I V
Luisa movió su pie cuando la cosa viscosa comenzó a envolverla, ahogo un grito de asco y miedo antes de mover el otro, no sabía cuando tiempo llevaba aquí, pero algo era seguro, no podía estar aquí mas tiempo, al diablo. Se iba a ir, debía haber alguna forma de saber donde estaba, pediría indicaciones para regresar a casa.
Incluso pediría dinero de ser necesario.
La criatura de la entrada estaba dormida, así que pudo salir sin mucho mas problema, la luz del sol la cego momentáneamente, entrecerró los ojos y se cubrió la cara, pero cuando escucho a la bestia rugir miro hacia atrás y luego se apresuro a avanzar, pronto comenzó a correr sin querer mirar atrás
No estaba segura de cuanto corrió, pero había estado en el grupo de atletismo en la secundaria y desde entonces no había dejado de correr, pero ahora no llevaba algo que le indicara, los zapatos tampoco eran para correr, así que se le enterraban en la parte trasera de los pies y ahora iban a dolerle. Una vez que se convenció de que ya estaba bastante lejos, se preocupo por saber donde estaba, era una especie de bosque, los arboles eran altos y hacia frío
¿Algún lugar cerca de puebla? ¿Querétaro? ¿Ciudad de México? Definitivamente no era la sierra, al menos no donde ella había estado.
Soplo sobre sus manos en un intento de darse calor. Tenía que buscar una carretera, algo donde alguien podría encontrarla lo mas pronto posible, entonces podría pedir ayuda o ver donde la llevaba,
Hasta que finalmente vio una ¿Una carretera? ¿Estaba cerca de un rancho? Esperaba que tuvieran teléfono para llamar a su hermano mayor, él iría a buscarla sin importar nada
Hasta que finalmente vio una cabaña mas alla de los arboles, se veía iluminada y podía distinguir un par de figuras dentro de la casa, eso era mejor que quedarse afuera y congelarse, con algo de suerte, conseguría ayuda para volver a casa o la de sus padres.
Mariana miro su libreta de anotaciones vacía, agarro su teléfono y llamo a su compañero en el despacho
El sujeto que había aparecido ayer, Lucas, había gritado después de que ella le apuntara, no sabía que nivel de decibeles alcanzo como para darle una jaqueca y hacerla cerrar los ojos, fue menos de dos segundos, pero cuando los abrió de nuevo, solo estaba su ropa en el suelo
Ella no se estaba volviendo loca, no lo estaba haciendo
─¡Perez!─ Dijo en cuanto le contestaron, con un tono animado que usaba para invitarlo a beber ocasionalmente ─¿Qué haces?─
─Zambrano, estoy haciendo un poco de trabajo atrasado ¿Qué necesitas?─
Francisco Perez era su compañero en el despacho de investigación, estudiaron juntos criminología en la universidad autónoma de nuevo león, luego ambos pusieron su propio despacho. Eran 5 los que trabajaban en el despacho, ellos dos, Rosario (cuyo apodo era Chayo y era la secretaria), Marco (El administrador) y Alberto, que realmente no podía considerarse parte del despacho porque no trabajaba ahí realmente, pero ocasionalmente se aparecía para pasar sus contactos de dudosa procedencia.
A Rosario la contrataron cuando establecieron el despacho, Marco era amigo de la universidad y Marco… bueno, lo conocieron en la universidad, pero ¿No era realmente un estudiante? Solo iba a la facultad, a la universidad y hacía amistades
Los guardias no podían realmente atraparlo nunca, pero no estaba muerto, no era un fantasma a pesar de las leyendas universitarias
Pero bueno ¿Quiénes eran ellos para juzgar?
─¿Trabajo atrasado? ¿No deberías estar con Joselin?─ Pregunto por su novia ─Debe estar harta de tu obsersion con el trabajo─
─Callate la boca y dime que quieres─ Le dijo Perez
─Ay, calmate, solo quiero asegurarme de algo─ Dijo Mariana ─¿Sabes si Marco ya tiene teléfono?─
─¡Si! ¡Se compro uno la semana pasada! Pero es un ladrillo, así que solo podrás llamarlo, te paso el numero─
─Gracias, te tengo que colgar, mi mamá me llama─
─Suerte, Zambrano─
─Si, regresa a casa o tu novia va a…─ Fue interrumpida
─¡Chingas a tu…!─ Colgo la llamada antes de que Perez terminara de insultarla, contesto la llamada de su madre
─Madre querida ¿En que puedo ayudarla?─ Le pregunto Mariana una vez que contesto
─¿Ya terminaste de molestar a Perez?─ Le pregunto Susan y ella se sobresalto, miro el teléfono y trago saliva, estaba segura de que no había contestado la llamada de su madre todavía
─¿Sí? ¿Qué paso? ¿Tienes cámaras vigilándome?─ Le pregunto Mariana
─No, te escuche, abreme─
─¿Abrirte?─
─Estoy afuera, apurale─ Luego colgó la llamada, Mariana miro fijamente la estufa, ya que estaba sentada en la mesa, pero se levanto de un salto y corrió a abrirle a su madre
Como dijo, Susan estaba afuera con una maleta en la mano, un sobrero en la cabeza y una chamarra enorme en su brazo
─¡Mamá! ¿Por qué no me avisaste?─ Le quito la chamarra de la mano y la maleta, luego se dio cuenta que no venía sola e hizo una mueca que no pudo confundirse con nada mas que no fuera fastidio ─Ah, tú─ Dijo mirando a su medio hermano menor
Ricardo Hernandez, segundo hijo de Susan, pero primer hijo con su segundo marido. La relación entre ella y él era horriblemente tensa, fue el motivo por el cual Mariana agarro sus cosas y se fue a estudiar a Monterrey por su cuenta. ÉL nació cuando Mery tenía 2 años, lo rechazo de inmediato, no podían estar juntos, simplemente no
Luego nació Luisa y se llevo mejor con ella, aunque Mariana todavía sentía algo de celos cuando veía a sus dos medios hermano con su padre
El sentimiento no había cambiado en todos esos años, simplemente no se llevaban bien
─Hola, Mery─
─Ricky─
─Ya, quita esa cara, Mery─ La regaño entre dientes su madre ─Ricky, compórtate─
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Editado: 28.10.2022