Capítulo 08
“Fiestas y sueños”
Era la hora del almuerzo, me encontraba en la cafetería sentada junto a Liam y Meghan perdida en mi almuerzo pensando en ese sueño.
— ¡Tierra llamando Beatrice Danielle Blake Dawson! ¿Estás siquiera escuchando lo que estoy diciéndote?
—Lo siento, ¿Qué decías?
—Llevo hablándote durante treinta minutos, y no creo que Liam esté muy interesado en mi parloteo sobre James.
—Meghan tiene razón, lleva hablando horas y no entiendo nada. — ríe
—Lo siento, Meg. Es solo que tuve una mala noche, es todo.
— ¿Qué sucedió? Soy todo oídos, apuesto a que tu historia es más interesante que el fin de semana de Meghan. — ríe. Meghan en respuesta solo le da un pequeño golpe en el brazo, luego ambos pusieron su atención en mí.
—Tuve un sueño un poco raro.
—Tú siempre tienes sueños raros, Bea. — respondió Liam
—Lo sé, pero este fue diferente.
— ¿Qué soñaste?
—Solo escuchaba la sirena de una ambulancia, había una luz y al final se encontraba mi padre con su mano extendida hacia mi diciendo: “A veces quieres cumplir tus sueños, pero nunca lo harás si no despiertas y los haces realidad. Porque los sueños son solo eso, sueños, y no se cumplirán solos”. Cuando intenté tomar su mano, este simplemente desapareció.
— ¡Vaya! Eso es nuevo. —comentó Meghan.
—Tu sueño intenta decirte algo, intenta hacerte ver que para cumplir tus sueños debes esforzarte y salir del agujero en el que tú misma te has metido al creerte inferior a Hannah y menospreciarte.
—Mi padre siempre solía decirme que debo esforzarme para seguir adelante y lograr mis objetivos, trabajar duro por lo que quiero y ponerle todo mi corazón demostrando que no soy solo la sombra de Hannah.
—Siempre fuiste más que eso. —respondió Liam —Pero nunca te diste cuenta.
***
Accedí ir a la fiesta de James hace dos días, se cuán importante es para Meghan que la acompañe por lo que simplemente no puedo dejarla sola. Me encuentro en su habitación intentando lucir presentable a pesar de mis cortes y ojeras que claramente me catalogaban como “la chica suicida”.
Mi largo cabello oscuro se encontraba en unas ondas que caían hasta mi hombro, un maquillaje sencillo y adecuado, ni tan elegante, ni muy revelador. Vestía un pantalón de cuero negro junto a una blusa blanca sin mangas y para ocultar mis cortes, llevaba una chaqueta que Meghan me había prestado.
No tardamos en llegar a la casa de James, la música inmediatamente resonó en mis oídos, caminé entre la masa de gente sudorosa hasta llegar a un sofá que aún no había sido invadido por adolescentes con las hormonas por las nubes.
―Gracias, Bea. ―habla Meghan.
―Por aceptar la invitación, gracias por acompañarme.
―No hay problema, somos amigas. Además, si no te animas a hablar con Travis, debo darte un empujoncito entonces para que lo hagas con tu chico número dos.
―Y hablando del rey de roma…― responde observándolo acercarse a nosotras. Yo la miro por un segundo antes de devolver mi vista hacia James y sonreír.
―Miren quien ha llegado a la fiesta. Hola Beatrice, estás hermosa hoy.
―Hola, James. Gracias por invitarme.
―Siempre a la orden. ¿Quieres algo para beber?
―Muchas gracias, pero no hace falta. Estoy bien.
―De acuerdo. ― luego observó a Meghan.
―No te preocupes por mí, no suelo beber, solo disfrutar.
―Entiendo, en ese caso ven conmigo.
―No me gustaría dejar a Bea aquí sola.
―Meghan, ve, yo estaré bien.