Disaster

Capítulo veintisiete “Corre”

Tyler


 

Cuando se rompe una relación se muere todo un idioma. Una lengua de palabras inventadas, de dobles sentidos, de sonidos, miradas y gestos compartidos.

Un idioma único, que pertenecía a dos personas en el mundo y si esa persona ya no siente amor por ti, eso rompe el alma.


 

A mí esto me parece maravilloso...


 

El amor es como un cigarro. Un vicio difícil de soltar pero que siempre está ahí, y cuando menos te lo esperas te lastima...


 

Estaba detrás de la puerta, no sabía lo que me esperaba al entrar, pero sabía que si el la tenía a ella, lo mataría.


 

Espere unos segundos y ahí apareció Nicholas, tanto tiempo siguiendo su rastro, tanto cansancio, estrés. Para que el tan solo me deje en una carta la dirección de su nueva casa en el bosque.


 

-Hola hermanito.- Entre sin responderle y me estaba por dirigir de inmediato a la habitación. Su casa era la bastante grande, el se "mudo" luego de escapar del psiquiátrico.


 

Desde que el se había escapado perdí toda comunicación con el, mi familia adoptiva contrato a personas para buscarlo, pero estás nunca regresaban.


 

-¿Que estás buscando.?- dirigí mi mirada a el y luego a toda la casa.


 

-¿De quién es esta casa Nicholas?- el se rió para luego dirigirse al bar y llenar dos vasos con Whisky.


 

-Es mia. ¿Algún problema?- dijo entregándome el vaso para luego sentarse en el sillón.


 

-Sabes algo, estuve siguiendo a Aike estos días. Pero luego desapareció, ¿Tu sabes dónde esta?- sabía que ella estaba ahí, no por alguna reacción de el, tan solo sabía lo que era capaz de hacer.


 

Desde los nueve años ella generó un gran impacto en nosotros. Pero ese impacto se convirtió en desesperación y obsesión por parte de él, acompañado de que también él se obsesionó con matar a cualquiera que se le cruce por el camino.


 

-Puede ser.¿hasta que punto llegarías para saber dónde está?- dijo desafiante con una sonrisa en sus labios.


 

-Lo que fuera por ella Nicolás, y tú lo sabes.- me senté aún lado de el y su sonrisa de mierda no desapareció ni un segundo.


 

-Necesito que hagas algo ahora.-


 

-Primero la quiero ver. Después me dices lo que tengo que hacer, pero ahora no-


 

-No estás jugando bien hermanito- Mierda, no hay forma de hacerlo cambiar te opinión, pero por ella mataría hasta a mi madre adoptiva.


 

-¿Que tengo que hacer?- pregunte dándome por vencido.


 

-Mas bien necesito que me respondas algo.- me quedé callado esperando hasta que continuará pero escuche un ruido en el piso de arriba.


 

Mi corazón comenzó a latir con velocidad, era ella, mi princesa. Me levanté rápido y cuando estaba por subir a la escalera escuché un seguro desactivarse.


 

Me di la vuelta despacio y Nicholas estaba apuntandome. La muerte era lo único en lo que estaba pensando, los dos matariamos a cualquiera por ella, y ese es el puto problema.


 

-No dejaste que terminara de hablar.- Ahora dijo serio, pero aún manteniéndose tranquilo. Y Lo único que me hacía saber que estaba transformándose en un enfermo son sus ojos, y cuando lo noté me senté en un sillón lejos de el. Por lo menos no dejo de intentar tranquilizarse, porque en mi vida conocí a personas desequilibradas mentalmente, pero ninguna como él.


 

-¿Qué mierda quieres?-


 

-Quiero que traigas a Sasha.- sonreí al escuchar el nombre de ella, lo bueno de Nicholas es que es un enfermo, y sabe cómo destruir a las personas.


 

Pero lo que no sabe es que yo igual haría todo lo posible para estar con ella, llegaría hasta el punto de unirme a las personas que jamás creería unirme...


 

Me levanté para dirigirme a la puerta y traer a Sasha, pero a mitad del camino pensé en ella, y a Nicholas lo conozco como la palma de mi mano, el estuvo involucrado, todavía no se de que forma, pero se que lo hizo... Me gire y lo observé, todo el enojo ingreso en mi cuerpo y el es conciente de eso.


 

-¿Dónde está Aymar?-


 

-¿Que tiene que ver ella con todo esto?- aún apuntandome tomo un sorbo largo del Whisky. Me miró a los ojos y me sonrió de la forma que el hace cuando hizo algo malo para los demás pero bueno para el.

Mierda, el sabe dónde está ella.


 

-¡¿Dónde está?!- se puso un dedos en el labio haciéndome entender que me callara para luego dirigir su mirada a la escalera.


 

-Vas a despertar a mi mujer, y eso no me gustaría que sucediera.- me acerque a el y me senté en el sillón cerca de el.


 

-¿que hiciste con ella Nicholas?- se paró y se dirigió nuevamente al bar para servirse más de la bebida.


 

-¿Prometes no gritar hermanito? No quiero que armes un escándalo y me vea obligado a callarte.-


 

-Si.- respondí con un nudo en la garganta,  se giró para observarme y con su mirada lo entendí todo, ojala no lo hubiera entendido.


 

Me levanté del sillón dejándolo solo y salí corriendo fuera de la casa. Corrí mientras que las lágrimas caían por mi rostro, me detuve para respirar pero la presión en el pecho no me dejaba hacerlo.


 

Me tire en cabello mientras que pensaba en la primera vez que la conocí... Me arrodille mientras que gritaba mandando a la mierda a todo. Por mi mente pasaron todas sus sonrisas, llantos, abrazos, voz.


 

Lo que más me lastima es que al cruzar la calle ya no sentiré tu mano protectora, aunque se que seguirá guiando mi camino... Ojalá nada hubiera pasado y ahora pudiera seguir escuchando el sonido de su risa...


 

Ojalá pudiera volver a abrazarla bien fuerte y no soltarla jamás. ojalá la hubieras protegido mejor.




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