Djinn

Capitulo 3

Al salir el sol, la tropa ya estaba despierta y lista para partir, el camino a la ciudad de Caiye prometía ser tranquilo y sin mayor dilación, sin embargo, había algo en la mente de Eulari que no la dejaba tranquila, una inquietud muy dentro de su ser, pese al paisaje de montañas lejanas y verdes praderas, su alma no se sentía en paz

-Hermana, ¿está todo bien? -

Debido a la naturaleza del trabajo, Eulari había dejado su auto en la ciudad central y tomaron caballos y caravanas para viajar, en caso de los hermanos la costumbre pesaba más que la comodidad, por ende, cabalgaban bajo el sol.

Eulari negó con la cabeza, su preocupación no era merecedora de molestar a Adhara

-Llegaremos a la ciudad de Caiye mañana al anochecer-

La voz del teniente coronel las distrajo de su pequeña conversación, Ander, quien viajaba detrás de Eulari y Adhara, soltó un suspiro que mezclaba resignación con cierto grado de condescendencia, parecía estar pensando en algo, pero prefirió no decirlo, aun así, Aimon podía deducir que sería algo parecido a «Si fuéramos solo nosotros tres llegaríamos antes», no pudo evitar soltar una pequeña risa divertida que llamo la atención de Ander, pero al no entender a que se debía, no quería comenzar a suponer cosas, por ello clavo su vista en las aves que volaban

-Señorita Eulari-

Aimon volvió a llamar la atención de la castaña, cuando ella posó su mirada de miel sobre el teniente coronel, esbozó una sonrisa

-sobre lo de los Jinn y todo eso, aún tengo algunas dudas, por ejemplo…-

-Entonces comience a leer más, teniente coronel-

Adhara interrumpió al teniente coronel dándole una recelosa mirada que le provoco escalofríos, no sabía por qué exactamente, la chica no tenía ojos profundos como Eulari, ni tampoco penetrantes como Ander, pero su mirada provocaba que uno quisiera correr lo más lejos posible

-Adhara-

Eulari miro a su hermana y esta simplemente soltó un pequeño bufido y se adelantó en el camino, claramente no estaba dispuesta a disculparse y mucho menos por decir algo que era verdad

-no se lo tome personal teniente coronel, ella siempre es así-

-eso me tranquiliza-

Bromeo Aimon restándole importancia al asunto

-Le responderé sus dudas más tarde-

Eulari también apresuro su paso para alcanzar a Adhara y sin más por hacer, Aimon metió la cabeza

-No lo entiendo teniente coronel-

Espeto Melisa, los ojos negros de Aimon se posaron sobre ella incitándola a continuar

- ¿Por qué le interesa tanto el tema? Entiendo que es algo sorprendente, y lo que ese chico hizo anoche fue…-

Después de una breve pausa donde no encontró palabras para describirlo, decidió que no tenía sentido ya que Aimon sabía bien a que se refería

-a lo que voy es, debe haber mejores fuentes de información que esos tres-

Concluyo la rubia desviando su vista hacia donde Ander viajaba, Aimon siguió sus ojos observando por la abertura de la tela como el chico de veintidós años se distraía con las aves en el cielo

-Melisa, en el mundo hay personas que, aun ahora, no creen en la existencia de los usuarios Jinn, ¿sabes por qué? –

La teniente Alcántara negó ligeramente con la cabeza, no le gustaba no saber la respuesta, pero tampoco quería preguntar demasiado

-Dos razones, la primera, es más fácil vivir creyendo que todo es una mentira-

- ¿y la segunda? -

-El gobierno se ha encargado encarecidamente de que todo lo relacionado a los usuarios Jinn no salga a la luz-

Melisa pensó un poco en esa posibilidad, el gobierno ocultando información no era nada por lo que sorprenderse, tampoco era difícil adivinar el porqué de ello, la teniente bajo la cabeza sopesando la situación, cuando la caravana se detuvo

-Hora de almorzar

Avisó uno de los guardias, decidieron tomar un breve descanso y, aprovechando que viajaban junto a un rio, querían estirar un poco las piernas, ya que llevaban algunas horas viajando sin descanso, el guardia que entregaba la comida no se decidía si ir a entregar sus respectivas porciones a los hermanos o no, y entre miradas furtivas termino provocando la molestia de Ander, quien lo reconoció como el soldado de la otra noche. Melisa le quito los platos atrayendo la atención hacia ella, pero sus verdes ojos solo mostraron un regaño reprimido, se encargó personalmente de llevar el alimento y, para su sorpresa, los tres chicos le agradecieron

- ¿en verdad hay criaturas monstruosas? -

Cuestiono el soldado, desde que partieron no habían visto ni una sola criatura

-Eso es porque viajamos de día y tampoco nos encontramos en un bosque, Raúl-

Melisa respondió al soldado con apatía y poso su mirada en el camino que aun debían seguir

-No esperaba que supiera eso-

Melisa frunció el ceño, no tuvo que mirar para saber quién había hecho semejante comentario



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En el texto hay: magia antigua, romance, mundo postapocaliptico

Editado: 12.09.2021

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