Natalia
Luego de despedirme de mi hermana y ponernos de acuerdo para vernos nuevamente (si, dirán era toda una malvada, pero se ve que sus intenciones han cambiado totalmente, así que decidí darle la oportunidad de conocerla mejor). En fin, decido ir en un taxi a buscar a mi pequeña a su colegio, mientras voy en camino le envío un mensaje a Rey para que nos encuentre allí.
Unos minutos después estoy dentro del colegio observando los últimos minutos de clase de mi hija, es tan atenta, inteligente y ordenada; me gusta mucho que sea cariñosa y juguetona, sobre todo que comparte con sus compañeros de manera armoniosa. La maestra me saluda y ayuda a mi hija a terminar de recoger sus cosas.
-¡¡Mami!! Que bien que estés aquí, la clase estuvo divertida pero ya quiero ir a ver a papa— dice rápidamente emocionada.
-Wow pequeña, cálmate—me agacho y le doy un abrazo— sé que quieres ver a papa, pero debes tomar las cosas con calma, cualquiera pensaría que no te gusta el colegio— termino levantando una de mis cejas.
-Si me gusta, estudiar me fascina, pero también me gusta pasar el rato con papa, sabes que muy poco lo vemos— agarradas de las manos nos dirigimos fuera del colegio donde ya nos están esperando.
Subimos al auto y nos dirigimos a la empresa a ver a mi esposo y padre de mis angelitos, para almorzar y darles la buena noticia. Mientras vamos en camino, Azucena me cuenta como estuvo su día de clase, es muy conversadora y detallista. Al llegar a la empresa, bajamos agarradas de la mano, entramos a la recepción donde se encuentra Francis, una joven y hermosa recepcionista que ha estado trabajando con nosotros desde hace 8 años, es muy buena en su trabajo y agradable.
-Buenos días Señora, señorita, ¿cómo están?—nos saluda.
-Muy bien Francis, ¿cómo ha estado la jornada?— me mira algo apenada.
-El Señor ha estado demasiado ocupado, la nueva secretaria ha cometido muchos errores y ha tenido que resolverlos solo— suspira— lamento informarle esto, pero de verdad se necesitó de su ayuda hoy.
-Entiendo querida, gracias por la información— le sonrío.
-Siempre a su servicio señora— dice amablemente.
-Iré a ver como está ahora— me despido y nos dirigimos al ascensor.
“me imagine que algo no estaba bien, ya que no me escribió en toda la mañana” pienso y suspiro.
El ascensor se detiene en el 3er piso, donde está la oficina del Presidente, obvio de Robert, salimos y vemos que no hay nadie en el escritorio de la secretaria, me acerco a la oficina y cuando voy a golpear la puerta esta se abre, sonrío pensando que es mi esposo pero no es así, es la nueva secretaria, lo sé porque vi su hoja de vida cuando fue contratada y estuve presente en su entrevista.
-Buenos días, ¿El Señor Peralta está ocupado?— pregunto amablemente.
-Está muy ocupado, así que no puede atender a nadie—responde apresurada.
-Podemos esperarlo, necesitamos hablarle— la miro que deja unas carpetas en su escritorio y ve la hora en su reloj, me mira y levanta una ceja.
-No creo que la atienda, ya casi es la hora de almuerzo y dijo que va a hacerlo en su oficina porque está muy ocupado— volteo a ver a mi hija y me mira molesta, me suelta la mano y se dirige a la puerta de la oficina, pero es detenida por la secretaria.
-Suélteme señorita— intenta soltarse de su agarre de mala gana.
-Dije que el señor Peralta está ocupado y no podrá atenderlas, así que largo— dice con rabia a mi hija, la cual intenta darle un golpe con su pierna.
-Nosotras no necesitamos de su permiso para entrar, pero si está demasiado ocupado—miro a mi hija—deberíamos retirarnos cariño—se le aguan sus ojitos y me mira con tristeza.
-Solo quiero verlo mama, esta señorita ha sido muy grosera y él debe saberlo— le sonrío y acaricio su cabello castaño.
La secretaria la suelta y ella aprovecha, sale corriendo a abrir la puerta de la oficina, quedo estupefacta por el comportamiento de Azucena, pero sobre todo por la actitud que toma la secretaria, la ha tirado al suelo por intentar entrar.
-¡Oye!, ¿¡¡Que te crees que eres para tratar a mi hija de esa manera!!?— ya no me quedan ganas de ser amable con esta secretaria.
-Le dije que el Señor está ocupado, no me interesa quienes sean, solo váyanse y dejen trabajar— mira que grosera es.
-No sabes con quien hablas— me acerco y cuando estoy a punto de darle una bofetada alguien detiene mi mano.
Miro con enfado a la persona que me ha detenido y visualizo que es Robert.
-Vienes llegando y ya creas problemas con la nueva secretaria, podrías por favor ser amable—me mira con enfado.
-Creo que estas malinterpretando las cosas— me relajo un poco y trato de abrazar a mi hija, pero esta se escabulle para ir a los brazos de su padre.
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Editado: 26.06.2020