Donde nacen los lirios

Capítulo 11: Un secreto que me está matando.

Capítulo 11: Un secreto que me está matando.

―¿Por qué no me dijiste que irías?―Preguntó mientras encendía el motor del auto, modulando el tono de su voz.

—¿Te molesta? Ya te dije amor, quería darte una sorpresa, por eso fui a visitarte―Juliette se inclinó hacia él, desde su asiento, y le besó la mejilla—Te extrañaba mucho—acarició su rostro. La barba incipiente y esos hoyuelos que se formaban en sus mejillas cuando sonreía le encantaban. Le daban un aspecto de chico bonito. Se veía tan inocente.—Estos días sin ti han sido mi perdición.

—¿Sí?—Arqueó una ceja. Tampoco era para tanto. Se veían casi a diario. Pisó el acelerador, oprimido por un sentimiento de rabia. No se reconocía a sí mismo.

―¿Tu me extrañaste?

―Sí, claro―Controló el volante solo con una mano y la otra la estiró para encender el estereo de su auto. La música que inundó el aire le ayudó a relajarse un poco. Los dedos de Juliette en su mejilla quemaban como ácido. No se sentía merecedor de ella. Ni de sus caricias.

―Te llevas muy bien con Megan, ¿no?―Comentó ella, tras unos minutos, mirando el paisaje que pasaba vertiginoso por la ventana. No escondió el tono desdeñoso de su voz, ni la antipatía que sentía por ella. Detuvo las caricias que le hacía en la mejilla, pero no retiró su mano, la dejó ahí.

―Pensé que lo tuyo con ella solo se trataba de sesiones de estudio, pero ella dijo que también platican de otras cosas y que se lo pasan bien―Apretó los dientes y su boca adoptó un rictus amargo.

Se volvió a mirar a Keythan, evaluando su reacción.

—Sí―Su rostro estaba de perfil y no pudo distinguir ningún cambio en el. Aunque creyó percibir cierta tensión en él. Eso activó en automatico todas sus alarmas.

—Y no creo que sean cuestiones de la escuela, ¿verdad?―La pupila de Juliette se contrajo, dándole a sus ojos verdes un matiz astuto, como los de un gato.

—Ya sabes que somos amigos―Keythan aparcó delante del bloque de edificios en el que ella vivía. Sus cejas se fruncieron. Había creído, bajo la actuación impecable de Juliette, que si bien Megan no le agradaba al menos estaba dispuesta a dejar el tema de lado. Pero eso era estúpido. Juliette era demasiado inteligente como pasarlo por alto y él era un egoista cínico. Sería el perfecto castigo divino si se quedaba con ninguna de las dos.

―Amigos, claro―Se mofó ella.

Keythan se mantuvo en silencio. Escuchándolo de los labios de su novia, su amistad con Megan sonaba como la cosa más tonta e infantil. Una voz interna le gritó que era un farsante despreciable. Que no se podía ser más embustero en la vida. Pero no tuvo el valor para decirle la verdad.

—Creo que no es correcto que dos personas del sexo opuesto pasen tanto tiempo a solas y a diario—comentó Juliette, como si hablara del clima o cualquier otra cosa, con una tranquilidad engañosa y sin dar muestras de querer bajar del auto hasta obtener la razón.

Keythan cerró los ojos. Era como si le leyera la mente o algo así.

—Solo es una hora—dijo, para limar las asperezas. Retiró su mano con lentitud y la subió a su rostro, acunando su mejilla.

—Pero si eres su tutor no deberías tener un trato tan...Intimo con ella—Sus ojos se cubrieron de una fina película de lágrimas―E incluso jugar videojuegos con ella. Es anti ético. Es absurdo―Siseó con rabia.

Keythan no dijo nada, pero una parte de él sabía que todo cuanto ella decía era verdad.

Juliette torció la boca. No le había gustado para nada su actitud de Megan, ni la forma autosuficiente en que clavó sus ojos azules en ella. Había planeado con mucho esmero su entrada triunfal en el instituto, comenzando por la elección de su vestimenta, quería realzar su apariencia al máximo, con el objetivo de brillar y ser el foco de atención para Keythan. Deseaba hacer sentir apocada a Megan pero aquella chiquilla insufrible y arrogante se comportó impasible en todo momento a pesar de sus provocaciones.

—Ella solo es mi amiga, me llevo bien con ella, pero yo te amo a ti—Keythan limpió una lagrima que rodaba por su mejilla y la abrazó. El peso del secreto que llevaba dentro le aplastó. Le diría la verdad. Pero no ahora. Debía planearlo. De pronto tuvo un miedo tremendo a perderla.

Juliette sonrió, como si nada hubiese pasado, feliz al escuchar su declaración. Mientras Keythan la amara a ella todo estaría bien.

—Quiero ir al cine, ¿me llevas?

―Me gustaría―Titubeó―Pero iré a ver el partido con los chicos...

―¿No tienes tiempo para tu novia?―Dijo con el rostro entristecido, bajando la mirada.

―No te pongas así, hermosa—El remordimiento le atacó. El beso con Megan era un secreto que le estaba matando.

―Me arregle así para ti, porque quiero estar contigo, ¿Y tu prefieres irte con tus amigos?

―Está bien. Vamos, te llevaré al cine.

✿✽✿

Esa misma noche, después de que Keythan fuera a dejarla a su casa e hicieran el amor, trató de convencerlo de que se quedara a dormir con ella, pero por más insistente que fue sus tácticas no surtieron efecto. A penas habían pasado unas horas, pero se encontró extrañándolo. Revisó su perfil de Facebook minuciosamente. Algo llamó su interés, tiempo atrás ella lo había grabado tocando la guitarra y cantando junto a sus amigos. Él publicó el video en su muro y para su total molestia Megan Bertolini había colocado una reacción de 'me gusta'en el. Torció la boca y clickeó el vinculo sobre su nombre hacia su perfil. No tuvo acceso a todo su contenido, ya que Megan tenía activado el modo de privacidad, pero pudo ver algunas fotos.



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En el texto hay: adolescente, romance, drama

Editado: 19.03.2019

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