— por que mi cena no está lista?— pregunto Royer al momento que entraba a la cocina. mi corazon comenzó a latir tan rapido que pense que se saldria de mi pecho. Había llegado a casa bastante molesto, supuse que algun negocio habia salido mal pero no quise preguntar para no enfurecerle mas.
—En unos minutos — conteste! Mirando asi el vacio, era incapaz de mirarlo a los ojos.
— No sirves para nada — me grita y siento el primer bofetón en mi rostro, el sabor a sangre en mi boca me dice que otra vez me ha roto el carrillo interno con mis dientes al impacto.
— Eres una inútil, necesitas un escarmiento — continuo gritando mientras golpeaba la parte baja de mi abdomen.
— Basta!! — dije con un hilo de voz cuando mi cabeza golpeó por segunda vez la puerta de la cocina. Tira de mi cabello hasta verme completamente arrodillada frente a él
—ya entendí — dije apenas audible cuando levanto su mano para volver a pegarme en el rostro.
necesitaba que dejará de golpearme o esta vez me mataría desconocia al hombre que tenia enfrente. no era el mismo que habia conocido tres años atras. el hombre cariñoso, atento y comprensible que había conocido desaparecio en cuanto nos casamos.
un año despues de nuestro matrimonio comenzo a golpearme, nunca lo denuncie porque tenia la esperanza de que volviera a ser el mismo de antes pero su rabia solo fue aumentando y cada vez me pegaba con más fuerza.
— Ni siquiera sirves para cocinar
— gritaba!! al momento que golpeaba mi espalda con su pie. Sentí como mis costillas se rompieron pero fui incapaz de hacer algún movimiento, temía que si intentaba pararme o quejarme Royer continuaría golpeandome.
—Voy a salir y no me esperes. Me das asco -— murmuró mientras tomaba sus llaves y salía de casa dejando un fuerte portazo tras el.
Estaba tirada en el piso totalmente ensangrentada, respiraba con dificultad y el dolor en mi espalda era tan fuerte que no podía pararme, las lágrimas no paraban de salir de mis ojos — ¿en que momento deje que me convirtiera en esto? — me pregunté mientras hacia mi mayor esfuerzo por ponerme de pie. Logre sostenerme del lava platos. Necesitaba ir al hospital, esa vez Royer había ido demasiado lejos.
me había casado con un monstruo y hasta ese día no hubiese querido aceptarlo. Estaba tan enamorada que prefería creer que el problema estaba en mi, que estaba haciendo las cosas mal y por eso Robert me golpeaba.
Busque mi celular en uno de mis bolsillo y por suerte estaba allí, mi cuerpo no era capaz de dar un paso más, sentía que en cualquier momento iba a colapsar. No sabia a quien llamar, la unica familia que tenia no estaba en el pais y no queria preocupar a mi mejor amiga. Después de pensarlo varias veces decidí llamarla
— li, pasa algo? — pregunto Monic al otro lado del teléfono con tono de preocupación.
— yo.... — hice una pausa al sentir que el suelo se movía bajo mis pies — tienes que ven.... — fue lo ultimo que alcance a decir antes de desmayarme.
MONICA
Me parecio un poco extraño recibir una llamada de lian a esa hora y no porque fuese tarde sino porque era la hora en la que su esposo llegaba. Le tenia completamente prohibido usar el celular en su precensia. No se como lian podia seguir casada con ese cretino.
Cuando lían hablo del otro lado de la linea supe que algo andaba mal.
Minutos más tarde me encontraba tocando el timbre de su casa pero nadie respondía, comenzaba a ponerme nerviosa y cuando eso pasa suelo enloquecer.
Estaba a punto de tener un colapso nervioso cuando recordé que lian me había dado una copia de su llave por si la suya llegaba a extraviarse. Busque desesperadame en mi bolso y tras maldecir varias veces la encontré.
— ooooh por Dios lian — grite!! En cuanto la vi tirada en el piso - que ha pasado, quien te hizo esto? —pregunte con los ojos llenos de lágrimas —
Juro que mataré a ese mal parido —murmuraba mientras marcaba a emergencias— no necesitaba que lian lo dijera, sabía que Robert le había dejado en ese estado.
LIAN
Costosamente abrí los ojos, me sentía sumamente débil, la luz de una lampara me deslumbro y me dolia bastante la cabeza. intente moverme, pero un fuerte dolor me lo impedía. En ese momento recordé la terrible golpista que Royer me había propinado.
Mis ojos estaban muy inchados por los golpes lo que me impedía ver con claridad pero sabia que habia alguien mas en la habitación. Podia sentir su respiración junto ami y el miedo hizo acto de presencia, solo de pensar que ese alguien podría ser Royer. mi corazón comenzó a latir de prisa y mis lágrimas comenzaban a asomarse, en un acto de nerviosismo y desesperación intente sentarme pero la persona a mi lado me lo impidió. Quería tranquilizarme pensando que tal vez era un doctor o una enfermera pero mi cuerpo no dejaba de temblar y entre en pánico.
— SUELTAME!! — grite con desespero. En ese momento no me importó el dolor que estaba sintiendo, quería correr, buscar un lugar donde refugiarme porque sabía que en cualquier momento royer volvería a pegarme.