Disappear | Libro #1 (saga Disappear)

Capítulo veinte

Capítulo 20 

"Los cinco mejores días de tu vida"

 

Ya había pasado una semana luego del cumpleaños de Meghan, era 28 de octubre y era increíble como el tiempo había pasado tan rápido. En unos días llegaba noviembre y con ello me iría a rehabilitación en cualquier momento. Mamá decidió enviarme al mismo centro al que asistió Emma, Canopy Cove. Era miércoles y yo me encontraba sentada en una banca en un solitario parque de California.

Alcé la vista al cielo observando las formas de las nubes y pensé en lo que ahora vendría. Mamá había hablado con la directora y al parecer deberé repetir el año, no podré graduarme con mis amigos por cuestiones de salud. Suspiré, el escenario era melancólico, el cielo estaba nublado y parecía que llovería en cualquier momento. Era aburrido no asistir al instituto si tus amigos no estaban contigo. Resoplé acomodándome en la banca y heché mi cabeza hacia atrás cerrando mis ojos, mientras disfrutaba de la brisa que chocaba contra mi cabello rebelde.

― ¿Te diviertes? ― preguntó burlón. Abrí mis ojos y lo encontré sentado a mi lado observándome divertido.

―Si, Adam. Me divierte tanto estar aquí haciendo nada, me encanta tanto que vengo todos los días a ver las miserables nubes negras. ― respondí sarcástica. Él rió más.

―Ni siquiera lo amargada se te quita sin ir al instituto.

- ¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar en clases?

-Es aburrido si no estás tú conmigo. - me observó con una sonrisa.

―Y a ti no se te quita lo baboso. ― puse los ojos en blanco.

―Vamos. - rió y se levantó de la banca y extendió su mano esperando a que la tome. Fruncí el ceño.

- ¿Qué? ¿A dónde? ― pregunté todavía sentada en la banca.

-Te irás a Florida en pocos días, así que te daré los cinco mejores días de tu vida.

- ¿Ahora?

- ¿En serio quieres quedarte aquí obsrvando las nubes tristes? -reí y negué tomando su mano para luego levantarme.

Adam me sorprendió llevándome al muelle, dimos un paseo en lancha un rato y a decir verdad me divertí mucho, luego fuimos a comer en su casa y nos quedamos un rato viendo películas hasta que la noche se asomó por la ventana. Fuertes relámpagos y truenos acompañaban el ambiente. Esta vez no sería una llovizna suave como la de esta tarde, en cualquier momento caería el aguacero, por lo que entre risas me llevó en su auto hasta mi casa.

Cuando Adam estacionó el auto frente a mi casa, ya la lluvia nos había alcanzado en el camino. Ambos bajamos del auto y entre risas llegamos hasta la puerta. Estabamos empapados debido a la lluvia, de seguro atraparía un resfriado, pero en ese momento sinceramente no me importó, Adam transformó un día aburrido y cualquiera en uno divertido y especial, a su lado era feliz y eso era todo lo que me importaba.

―Gracias por darme una tarde diferente, me divertí mucho.

―Me alegra que te haya gustado el día cinco, pero recuerda que faltan cuatro más, ¿Paso por ti mañana por la mañana? ― reí.

― ¿Es que a caso piensas faltar toda la semana al instituto?

―Haré ese sacrificio.

―Vaya sacrificio. ― rodé los ojos divertida. ― ¿A dónde me llevarás mañana?

―Sorpresa.

―Sabes que odio cuando me dices eso.

―Lo único que te diré es que lleves contigo un lindo traje de baño, te diverirás. Lo prometo. ― sonrió para luego tomar mi rostro entre sus manos y presionar suavemente sus labios contra los míos.

Sinceramente no nos importó que nos estuviésemos mojando como pez en el agua, alejé todos mis pensamientos para disfrutar del momento. Pasé mis brazos alrededor de su cuello y él hizo un recorrido con sus manos bajando por mis hombros hasta descansar en mi cintura, me presionó contra sí provocando un gemido de mi parte. Succionó mi labio inferior dándole pequeños mordiscos y yo siguiendole el ritmo del beso pasé mis manos por su cabellera enredando mis dedos en sus hebras castañas.

Adam bajó la intensidad dejando un rastro de besos hasta la comisura de mi labio y luego besar suavemente mi frente. Sonreí sin mostrar mis dientes y sus ojos verdes se conectaron con los míos.

-Te amo, Bee.

-Y yo a ti, Adam. ― respondí sin dudarlo y él dejó un pequeño beso en mis labios después de sonreír ante mi respuesta.

-Ahora entra y cámbiate, no quiero que te resfríes.

―Hasta mañana.

―Descansa, Bee.

***

Era el día número cuatro y cuando Adam llamó avisando que estaba afuera esperando por mí, emocionada salí y me adentré al auto. Adam esa mañana me llevó a desayunar en una playa solitaria. Estuvimos un rato en el agua, hasta que ya se hizo un poco tarde y terminamos acostados uno al lado del otro acostados en la arena observando el atardecer.

- ¿Te puedo hacer una pregunta? ― preguntó él.

-Claro, ¿Qué sucede?

- ¿Quién era el chico de la fiesta de Meghan?

Esa pregunta no me la esperaba en ese momento, pero sabía que terminaría preguntando. Ya que luego de lo ocurrido en la fiesta no toco en ningún momento el tema, supongo para no incomodarme. Luego de unos segundos en silencio, respondí.

-Él es... - suspiré -Él es Harry Kane, mi exnovio. Terminamos antes de mudarme a California.

- ¿Por qué?

-Es complicado, es decir, yo en Pittsburgh era muy rebelde, me expulsaron de dos escuelas en tan solo dos meses. Solía drogarme en cualquier lugar público sin importarme lo que dijeran de mi, fumaba en el instituto cada que podía, muy poco llegaba a casa y pues él se preocupaba por mi en cierto sentido. Odiaba verme fumar y ni hablar de cuando me drogaba o andaba borracha. Él habló con mi madre diciendole que yo andaba fuera de control y debía hacer algo al respecto, y pues me molestó porque él muy poco estaba en la ciudad por la Universidad.

― ¿Por qué salías con alguien mayor que tú?




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