Djinn

Capitulo 2

El silencio reinaba en el campamento, solo uno que otro soldado haciendo algunas rondas alrededor o charlando sobre alguna cosa sin sentido, y ese sin sentido, no podía ser ni más ni menos que las hermosas mercenarias recién llegadas, lucían frágiles y eran algo nuevo que ver para un montón de soldados, pero nada más allá de eso.

Pasos silenciosos y pausados se acercaron a la carpa dedicada para las hermanas, suavemente una mano se adentró moviendo un poco la tela que le daría entrada

-Da un paso más y perderás la cabeza-

El joven soldado no tuvo tiempo de voltear a ver a su atacante cuando sintió un dolor agudo en la palma de su mano, habría gritado de no ser porque no quería llamar la atención de todos, fue solo entonces que miro a Ander sentado en una silla junto a la entrada de la carpa

-Maldición, ¿qué haces ahí tan callado? Si las querías para ti debiste decir…-

Antes de poder terminar su frase, la punta de la espada estaba a centímetros de su cuello, la feroz y destellante mirada de Ander centellaba en la oscuridad

-Di una palabra más y te rebano-

El soldado trago saliva

-no te atreverías, si descubren que me asesinaste te acribillaran-

-son veinticuatro soldados sin contar a la teniente y al teniente coronel, repartidos en seis carpas, de ellos solo están despiertos ocho soldados, no me tomaría ni un segundo asesinarte, incluso si vienen a atacarme, pasarían tan solo cinco minutos antes de aniquilarlos por completo, así que lárgate en silencio si aprecias tu vida-

El soldado abrió la boca para decir algo cuando una voz los interrumpió

-¿Molestando a los soldados a mitad de la noche? -

La mirada de Ander se deslizó a la rubia que recién llegaba

-No se podía esperar menos de un sucio mercenario, soldado, regrese a su carpa-

El sujeto obedeció, librándose de una muerte segura

-teniente, ¿Qué hace aquí? –

Cuestiono Ander sin perder ni un poco de su hostil tono de voz

-Eso debería preguntarte yo ¿Por qué estabas molestando a un soldado en mitad de la noche? -

-No lo molestaba, impedía que se colara a la carpa de Eulari y Adhara, debería vigilar mejor a sus soldados, la próxima vez no tendré clemencia de ellos-

El teniente mostró un gesto de desprecio al ver a Ander volver a sentarse sin inmutarse

-Ni siquiera le preguntaste que quería, solo lo atacaste, él pudo simplemente querer preguntarles algo-

-Entonces que lo haga mañana que estén despiertas-

Un pequeño gruñido salido de Melisa antes de suspirar y sonreír

-No sabía que las princesitas necesitaran protección de su hermanito, ¿tan frágiles son? -

Ander cerró los ojos restándole importancia

-No tiene nada que ver con si son débiles o fuertes, las protejo porque son preciadas para mí, aunque entiendo que no sepas de qué hablo, teniente, supongo que nadie jamás ha querido protegerte-

El gesto de furia en Melisa era casi imposible de esconder pese a que sonreía, soltó una risa forzada y camino a la carpa

- ¿Por qué no les preguntamos qué opinan de su valiente hermano? -

Melisa se paró en seco en la entrada, podía sentir el frio filo de la espada de Ander en su cuello, trago saliva rozando la garganta con la espada

-No te atreve…-

- ¿Repetirás lo mismo que ese soldado?, no me importa quien seas, no puedes entrar si Eulari y Adhara están dormidas, Eulari tiene el sueño ligero y Adhara sufre de insomnio, recién pudo quedarse dormida, si una de ellas se despierta por tu culpa, desearas haber muerto-

- ¿te gusta amenazar gente? -

Melisa se burló un poco sintiendo la espada más cerca de ella

-Ander, baja el arma-

Al escuchar la cálida voz de su hermana, Ander envainó de nuevo su espada a regañadientes, recibió unos golpecitos en la cabeza

-gracias por cuidar de nosotras Ander-

Eulari miró a Melisa con una sonrisa

- ¿Necesita algo para venir tan tarde? -

-Sí, su hermano estaba molestando a un soldado-

Eulari miró de reojo a Ander

- ¿es eso cierto? -

Ander se limitó a voltear la cara con un gesto de fastidio

-Eso creí-

Los ojos de Eulari volvieron en la dirección de Melisa

-Ander es un chico tranquilo, su soldado debió ponerlo nervioso al llegar a la tienda tan tarde y a hurtadillas, ya sabe, el mundo exterior no es tan amable como la ciudad en que viven, no estamos acostumbrados a visitas nocturnas-

Cada palabra que salió de los labios de Eulari parecía cargada de un sentimiento indescriptible para nada amigable

-Señorita Eulari, justo quería hablar con usted-

- ¿teniente coronel? Vaya que tenemos muchas visitas nocturnas hoy-

Detrás de Eulari, una Adhara somnolienta se asomó

- ¿Qué pasa hermana? ¿Por qué hay tanta gente reunida aquí afuera? -

Eulari acarició el cabello de su hermana con ternura

-Bueno, ya que estamos todos despiertos tengamos una larga charla-.

Los cinco se sentaron alrededor de una fogata, Adhara ya lucia más despierta, aunque no entendía lo que estaba ocurriendo

- ¿Tiene que estar la teniente? Personalmente no creo que sea de fiar-

Ander se cruzó de brazos mirando a otro lado

-No te preocupes, puede ser severa, pero te aseguro que puedes confiar en ella-

Aseguro Aimon con una sonrisa nerviosa en un intento de apaciguar las aguas entre Ander y Melisa

-Entonces ¿de qué quería hablar? teniente coronel-

Quiso saber Eulari, Aimon pensó un poco y carraspeo la garganta mientras se inclinaba hacia el frente apoyando sus codos en sus rodillas

-Sobre los Jinn-

Solo esas tres palabras y la espalda de la teniente se puso recta, Adhara ladeo un poco la cabeza confundida, no porque no supiera sobre el tema, sino porque no le resultaba algo para estar tan serios



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En el texto hay: magia antigua, romance, mundo postapocaliptico

Editado: 12.09.2021

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