Dónde Habitan Los Ángeles - Claudia Celis

Capítulo 39 - Alpinistas

Durante las vacaciones, antes del último semestre de mi carrera, teniendo apenas mi tía dos meses de haber partido, la gente de San Miguel empezó a murmurar sobre la dudosa salud mental de mi tío Tacho y la mía.

“Tráigase su equipo para escalar.”

Me dijo un día.

“¿Para qué lo quiere, tío?”

Le pregunté extrañado.

“Debemos practicar. Hemos de salir de nuestros respectivos abismos a como dé lugar.”

Él lo usaba por las mañanas y yo por las tardes.

Así, vestidos de alpinistas, durante nuestras largas caminatas por la calle, no había quien no nos mirara con extrañeza y hasta con un poco de compasión.

Cuando mi tío se detenía a platicar con alguien conocido, atoraba el piolet en la tierra, en un árbol o en los barrotes de alguna ventana.

“Permítame que me enganche.”

Les decía.

“No vaya a ser que pierda la poquita altura que he ganado y me vaya otra vez hasta el fondo…”

Nadie entendía el significado de sus palabras, sólo yo.



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En el texto hay: ficcion

Editado: 17.08.2024

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