Keydrien
Me levanto y me inunda el olor a café, todo está organizado y limpio, menos los colores, los dibujos y los grandes bloques de Ney, esos están por todas partes
Cepillo mis dientes, opto por una ropa cómoda y bajo a desayunar
Al bajar nuestras miradas se chocan, me sonríe, su sonrisa ilumina mi día
- ¿Qué tanto miras?, ven y toca-
Me abraza, le correspondo y la beso
- ¿y Ney? -
-aun no despierta, apenas son las 8, su rutina empieza a partir de las 10-
- ¿y qué haremos en esas 2 horas? - le doy una mirada picará
-desayunar, tu orden está lista-
Me dirige a la mesa, hala la silla
-tu desayuno favorito-
Zumo de naranjas, frutas peladas y picadas, tostadas y huevos revueltos con tocino
-el tuyo querrás decir-
-el tuyo, el mío, el de Ney, qué más da, al final todo tienen el mismo triste final, el retrete-
Me sonríe, se abre espacio sentándose en mis piernas, fundiendo su cara en mi pecho
-me encanta tu olor-
-tú me encantas entera-
Me besa, me abraza con fuerza y me deja desayunar
-MAAAAAAAAA-
La llaman desde arriba
-se acabó la paz-
-pero si no son las 10- protesto
-siempre hay cambios de planes-
Se levanta de mis piernas y se dirige al segundo piso, minutos después, viene acompañado de un soñoliento Ney, con la cabeza recostada sobre el hombro de la madre
-Papiiiii-
-hijooooooo-
Se sienta en mis piernas y se apodera de mi tostada
-Ney, tu papilla aquí está, deja el desayuno de tu padre-
-NO-
-Si-
-No, mi papi meio io pana mi-
- ¿seguro? -
Ney asiente con la cabeza, Carmen me mira en busca de confirmación y asiento por inercia, no tengo la menor idea de lo que hablan esos dos
-Si- le contesta a su madre
Carmen suspira rendida
- ¿te preparo otra? -
Niego – estoy satisfecho-
Ney se termina mi tostada, se toma lo que queda del jugo y se come todas las uvas, las demás frutas desechadas y manoseadas me tocan a mí.
-venga hombrecito- lo bajo de mi regazo, mientras lo veo correr a los brazos de Carmen
-vamos a bañarte, daremos un paseo- lo levanta Carmen
Se bañan y se cambian, ambos con jean gastado y polo rojo, zapatillas rojas, gorra y lentes de sol – listos- me dirijo a mi habitación y me cambio igual
Bajo las escaleras, Carmen está en suelo jugando con Ney, levanta la mira, me sonríe como siempre y muerde sus labios provocando que me sonroje
-Me gusta lo que veo-
La ayudo a levantarse, cargo al pequeño Ney en mis brazos, la abrazo, beso su mejilla y salimos de paseo
Luego de recorrer el pueblito de Vista Hermosa, agarrados de manos y yo cargando al pequeño hombrecito, que mantiene su cabeza sobre mi hombro mirando el panorama a su alrededor, saludamos los ancianos que nos han visto crecer y que están sentados matando el tiempo en los balcones de sus casas, jugando ajedrez o cualquier otro actividad que le haga perder el escaso tiempo que les queda, visitamos el café donde pasamos la mayor parte del tiempo de nuestro noviazgo, comemos en el restaurant italiano que está más cerca de la playa y ya casi al atardecer evitamos el gentío, vamos a la orilla de la playa en la zona más apartada, nos quitamos las zapatillas, remangamos los pantalones y recorremos la orilla de la playa, sin escuchar más que las risas de Ney cuando lo alzamos por que viene una ola y el mismo sonido de la ola.
-Te amo Key-
Sus ojos verdes me eclipsan, solo asiento ante sus palabras
Me siento en una roca, ella se sienta en mis piernas con Ney sobre las de ella, los abrazo y contemplamos el atardecer
-Yo también te amo Carmen-