Navidad, podría decir que es mi época favorita del todo el año, pero estaría mintiendo. Hace tanto tiempo que la navidad dejó de significar lo mismo para mí. Ha pasado una semana y no he sabido nada de Ariel, ha llamado a casa, pero yo no he tenido el valor de contestar. Lo último que escuché decir a Anastasia fue que él estaba en un curso, pero no lo creo así, seguramente me está evitando y estoy a punto de dar por terminada nuestra polémica relación.
Hannah y yo seguimos disgustadas, más bien es ella la que sigue teniendo conflicto conmigo por lo sucedido con Byron y yo ya no tengo ganas de discutir para nada, vamos, debería agradecerme que le salvé la vida y casi se me va la mía. Anastasia está en medio de nosotras mientras decoramos el árbol de navidad, Hannah me mira y voltea los ojos como si a mí me encantara convivir con ella, cuando está enojada puede ser tan pesada y se me viene a la mente todos los malos comentarios que dicen de ella en la escuela.
Que tristeza que los demás tenían razón, y yo no.
—Emma, ¿puedes traer las cajas nuevas de esferas que están en el armario? —pregunta Anastasia.
—Yo las traigo.
Hannah corre por ellas y se lo agradezco, quiero dejar de verla, aunque sea por unos segundos. Esto de decorar el árbol de navidad no me gusta, mucho menos si es con una familia que no es la mía.
—¿Estás lista? Hoy en la noche iremos a patinar —dice entusiasmada.
Pero ella sabe que entre su hija y yo no hay una buena relación.
—No creo que sea buena idea que vaya, deberían pasar esos momentos en familia.
Deja de colocar los adornos en el árbol para darse vuelta y verme.
—¿Cuántas veces tendré que decirte que ya eres de nuestra familia? Es más, no voy a preguntarte si quieres ir, es una orden. ¿entendido?
Le sonrío y no me queda otra opción que aceptar, voy a tener que soportar mucho más que las malas caras que me hace Hannah. Cuando ella regresa y las veo entusiasmadas por el árbol grande de navidad, pienso en qué dirían si en este momento les dijera que estoy enamorada de Ariel y que tenemos —o teníamos— una relación. Para Anastasia su hijo lo es todo, por mi loca cabeza vaga la idea de que se alegraría por nosotros, y que no le importaría y nos apoyaría, de Ian no estoy muy convencida de qué diría. Tal vez hoy amanecí un poco positiva, y dentro de ese positivismo está la posibilidad de volver a ver a Ariel y solucionar lo nuestro.
Durante toda esta semana he pensado en nosotros, desde nuestro primer momento hasta la cena de acción de gracias sin pavo, y he llegado a la conclusión de que él es un idiota, siempre soy yo la que lo busca o pide perdón. Y ya me cansé, estoy cansada de siempre ser yo la que soluciona lo nuestro, por más que lo quiera no lo voy a buscar con el único propósito de que él lo haga, de que me demuestre, aunque sea un poco que este sentimiento que yo tengo es reciproco y también me quiere. Entiendo que lo nuestro es complicado, pero él debería también comprender que quiero gritar a los cuatro vientos que encontré un amor que me hace sentir lo que nunca nadie me hizo sentir, que por fin encontré a alguien con quien soy feliz y que me quiere. Quiero gritar que soy tan feliz a su lado.
Pero no puedo.
—Emma ya tiene novio —dice Hannah.
Su comentario me toma tan de sorpresa que me pongo muy roja. ¿Qué? ¿ella como lo sabe? ¿sabe lo mío con su hermano? Anastasia aplaude cuando acabamos de poner las esferas y después me voltea a ver.
—¿En serio? Me parece maravilloso, cuéntame ¿quién es?
—Yo… yo no sé de qué habla Hannah. No tengo novio.
—¿Y ese corazón que tienes colgando de tu cuello? Deja de mentir, tienes novio y es Zac.
La cara de Anastasia se ilumina como si a ella le hubieran encendido las luces de navidad.
—Oh, es un poco mayor, pero es un gran chico. Me gusta que salgas con él y desde ahora te digo que tienen todo mi apoyo.
Mierda, mierda, mierda. Estúpida Hannah, tiene la lengua muy larga. ¿Qué voy a hacer ahora? Aunque me conviene que sepan que salgo con Zac para que no sospechen de mis sentimientos por Ariel. Pero tengo que hablar con él y ponerlo sobre aviso, creo que si hablo con él va a seguirme el juego.
Le sonrío a Anastasia y asiento.
Después ponemos las luces y Hannah hace el conteo… 3, 2, 1… y el árbol se ilumina. Ha quedado hermoso, a pesar de no gustarme la navidad confieso que me emociona mucho ver el arbolito luminoso. Nos quedamos viéndolo unos minutos y después ellas corren arriba para apurarse a hacer sus cosas, yo espero a quedarme sola para salir. Cruzo la avenida y toco el timbre de Zac, espero y espero, pero no sale. No está en casa, su auto tampoco se encuentra. Demonios, no puedo dejar que pase tiempo antes de hablar con él y ponerlo sobre aviso que del otro lado de su casa creen que él y yo tenemos una relación. Me siento en los escalones de su puerta a esperarlo, no voy a moverme de aquí hasta que llegue. Mientras espero saco mi celular y le mando un mensaje a Sara, mi amiga, la extraño mucho. Ella salió de vacaciones con su familia y no la he visto, no voy a permitir que se me vuelva a ir, la necesito mucho. Aunque a veces no me da buenos consejos siempre está a mi lado y la adoro. Le digo lo que ha pasado y me dice que aproveche y esté con Zac mientras Ariel se decide. Es una loca.
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Editado: 08.05.2022