por unos vaqueros no muy ajustados y un suéter holgado de un color neutro. Debía de alguna forma u otra cubrir los cortes en mis muñecas.

Luego del incidente en Pittsburgh tuve que mudarme a los Angeles y Travis me hizo prometer que no volvería a cometer el mismo error, hasta ahora he mantenido mi promesa. A veces pierdo el control y me corto las venas, sí, pero al menos no he intentado suicidarme de nuevo.

―Sólo es el efecto del primer día. ― respondo y el solo ríe.

―Seguro. ― ruedo mis ojos ante su comentario, su risa me molesta un poco, pero al menos se trata de mi amigo y no de una porquería de persona como el resto.

― ¿Nos vamos o seguirás burlandote de mi aspecto?

― ¡Vamos, Bea! ¿Qué le ocurre a tu sentido del humor?

―Está oxidado al igual que el tuyo.

―Admite que fue gracioso.

―No lo fue, ya vámonos. Meghan seguro está histérica esperando fuera de la escuela por nosotros. Ya me voy a la escuela, mamá. ― avisé tomando mi bolso y acercándome a la puerta con Liam.

― ¿Todavía sigues aquí? No puedes ser tan irresponsable Beatrice, mejor salgan rápido, ya es tarde.

Simplemente rodé los ojos y cerré la puerta para subir al auto de Liam y dirigirnos a la escuela. Todo era igual durante la semana, mamá no me prestaba atención y cuando lo hacía era solo para criticar mi vida. Esa no había sido la maravillosa respuesta que le había dado a Hannah.

Cuando llegamos como era de esperarse no encontramos a Meghan por ningún lado, ya las clases habían empezado. Me dirigí a mi primera clase sabiendo que me ganaría un sermón el primer día, cuando entré al salón junto con Liam todas las miradas se posaron en nosotros, incluso una de desaprobación de parte del profesor. Me encontré con nuevos rostros y uno de ellos ya me era familiar, se trataba del chico que había conocido aquel día en Streetix, Adam.

Esto sería una broma, ¿cierto? Él me observó divertido, el muy bastardo estaba disfrutando de esto.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.