Donde tú caminas -Dorsetshire 2

Capítulo 18

 

El vestido nuevo de Beth era de color azul y su madre había escogido regalarle un collar que  era una pequeña flor de zafiros y aretes a juegos, se había recogido el cabello y aprovechando que era primavera se había adornado con unos pequeños ramos de nomeolvides azules.

-Pareces una princesa de cuentos – le dijo Jo- aunque una no muy feliz.

-Gracias por venir a la fiesta conmigo, Jo – dijo su hermana y Josephine asintió. Ella no había querido ir pero su hermana le había pedido que fuera, casi como si esperara que de ser necesario la rescatase y Beth nunca antes había pedido que la rescatasen de una fiesta.

-Solo tienes que divertirte Beth y yo escabullirme a algún lugar tranquilo, no estoy preparada para que seas la que rehúye de las fiestas, imagina lo que sucedería si madre decide que a la que tiene que encontrarle un prometido es a mí. Arruinarías mi reputación, así que solo ve a esa  fiesta y sé la inteligente y brillante Beth de siempre.

-¿Incluso con el afamado Edward Fitzjames?

-Si no te agrada, písalo cuando bailen, fuerte, muy fuerte – la aconsejó y ambas rieron.

Las hermanas Lawrence y su madre llegaron a la fiesta y era evidente que la señora Wenthword no había escatimado en gastos para recibir a su sobrino, el jardín y la entrada estaban iluminados con bonitas farolas y el salón principal estaba lleno de flores y  elaborados candeleros, la comida era abundante, en palabras de Jo “las mesas parecían que iban a  doblarse por el peso” y parecía que más de medio Dorset había asistido.

Quizás porque no tenían muchas visitas del condado, quizás porque la señora Wenthword había dado un halo de grandeza a su sobrino con sus relatos o quizás porque ya no había tantos solteros disponibles  en Dorset. Cualquiera fuera la razón, se había convertido en un gran evento.

Josephine como siempre, recorrió el salón con su mirada e hizo algunas observaciones en voz baja a Beth para hacerla reír.

Le señaló  los cinco collares que se había puesto la señorita Victoria Barney “me da miedo que se asfixie” comentó. Luego le señaló como Cole Moore seguía a Emma Taylor como un sabueso en cacería “Me temo que va a ganarle por cansancio”

Beth , en cambio, recorrió el lugar con la mirada buscando a alguien, y solo cuando distinguió la alta figura de Gabriel Devereaux se sintió algo más aliviada, aunque la tranquilidad duró poco, porque parecía que la persona con la que estaba hablando era el afamado Edward Fitzjames. Y poco a poco  empezaban a rodearlos

-Allí está. Vamos a saludar – dijo su madre llegando a su lado.

-No ahora, hay mucha gente – protestó Beth, pero la señora Lawrence fue implacable.

-Vamos – dijo tomándola del brazo y la joven no tuvo más remedio que acompañarla, mientras Jo las seguía

La señora Lawrence se abrió camino hábilmente hasta llegar al centro donde estaban  Edward y Gabriel, con la señora  Wenthword oficiando de embajadora entre sus sobrino y quienes se acercaban. Beth y Josephine fueron presentadas y saludaron con una breve reverencia. También Gabriel las saludó.                                                                                                                                                       La joven Lawrence se sintió avergonzada cuando su madre comenzó a elogiarla frente a Edward Fitzjames y no podía dejar de recordar el evento reciente en que Gabriel la había llevado a su casa borracha, agradecía que fuera un caballero pero igual bajó la mirada. La  Beth que su madre estaba cubriendo de virtudes parecía muy lejana a ella, y parecía alguien que estuvieran poniendo en venta. Sintió que Jo le tocaba el brazo en un pequeño gesto para animarla, y luego empezó la música. Estaba segura que Edward iba a pedirle bailar, no es que  hubiera mucha opción cuando su madre acababa de mencionar que ella era la mejor bailarina en Dorset.

-¿Bailaría conmigo? – escuchó que preguntaban y para su sorpresa no era la voz de Fitzjames sino la de Gabriel Devereaux, levantó la vista hacia él y  vio su mano extendida frente a ella.La tomó sin dudarlo y él la guió hacia la pista de baile. Beth no quiso mirar hacia atrás, no quiso saber cómo había reaccionado su madre, de haberlo hecho hubiera captado la ligera sonrisa de satisfacción en el rostro de la señora Lawrence.

-No trajo sus zapatos para bailar toda la noche- comentó él mientras iban al centro del salón.

-No tenía la intención de bailar toda la noche.

-¿Ni siquiera con Edward Fitzjames? – preguntó.

-Mucho menos con él, es un completo extraño – dijo y luego se dio cuenta de lo tonta que era aquella observación. Justamente en los bailes era donde se conocían personas.

-Comprendo-  comentó él llanamente , esa simple palabra la hizo sentir reconfortada. Luego comenzaron a bailar.

Esta vez bailaron en silencio, porque ambos estaban  muy pensativos, Beth porque sentía que una vez más Gabriel acababa de rescatarla y Gabriel porque  con la aparición de Edward Fitzjames había sentido que ya no tenía demasiado tiempo.

La música se detuvo un instante y Beth suspiró. Eso significaba que debían regresar y seguir bailando con otras personas, o podían seguir bailando juntos lo que enfadaría a su madre, o quizás podría inventar una excusa para marcharse del baile, seguro que Josephine  la ayudaría.

-¿Quiere regresar o escapar? – preguntó Gabriel sorprendiéndola.

-Yo…

-Puedo ayudarla – dijo él, pero Beth sabía que era un escándalo asegurado. Aunque quizás salir un momento para tomar aire no fue tan mala idea. Estaba dudando cuando  algo parecido a  un murmullo general  y una tensión en el aire atravesaron el salón. Ambos buscaron con la mirada para ver qué sucedía.

Algo había llamado la atención de todos y ese algo era que Edward Fitzjames había sacado a bailar a Addison Fern y estaban deslizándose en la pista como si hubieran nacido el uno para el otro.



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En el texto hay: amor, protagonista fuerte

Editado: 02.09.2022

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