— Hazme una promesa — dijo con una sonrisa Josla, caminando a lado de Leen.
— ¿Una... promesa? — preguntó frunciendo su seño. La chica asintió, deteniendo su caminar, manteniendo su mirada en el cielo nocturno.
— Sí. Una promesa romántica, de esas que al final son rotas.
— No es nada lindo — dijo él haciendo una mueca.
— ¡Anda!, no seas malo. Solo te estoy pidiendo este simple favor — Leen sonrió con burla y asintió, abrazándola con fuerza, rodeando su cuello con ambos de sus brazos, apegándola a su cuerpo, bajando su cabeza para poder verla al ella ser más pequeña que él, al menos de tamaño.
Besó su frente, admirando su piel oscura, sus ojos marrones, sus rizos. Sonrió, y besó ahora la punta de la nariz de Josla, para luego hablar.
— Prometo jamás olvidarte — besa su mejilla — Prometo nunca lastimarte — besa su otra mejilla — prometo serte siempre fiel — Deposita un casto beso sobre sus labios, para mantenerse solo a unos centímetros lejos de su rostro — Prometo amarte... Prometo cumplir mis promesas.
Ella sonrió, y lo abrazó con fuerza, apegando su rostro al pecho del chico, sintiendo el olor que desprende de su cuerpo. Sintiendo que, todo era un sueño del que jamás querría despertar.
— Es difícil recordar...— susurró.
— ¿Qué?.
— Es difícil recordar donde todo comenzó. — Leen frunció su seño.
— No te entiendo.
— No recuerdo cuando empecé a amarte.... Supongo que desde que te vi...
— Eres muy romántica — dijo él con burla.
— ¿Y eso qué tiene? — Preguntó sonriente y alejándose del cuerpo de su novio. Él se acercó a ella, la tomó de la cintura y la apegó a su cuerpo, sin permitirle escapar — Bueno sería que tú también fueras romántico.
— Contigo es suficiente — Acercó su rostro al de ella y besó sus labios con pasión, aferrándose a su cuerpo, a sus labios, a ella — ¿Prometes ser siempre mi niña romántica?.
— No hables así, no soy una niña — hace puchero.
— Lo sé, si lo fueras, esto no te gustara tanto — sonrió con malicia y la acorraló contra el portón de aquella tienda ya cerrada a altas horas de la noche. Él besó sus labios mientras que ella entrelazaba sus manos en la nuca de Lee, mientras que él iba depositando besos en el cuello de Josla, y ella suspiraba ante tal acto.
— Esto es un lugar público — murmuró ella.
—Niña pervertida, ¿Qué creíste que iba a hacer? — Luego de decir aquello se alejó de su persona, llevó ambas de sus manos a los bolsillos de su pantalón para caminar en dirección a su casa.
— Qué idiota. Tengo un novio coreano idiota. Y yo que creí que ellos eran tiernos — Josla trotó hasta Leen para tomar su mano, y así, ambos caminar sonrientes — Te quiero tanto.
— Yo no, eres una molestia.
— Es lo más lindo que me habían dicho en mi vida — respondió con ironía. Después de un largo silencio, ella habló — ¿Terminaremos lo que no pasó?. — Leen, incontrolablemente rompió a carcajadas ante su pregunta.
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Editado: 02.10.2021