Keydrien
La pesadilla que me atormenta es no ver el rostro de mi hijo, distintos escenarios, el mismo resultado no logro ver el rostro de Ney, sobresaltado apago la alarma, “mi fiel compañera de las mañanas” reviso si tengo mensajes nuevos o llamadas perdidas
NADA
Solo el “te amo Key”
Me dirijo al baño con la rutina de cada día, me cambio, reviso mi portafolios, ajusto mi reloj y espero la llamada de buenos días
NADA
En las reuniones hago el mayor esfuerzo para dar lo mejor de mí, sin dejar de mirar de vez en cuando el celular para desesperarme por el mismo resultado
NADA
Reuniones van y vienen y miro a mi lado no la puedo sentir, aprieto mis manos bajo la mesa y no están las de ella, no recibo la llamada de felicitaciones al final de cada reunión, me estoy empezando a desesperar
- ¿¡pero que esperabas palurdo?! ¿una placa de felicitaciones? –
Llegó a mi habitación, me baño, empiezo a dar vueltas en círculos, me siento, me paro, prendo la televisión, la apago, ¡estoy desesperado” no la llamo para darle tiempo a reflexionar, aunque mis rodillas por el movimiento ansioso deben estar desencajadas de la babilla
Suena mi celular, me paro corriendo a contestar
La ilusión me hace respirar profundo y soltar el aire por la boca
-ufff-
todo se vuelve hiel cuando veo el nombre de quien me llama
-mamá-
-KEYDRIEN NICOLAS JACOBS WHITE, el sufrimiento que le causa a tu madre te cerrará las puertas del cielo-
Pongo los ojos en blanco, en mi vida había visto mujer más dramática que mi madre
-estoy muy bien mamá, gracias por preguntar, todo va viento en popa-
-hijo, quiero verte, ¿es mucho pedir que los pocos días que me quedan en esta tierra pueda compartirlo contigo?
-tienes 45 años, haces yoga, llevas una vida sana, eres fitness, practicaste y practicas gimnasia- tomo aire y continuo -tus días restantes en la tierra son más largo que el pedo de culebra, deja el drama-
-quiero verte-
-mira unas de mis fotos-
-hijo…-
Me siento, ya que el drama va para largo
- ¿qué te ha pasado? - se pone seria y melancólica lo que viene no es un regaño común
-has perdido el norte hijo mío, en lo que te has convertido no es lo que esperábamos, ni yo, ni tu padre… ni Carmen-
Mi cuerpo reacciona al escuchar su nombre, vuelve el sabor amargo a mi garganta y el nudo que me impide comer y en ocasiones respirar, una sola lágrima se desliza despacio por mi rostro
-vuelve, pero no solo a Villa Hermosa, vuelve a ser tú, te necesitamos de vuelta-
-Lo hago por Carmen, por Ney, quiero …-me interrumpe
- ¿quieres darle lo mejor?, lo mejor que puedes darle es ser tú-
Muerdo mis labios, me pican los ojos, me froto el pecho cuando siento el peso que me comprime
-estoy segura de que en lo que te has convertido, no es de lo que ella se enamoró-
Me cuelga, sin darme chance a refutar, la respiración se me acelera
-No voy a llorar, no voy a llorar, no voy a llorar-
las palabras me van saliendo en un hilo de voz, porque una cosa es la que digo y otra es la que hago