Dlv (devuélveme la vida) (libro I)

Un bebé en camino

 

Hannah no ha salido de su habitación desde que llegamos anoche, no ha querido comer y solo se escuchan sus gritos y lamentos. Con el tiempo estoy segura que se le va a pasar. Sara se pone triste cuando le cuento lo que pasó, sé que a pesar de lo que vivieron la sigue estimando.

—No puedo creer que haya intentado irse con él.

—Ni yo, pero afortunadamente ya todo pasó.

Asiente y sonríe, Ian y Anastasia han dejado el trabajo de lado para estar al pendiente de su hija, aunque ella no quiera verlos.

Anoche cuando llegamos Ariel no me dirigió la palabra, mucho menos me ha llamado por teléfono y yo no he tenido el valor para hablarle. Quiero saber cómo está, pero no quiero hostigarlo, si quisiera estar conmigo me lo haría saber. Sara pone sobre mi escritorio sus cuadernos para que me ponga al día con los apuntes de nuestras clases, voy muy mal y no quiero seguir perdiendo el tiempo. Necesito ponerme a estudiar para sacar buenas notas.

—¿Todos los caminos me llevan hacia ti? ¿qué es eso? —pregunta viendo mi computadora.

No me di cuenta que dejé el documento de mi novela abierto, me rasco la nuca y voy a cerrar la computadora.

—Tonterías.

En la mañana intenté seguir con ello peor no puedo, estoy completamente bloqueada y ni con música puedo arreglarlo.

—Salgamos de aquí, estoy muy aburrida.

—Todavía no me siento bien.

Me agarra la mano y me jala, hago muecas de dolor y se ríe.

—El aire te hará bien.

No sé cómo, pero me convence de que vayamos a la plaza, primero voy a Ellium a saludar a mis compañeras de trabajo y después caminamos viendo las tiendas de ropa y cosméticos, luego nos sentamos para disfrutar de un frappé.

—Quisiera darle un enorme beso a quien se le ocurrió hacer esta maravilla —dice comiéndose la crema batida con el popote.

Pongo en blanco los ojos y meneo la cabeza.

—Yo le daría por lo menos un golpe por hacerme adicta.

Sonríe y asiente.

—¿Lo ves? Estamos mejor aquí que en tu aburrida habitación. Luego de que casi te mueres quiero aprovechar cada minuto con mi mejor amiga.

Siento bonito cuando me llama así, es la primera vez que lo hace. Nadie me había considerado una mejor amiga y eso me pone muy feliz. Daniel llega corriendo hacia nosotras, se sienta a lado de Sara y le toma a su bebida.

—¿Qué pasa? Cómprate el tuyo.

—Chicas tengo un problema.

Se ve muy pálida, ni siquiera se maquilló ni peinó.

—Por favor no me digas que Mario te maltrata porque no sé qué haré —digo poniéndome en guardia.

—Claro que no, sería incapaz. Mario es el hombre más lindo y el amor de mi vida. Se trata de otra cosa.

—Hannah decía lo mismo.

—Me consta —Sara levanta la mano y chocamos las palmas.

—Estoy embarazada.

Las dos la miramos sin parpadear, agarro mi popote y empiezo a succionar el líquido de mi vaso. Esto no lo veía venir de ninguna manera.

—Estás bromeando —dice Sara como si no le hubiera importado.

Daniel abre su bolsa y lanza a la mesa una prueba de embarazo.

—Mierda… —murmuro al ver las dos rayitas en el artefacto.

—Tómalo por el lado positivo, debe haber alguno.

—Timili pir il lidi pisitivi, dibi hibir ilgini —la imita—. Soy muy joven, no quiero ser mamá.

—Entonces lo hubieras pensando antes de abrirle las piernas al primer animal que te habla lindo.

—Eso lo dices tú porque te pusiste gorda y ya nadie te hace caso.

—¡Más gorda quedarás tú!

Oh, maldición. Lo que menos quiero es una pelea de estas dos ahora mismo.

—Basta, niñas. No se peleen, Sara tiene razón. Hoy en día quien se embaraza es porque quiere o…

—Por idiota —termina la frase Sara.

—Mis papás me van a matar.

—Si te sirve de consuelo, yo puedo organizar tu baby shower.

Le da un golpe a Sara en la nuca y ella se queja.

—¿Mario ya lo sabe? —pregunto.

—No y no quiero decírselo todavía. Tengo miedo de que me deje.

—¿Dónde quedó el hombre más lindo del mundo?

Me doy cuenta que por más que pase el tiempo ellas jamás terminarán de resolver las diferencias del pasado, me froto la frente y espero a que terminen de discutir o que se agarren a trancazos de una vez. Me pregunto ¿qué pasaría si me dieran a escoger entre una de ellas? Daniel fue mi primera amiga, pero Sara se ha quedado conmigo siempre y se ha ganado mi cariño. Espero que no lleguen a tanto o en verdad tendré que huir.

—¿No es ese el profesor Miller? —pregunta Daniel mirando atrás de mí—. Sí es. ¡Hola, profesor Miller!




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